Según el momento en que las circunstancias aconsejen su presencia, los seguros serán de tres tipos:
A) Potenciales: No estaban antes de que la caída tenga lugar, es decir, se hacen al mismo tiempo. Obviamente, son los de más complicada factura por su inmediata solicitud, y por ende, los que requieren más práctica previa al depender en gran medida del reflejo de quien va a asegurar. Ejemplo: piolet-cadera. Estos seguros son muy válidos para pendientes abiertas (por su posibilidad de progresar en diagonal), aristas (¡de nieve!) y glaciares.
Piolet-cadera: técnica de aseguramiento que se utiliza sobre nieves blandas. En este caso, el aseguramiento puede ser potencial (se ejecuta en el mismo momento en que se produce la caída), o rápido (se utiliza de forma preventiva antes de una posible caída). Se clava el piolet en vertical, un poco inclinado hacia la ladera (unos 10º-15º), y nos sentamos de lado junto a él con la pierna del valle extendida hacia abajo y la pierna de montaña flexionada, ambas ejerciendo un apoyo firme en la nieve. La cuerda que viene del compañero pasa por encima del muslo de la pierna de montaña, rodea el mango del piolet y pasa por detrás de la cintura, donde la sujetamos con la mano de freno. Al dejarnos caer sobre la nieve con el piolet y la cuerda preparados en la cadera, es importante orientar bien las piernas semiextendidas en la dirección del tirón de la cuerda que viene de nuestro compañero, para evitar posibles desequilibrios.
B) Rápidos: También son “sobre la marcha”, pero se colocan premeditadamente a título preventivo antes de cualquier posible caída al superar, por ejemplo, un resalte vertical en mitad de una arista sencilla. En nieve que no sea dura, el propio piolet-cadera es igualmente válido. Si no, el piolet-bota. Y cuando la nieve está helada o hay hielo, tornillo-bota, o aseguramiento al piolet clavado por el pico. Si lo que tenemos es roca, un buen anillo rodeando un sólido bloque o puro de roca reunirá los requisitos de rapidez y eficacia requeridos en este caso. Ante situaciones aún más rápidas, y si los bordes del bloque no están afilados, la propia cuerda abrazándolo pudiera servirnos.Suelen emplearse en multitud de situaciones, en cualquiera de las cuatro configuraciones contempladas: pendientes, corredores, aristas y glaciares.
Piolet-bota: técnica de aseguramiento rápido sobre nieves de cierta consistencia. Se utiliza de forma premeditada antes de una posible caída, para neutralizarla inmediatamente si esta se produjera. Nos colocamos de lado con respecto a la pendiente y hacemos una plataforma para apoyar el pie del lado de la montaña y el piolet, que clavamos en la nieve todo lo que se pueda, pegado a la bota. Es importante acercar el piolet a la caña de la bota para que la cuerda tenga con esta un buen punto de rozamiento. El pie del valle se afianzará bien, alineado por debajo del otro con la pierna estirada. Pasaremos entonces la cuerda que va al compañero por encima del empeine, tras el mango del piolet y por delante y alrededor del tobillo. La cuerda se sostendrá con la mano del valle y, cuando se prevea un posible tirón, la mano de la montaña sujetará la cabeza del piolet procurando que no salga.
Estos seguros están recomendados sólo para caídas de bajo factor (segundos, travesías...). Si la zona que se recorre en ensamble es muy fácil (inclinación muy baja, enganches constantes de cuerda, varios cambios de dirección) lo más recomendable será reducir al mínimo (6-8 m) la distancia de cuerda que separa a los escaladores. Cada uno recogerá en bandolera alrededor de su tórax la cuerda sobrante... ¡rematándola convenientemente al arnés! El que va primero llevará siempre la cuerda que sale a su compañero cogida con la mano, con una doble finalidad: mantener una semi-tensión constante sobre su compañero para poder “sentirle” y así anticiparse a su posible caída, y para que en tal caso el primer tirón no lo reciba su cuerpo y le desequilibre.
C) Intermedios: no necesariamente tan rápidos como los anteriores, equivalen a los mismos seguros que colocaría el primero entre las reuniones de una progresión en cordada. Obviamente, cualquiera de los anclajes empleados en escalada para nieve, hielo y roca son válidos. Están especialmente indicados en el caso de corredores o canales heladas.
- Son válidos para caídas de mayor factor. Se supone que la caída sigue siendo muy poco probable (¡por eso hemos decidido ir en ensamble!). Siempre habrá colocados al menos dos seguros entre cada miembro. Aquí sí será mejor alargar la distancia de cuerda entre ellos, para darle al primero más independencia en este tipo de maniobras y porque, en caso de caída, la fuerza de choque que recibirá el seguro previamente colocado será mucho menor. En caso de cordada de tres, el segundo, antes de sacar su cuerda del seguro, deberá pasar por el mosquetón primero el tramo que le une al tercero, para evitar momentos de desprotección absoluta. Esta configuración no evita que uno pueda arrastrar momentáneamente al otro hasta que los seguros tensen las cuerdas, y por tanto provocar daños. Hay técnicas para evitarlo, pero muy avanzadas. Por eso, no está de más insistir en la necesidad de comunicación entre los miembros de la cordada, y si fuera necesario ,que el primero o el segundo se detengan e instalen nuevos seguros para mejor proteger y protegerse, si alguno de los miembros no lo ve claro antes de que sea demasiado tarde.
Estos tres tipos de seguros tienen una semejanza importante: en ningún caso pueden considerarse “técnicamente” como reuniones.