Partiendo de la base de que siempre hay que respetar la montaña, sin importar su altitud o dificultad técnica, hemos querido daros nuestro Top 5 de cimas comprometidas y exigentes, con baja tasa de éxito y mucho espacio para la aventura. Hay muchas más que podrían ocupar alguno de los puestos, como el Masherbrum, el Eiger, El GIV o el Fitz Roy, pero nuestra lista responde a una mezcla de celebridad y dimensiones técnicas superlativas. Por eso queremos contar con vuestra participación, y entre todos vuestros comentarios en su correspondiente post de Facebook sortearemos una mochila de hidratación Trail XP 14 Evo de Raidlight. ¡Suerte y felices montañas, oxigenados!
K2
La montaña de las montañas. No necesita presentación. Sigue sin ser escalada en invierno (es el único ochomil que resta por ascender) a pesar de los esfuerzos de algunos de los alpinistas más duros del mundo. Altitud inasequible, secciones técnicas amenazadas por avalanchas y un trecho muy largo y comprometido desde el último campo de altura hasta la cima. Pues eso, el K2.
Annapurna
Es lógico que la lista esté ocupada por más de un ochomil. Esa mágica cifra de ochomil metros, esa última frontera del límite humano, no suele perdonar errores estratégicos y, sobre todo, son muy dadas a los caprichos de la meteorología. El Annapurna, en concreto, a pesar de ser uno de los ochomiles pequeños y de dificultad técnica media, es la más dada a las avalanchas y cuenta con una tasa de mortalidad elevadísima. Una mole de rocas y hielos muy dados a desaparramarse cuando menos te lo esperas.
Denali
Sólo la mitad de los que lo intentan alcanzan la cima y un centenar de pretendientes se han dejado la vida en sus laderas. Es el Techo de América del Norte, con 6.190 metros. Cuenta con una ruta clásica y ténicamente "asequible", pero siempre expuesta, comprometida, aficionada a las tormentas y terriblemente desoladora. Las temperaturas pueden volverse insoportables y, además, el desnivel a superar desde la base es de alrededor de 4.000 metros. Exigencia pura entre las nubes de Alaska.
Baintha Brakk
A cualquier aficionado a las grandes historias de montaña le sonará el nombre de esta cumbre. O quizá la conozcan como El Ogro. El caso es que Doug Scott, uno de los grandes de siempre, se rompió las dos piernas durante la primera ascensión junto a Chris Bonington, en 1971. Desde la primera a la segunda ascensión pasó un cuarto de siglo. Kyle Dempster y Hayden Kennedy lograban, en 2012, la tercera y última escalada conocida. Supera los 7.000 metros y exige esfuerzo permanente. Un hueso que ha rechazado a una veintena de expediciones.
Gran Torre del Trango
Una aguja afilada, aérea y expuesta, de 6.286 metros: la pared vertical más grande del mundo. No sólo hablamos de la dificultad técnica de escalar en su oceánico granito, es que uno debe hacerlo con oxígeno escaso y pendiente de las fuerzas climáticas del Karakorum. La fatiga y la deshidratación están aseguradas. La aventura extrema también. Escenario dramático de algunas de las ambiciones más vanguardistas de las que se tienen recuerdo.