Primera ascensión al Jeannette Peak

Un tresmil de la Columbia Británica que permanecía virgen.

Jorge Jiménez Ríos

Primera ascensión al Jeannette Peak
Primera ascensión al Jeannette Peak

Ocultas por el olvido geográfico, su talla modesta o su logística inabarcable, aún hay muchas montañas que aguardan la seducción humana para rendirse a los encantos de ese romántico y audaz coqueteo que es el alpinismo de exploración. El Pico Jeannette, en la Columbia Británica, era uno de esos fortines inviolados que se reservaban para un pretendiente digno, y no ha podido resistirse al cortejo de Lonnie Dupre y los canadienses Pascale Marceau y Vern Stice, quienes despejaban sus misterios, pulcramente atesorados a 3.089 metros.

La elección para el trio era obvia. La montaña está enclavada a sólo 45 kilómetros de Jasper, pueblito pintoresco con un puñado de habitantes que explotan el hormigueo del Parque Nacional del mismo nombre, una de las grandes maravillas del Norte americano. El Jeannette, que resitía a las ambiciones montañeras desde su bastión en la cordillera Selwyn, era la cima más alta aún sin ascender en la Columbia Británica.

Sorprendida por su estatus sin mácula, la cordada se embarcó en una investigación exhaustiva a través de las páginas del Canadian Alpine Journal y del American Alpine Journal para corroborar que la montaña no tenía ninguna ascensión registrada. Pronto iban a descubrir el porqué. Protegida por un perímetro de pequeñas cimas afiladas y tediosas, los valles que custodia el Jeannete son más que proclives a las melopeas meteorológicas, es decir, a vomitar aludes como purga por sus excesos. Pero, ya saben, eso es la aventura. "Dar los primeros pasos y sentirnos pioneros en una montaña inexplorada es un verdadero honor". Para añadirle la guinda al pastel, al llegar al campo base les aguardaba la visita de un glotón (wolverine o carcayú), un depredador esquivo y solitario cuya presencia sólo podía ser un signo de buena fortuna.

La montaña que naufragó

La cumbre debe su nombre al USS Jeannette, un buque americano que desaparecía en 1879 tras ser atrapadao y masticado por las banquisas de Siberia, y que aparecería tres años más tarde en las costas de Groenlandia, al otro lado del mundo. Este hecho inspiraba la primera teoría de la deriva transpolar, la misma que confirmaría Fridtjof Nansen en su intento de conquistar el Polo Norte, aprovechando los movimientos del hielo producidos por las corrientes del océano Ártico. "El nombre encaja a la perfección en el trasfondo exploratorio de la expedición", celebraba Dupre, uno de los alpinistas más prolíficos del Gran Norte.

El Pico Jeannette, sobresaliendo en altura sobre sus guardias rocosos, bien podría asemejarse a una de esas naves asediadas por los hielos y seracs de las grandes epopeyas polares. Congraciados con su aura de descubrimiento, el equipo se dirigía a la montaña con la única ayuda de las imágenes de Google Earth y la escueta descripción de la web Bivouac.com: "Un pico vertiginoso y accidentado por su vertiente oriental y con un glaciar muy empinado bajo sus laderas occidentales. Sería muy dificil escalarlo desde cualquier dirección".

El primer intento corría a cargo de Dupre y Marceau, tres semanas antes del ataque exitoso, retirándose a apenas 120 metros de la cima a causa de un técnico obstáculo rocoso y al grave peligro de avalanchas. Tras eso, Vern Stice se unía a ellos para resolver las dificultades de su hombro noroeste y arista norte, que enarbolaban como defensa complicados pasos en roca y mixto antes del acceso al pequeño plateu de cumbre. El viento y el frío solo les permitía pasar 15 minutos en el vértice definitivo, desde donde disfrutaban de una panorámica de orgullosos picos, como olas tranquilas en un océano de roca y nieve.

Fotos: Col. Lonnie Dupre