Nunca se ha logrado antes e incluso hay mucha gente que duda de que sea posible. Y precisamente por eso hay que intentarlo. Hollar el K2 en invierno se ha convertido en el último gran objetivo del alpinismo y, concretamente, en la ambición prioritaria para los polacos, que iniciaban el camino invernal en los ochomiles con el Everest en 1980, merced a la tenacidad de Wielicki y Cichy.
Precisamente Krzysztof Wielicki iba a liderar un nuevo intento a la "Montaña Salvaje" a finales de este año, pero finalmente sus intenciones se han pospuesto al invierno de 2020. "La razón principal es la falta de un equipo fuerte que nos ofrezca una oportunidad real de alcanzar la cima", ha explicado Piotr Tomala en un comunicado. El veterano alpinista ha querido recordar que llevan todo el año preparando un asalto para 2019, incluyendo la financiación que ya estaría garantizada. "Desafortunadamente algunos de los miembros potenciales de la expedición no podrán unirse debido a diversas lesiones que necesitan de una cuidadosa curación. Eso significa que en este momento no tenemos los suficientes alpinistas experimentados para hacer las cosas como queremos. Nuestra meta no es sólo estar en el campo base del K2. Nuestro sentido de la responsabilidad, tanto con el proyecto como con la seguridad de nuestro equipo, nos obliga a posponer el intento para el invierno de 2020".
Tomala, director del Artur Hajzer Polish Winter Himalaism Programme también ha explicado que durante 2019 y 2020 se llevarán a cabo programas de entrenamiento y expediciones dedicadas a preparar a jóvenes alpinistas sin experiencia en grandes montañas. "Durante nuestro último camp en los Tatras encontramos varios buenos candidatos", confirma Piotr, que mantiene la esperanza en las nuevas generaciones. "Espero que para el invierno de 2020 estos jóvenes tengan la experiencia suficiente para formar parte de un desafío tan exigente como el K2", conluye Tomala.