Consejos Material

Errores a la hora de comprar material de montaña

Confiar en descuentos online salvajes o sobrevalorar la ligereza, te ayudamos a reconocerlos

Tino Núñez

4 minutos

Comprar material montaña

La confianza en tu vendedor no constituye el aspecto más prioritario a la hora de adquirir nuestro equipo y material. Como consumidores estamos expuestos a viejos y nuevos peligros, que no todos conocemos ¡te ayudamos a reconocerlos!

En España el gasto actual en material deportivo duplica el realizado hace 10 años, situándose en torno a los 180 euros por cada ciudadano y en 450 euros por cada hogar. Aunque no existen cifras específicas sobre cuántos productos de montaña se compran anualmente en el mundo, en Europa se venden anualmente unos 200 millones de artículos deportivos. Por su parte, Amazon sitúa entre sus 100 productos deportivos más vendidos a unos bastones de trekking en el puesto 83. Todo este gran movimiento de ventas implica necesariamente muchos clientes satisfechos ¡pero también bastantes descontentos! pudiendo evitarse situaciones indeseadas si prestamos atención a no cometer los siguientes cuatro errores.  

Confundir lo que deseamos con lo que necesitamos 

Cuando sentimos la pulsión o necesidad de cambiar un producto que ya tenemos deteriorado o que no ha dado el resultado esperado, precipitarnos puede conllevar una nueva decepción. Estimulados por los test, no siempre fiables, de influencers, prescriptores o patrocinados en vídeos más o menos promocionales y omnipresentes en internet, podemos llegar a creer que un nuevo modelo de saco de dormir o unas “increíbles” zapatillas son muchísimo mejores que todo lo que hayamos usado hasta ahora y que resulta prioritario comprarlo ya. Si nuestros productos de primera necesidad –como el calzado o una chaqueta para lluvia- nos están dando problemas, no parece muy sensato gastar antes nuestro dinero en una bonita mochila o en una tienda de campaña hiperligera y vistosísima que en renovar lo básico.

Otro ejemplo claro de “encaprichamiento”  bien puede ser anteponer la adquisición de unos caros bastones de fibra de carbono a la de dos buenas linternas frontales (una muy potente y otra de emergencia), que a fin de cuentas sumarán un importe similar y que pueden salvarnos de un accidente nocturno.

 

Descuentos online salvajes 

Desde hace un par de años las estafas on line con el equipo de montaña se han multiplicado en España. A menudo se trata de páginas desconocidas que anuncian descuentos del 60 al 90 por ciento en productos de primeras marcas, especialmente calzado europeo y vestimenta norteamericana. Los grandes descuentos conllevan casi siempre grandes peligros y pese a que una página afirme que la mercancía te llegará en 24 o 48 horas posiblemente no te llegue nunca. En ese caso es importante denunciarlo a la policía, especialmente si supera los 120 euros, porque algunos bancos reintegran el importe. El 60% de los fraudes en internet son inferiores a los 100 euros y en nuestro país han afectado de una manera u otra hasta a un tercio de los consumidores.

¿Qué podemos hacer? Desconfiar de los descuentos salvajes en páginas desconocidas y que incluyan el pago mediante tarjeta de crédito como única opción, verificar que la web incluye información sobre política de protección de datos y cookies, un medio de contacto claro (dirección física y teléfono) y no comprar nada si sólo muestran un correo electrónico genérico.

 

 

Sobrevalorar la ligereza

Actualmente la ligereza es tras el precio más asequible posible, el aspecto más valorado por la mayoría de los aficionados a la naturaleza. Aunque un producto ligero o hiperligero conlleva ventajas importantes, como hacer más liviana y/o pequeña  nuestra mochila y en segundo plano cansarnos menos durante su porteo, a menudo se sacrifica longevidad y comodidad o protección. Un ejemplo claro lo constituyen las tiendas de campaña hiperligeras, a menudo claustrofóbicas y de una sola capa –por lo que condensan más de lo deseable- o la nueva generación de mochilas con el nuevo composite de Dyneema (muy utilizadas por los excursionistas más técnicos en senderos de enormes distancias en Estados Unidos), con un acolchado y diseños excesivamente espartanos.

Mi consejo es que compares ese nuevo producto hiperligero con otros ya existentes, porque la diferencia de gramaje total puede resultar pequeña, el precio desorbitado o verse comprometidas prestaciones importantes, como la impermeabilidad o la resistencia.

 

Infravalorar el servicio postventa

No es agradable ver cómo una reclamación de un producto con poco uso, no se resuelve con rapidez, circunstancia que puede ocurrirnos tanto en un comercio físico como on line. En ambos tipos de establecimientos, el problema más común es la lentitud en la resolución de la devolución ¡podemos estar hablando de hasta mese!, lo que nos generará una mezcla de desasosiego y sensación de abuso bastante desagradables. Pueden tardar en contestarnos un correo, ponernos todo tipo de pegas (como imprimir y pegar una etiqueta que te envían a través de un servicio de atención de un chat), marearte con una concatenación de empleados a los que trasladan tu queja, cuestionar la garantía del producto o que el artículo entregado no corresponda a lo solicitado.

Este tipo de sorpresas existen incluso con grandes e-marketplace, es decir plataformas en línea que conectan a una cantidad enorme vendedores de todo el mundo con potenciales compradores, no siendo la propia plataforma propietaria o dueña de los artículos a la venta. En España hemos detectado un servicio de atención al cliente vinculado a la montaña, por parte de conocidas webs de precios especialmente ajustados o bajos y que son fácilmente detectables por la baja valoración de sus clientes, a menudo en torno a sólo 3 estrellas de satisfacción.

 

 

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