Bastones de trekking: una ayuda para tus piernas

¿Aún piensas que los bastones de trekking son un estorbo a la hora de salir a la montaña? Pues te equivocas: son una ayuda extra, sobre todo para tus piernas, tanto al subir como al baja

Javier Gonzalez

¿Aún piensas que los bastones de trekking son un estorbo a la hora de salir a la montaña? Pues te equivocas: son una ayuda extra, sobre todo para tus piernas, tanto al subir como al bajar.



Aprovechamos el escaparate de bastones de trekking del número de septiembre de Oxígeno para recordaros algunas consideraciones técnicas sobre su uso y disfrute:

Las bajadas castigan a los músculos de tus cuádriceps y especialmente a las articulaciones de la rodilla, que son los amortiguadores naturales donde recae todo el peso de tu cuerpo. Los bastones son unos amortiguadores extra que ayudan a repartir el peso del cuerpo en más puntos y no sólo en las rodillas.

En el ascenso se utilizan como puntos de apoyo en terrenos difíciles o cuando hay una fuerte pendiente, y además contribuyen a realizar un completo trabajo muscular y aeróbico: al apoyar los bastones trabajan también los brazos, hombros y pecho, lo que activa la circulación y la respiración, además de poner a trabajar a más músculos.

Los bastones de trekking son regulables, tienes que adaptarlos a tu altura: suele tener o tres o dos segmentos (para plegarlo): del mango al medio y del medio a la punta. Al extenderlo, hazlo por los tres segmentos equilibradamente, es decir, no lo alargues sólo por un segmento. Para saber la altura correcta a la que tienes que llevar el bastón, agárralo por la punta y apoya el puño en el suelo con el bastón vertical, paralelo al cuerpo. El brazo tiene que formar un ángulo recto (90º) con el bastón. Con fuertes pendientes tendrás que modificar la longitud del bastón: en la subida acortarlo, y en las bajadas alargarlo un poco más.

FOTO: Mikael Helsing