6 consejos contra el frío extremo de un médico de montaña

Antonio Ulloa es médico y experto en búsqueda y emergencias en montaña.

Redacción Oxígeno

6 consejos contra el frío extremo de un médico de montaña
6 consejos contra el frío extremo de un médico de montaña

Antonio Ulloa es médico y experto en búsqueda y emergencias en montaña. Imparte formación en la Escuela Madrileña de Alta Montaña y la Federación Madrileña de Deportes de Invierno y organiza cursos de rescate por todo el país con su empresa Ulloa de Salvamento. Como profesional cualificado puede aportarnos una visión científica de los problemas derivados del frío.

¿Qué riesgos corre un montañero que entre en hipotermia?
Sin el tratamiento pertinente la víctima de hipotermia irá evolucionando pasando por sus cuatro grados, aceptados por la mayoría de especialistas en medicina de montaña, y que van desde el grado más leve o grado I (con síntomas como escalofríos, carne de gallina, pérdida de la capacidad para realizar tareas complejas, la respiración se va haciendo más rápida pero superficial, observándose un ligero aumento de la frecuencia cardíaca en un intento del cuerpo por mantenerse caliente) al más grave o grado IV, que conlleva dificultad para hablar, incoherencia en el pensamiento y alucinaciones que implican con frecuencia conductas irracionales, como el desnudo paradójico presente en casi el 50% de los muertos por hipotermia. Una posible explicación podría estar en
que, cuando la muerte es ya inminente, se produce el regreso brusco de la sangre a la superficie corporal (en especial a las extremidades), lo que provocaría una fuerte sensación de calor, que lleva a las víctimas a despojarse de sus ropas y cuyas consecuencias son fácilmente previsibles. La disminución progresiva del ritmo cardíaco y respiratorio junto con el progresivo bloqueo del metabolismo celular terminarán provocando la muerte de la víctima.

Tu "truco" para entrar en calor es...
Procuro abrigarme con ropa adecuada, respetando la teoría de las 3 ó 4 capas, en función del clima de la zona, y sobre todo no permanecer con ropa húmeda una vez finalizada la actividad. Le doy una especial importancia a la hidratación ya que de poco servirá una correcta alimentación si a nuestras células no le facilitamos el agua que necesitarán para realizar todos los procesos metabólicos que les permitirán producir energía y generar calor. Por tanto, si importante es comer igual o más lo es beber.

¿Existen medicamentos que prevengan el riesgo de sufrir congelaciones?
Los hay que provocan vasodilatación y por consiguiente aumentan el flujo de sangre a las zonas susceptibles de sufrir congelaciones, mientras que otros actúan sobre las patologías asociadas que se desencadenan como las microembolias o la hiperreactividad vascular; pero dado que su indicación es muy específica, la posibilidad de provocar graves efectos secundarios es muy elevada y que necesitan una precisa dosificación y una correcta duración del tratamiento. Creo que la mejor respuesta es que el afectado acuda al médico para que le recete lo que él estime conveniente.

Hay especialistas que cuestionan que pueda aumentarse la resistencia personal al frío, pero otros mantienen que es posible. ¿Cuál es tu experiencia en este campo?
Si bien la posible mejora (con el adecuado entrenamiento y/o tratamiento preventivo) de la respuesta fisiológica al frío está muy cuestionada y la mayoría de especialistas sostienen que se trata de una adaptación individual (llámese genética) que afectaría excepcionalmente a determinados individuos (son bien conocidos y ya se han estudiado en profundidad casos de una sorprendente adaptación a situaciones de frío extremo tanto a nivel central - resistencia a la hipotermia, como a nivel local - resistencia a las congelaciones) personalmente sí que creo que es posible cierto grado de entrenamiento psicológico a través de determinadas técnicas, algunas milenarias, como la meditación, la relajación o el control mental (no hay más que ver a los monjes de los monasterios del Tíbet, por ejemplo). No debemos de olvidar que el mantenimiento de nuestro calor corporal se consigue gracias a complejos fenómenos vasomotores combinados con la producción de calor a través de nuestro metabolismo; fenómenos en cuyo control interviene directamente nuestro sistema nervioso. Parece lógico pensar entonces que si podemos controlar ese sistema nervioso también podremos controlar nuestro calor corporal.

¿Es cierto que no deben usarse bolsas químicas calentadoras si tras "gastarse" vamos a exponernos de nuevo al frío intenso?
Parece que es cierto. Se cree que la congelación es la suma de dos fenómenos, uno vasomotor (vasoconstricción de los vasos sanguíneos que provoca falta de sangre y por tanto de oxígeno en los tejidos lo que provocará su muerte) y físico (congelación de los líquidos celulares). Si la congelación es mala, la re-congelación es mucho peor pues daña de forma casi siempre irreversible los tejidos afectando a los capilares, la pared celular y las organelas celulares. Como ejemplo, el deterioro mucho más acusado que sufre el asfalto de las carreteras de montaña al verse sometido a bruscos cambios de temperatura en el verano y en el invierno.

¿Qué consejos das para atender a un accidentado con hipotermia?
Además de los mismos que para atender a cualquier accidentado en montaña, basados en el protocolo de nuestra Escuela de Formación conocido como los “5 dedos de Ulloa” suelo hacer hincapié en dos aspectos fundamentales que son: 1º) Sospechar siempre la posibilidad de que tenga una lesión medular por lo que deberán respetar siempre el BLOQUE a la hora de movilizarlo y 2º) Tener especial precaución a la hora de manipularlo, tanto en su exploración como en los tratamientos aplicados, dada la gran facilidad con que una víctima en hipotermia puede entrar en fibrilación ventricular y que se agrava por la mala respuesta del corazón a la desfibrilación.