Turia-Cabriel, un camino natural para cicloturistas aventureros

Un desafío de contrastes ambientales y espacios naturales dispares por serranías escarpadas y solitarias que podrán a prueba el espíritu aventurero y deportivo de los ciclo viajeros

Turia-Cabriel, un camino natural para cicloturistas aventureros
Turia-Cabriel, un camino natural para cicloturistas aventureros

El mar de vides es interminable y las tiesas hileras de las cepas pintan de colores el paisaje, es tierra de vinos, bodegas históricas, villas medievales y pueblos que fueron las antiguas fronteras entre los territorios de Castilla, el reino de Valencia y la costa del Mediterráneo. El viejo Camino Real de la Mancha es una serpiente de ripio y gravilla flotando sobre las interminables colinas de viñedos y cultivos de La Plana, en la comarca valenciana de Utiel-Requena, el nuevo espacio ambiental donde vamos a pasar un par de días en modo bikepacking gravelero por el Camino Natural Turia-Cabriel y una variante en el Parque Natural de las Hoces del Cabriel, dispuestos para conocer pedaleando uno de los espacios naturales protegidos más ricos y valiosos del interior de Valencia.

La principal finalidad del Camino Natural es comunicar los valles de los ríos Turia y Cabriel mediante caminos rurales, vías pecuarias, rutas de peregrinos, antiguos caminos reales y veredas de montaña por las sierras interiores valencianas y los exclusivos paisajes de viñedos de La Plana de Utiel-Requena. Un desafío de contrastes ambientales y espacios naturales dispares por serranías escarpadas y solitarias que podrán a prueba el espíritu aventurero y deportivo de los ciclo viajeros, afrontando largas pendientes y firmes de todo tipo que llegarán la límite de la ciclabilidad en algunos momentos. Y también un apetecible viaje por villas medievales cargadas de riqueza histórica y patrimonio monumental, por aldeas y antiguas alquerías agrícolas llenas de interés cultural, etnográfico y turismo rural, centrado en la cultura del vino, la gastronomía y los espacios naturales protegidos.

Un modo adecuado para aprovechar el diseño del Camino Natural Turia-Cabriel en bicicleta de gravel es recorrer en un par de etapas el sector occidental del Cabriel, comenzando en Requena, y un tramo del sector oriental del Turia hasta Siete Aguas, aprovechando los tramos ciclables del Camino Natural. En la Hoya de Buñol, la sierra de Chiva y el barranco de la Vallesa, en Siete Aguas, hay tramos no ciclables, alguno de varios kilómetros, y obligarían a desviarse demasiado del itinerario principal. Las dos jornadas propuestas de bikepacking ligero son ideales para un fin de semana o un puente en cualquier momento del año, aprovechando para descubrir la inspiración creativa de la red de itinerarios de los Caminos Naturales en lugares poco frecuentados del interior de Valencia y parajes que parecen creados para recorrer en bicicleta, una forma excelente de sentir la naturaleza y el medio rural.

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DATOS

  • Punto de partida y llegada: Requena (Valencia).
  • Tiempo: 2 etapas.
  • Distancia: 163 kilómetros.
  • Desnivel positivo: 2.450 metros.

Etapa 1. Requena/Villargordo del Cabriel
77 kilómetros. 1.360 metros positivos.

La villa medieval de Requena es una población relevante para iniciar una aventura cicloturista en las tierras altas del interior valenciano, antigua frontera entre los reinos de Valencia y Toledo, con aduana y puerto franco en el siglo XIII que generaban buenos ingresos por el comercio de mercancías en los límites de Castilla. Y sigue siendo un lugar animado y comercial, los alrededores de la Avenida del Arrabal y la Plaza del Portal al atardecer tienen un bullicio encantador. La Villa es el barrio histórico de Requena, concentra siglos de historia, arte y monumentalidad, fue declarado Conjunto Histórico-Artístico en 1966. La Medina conserva el trazado de origen árabe, las calles son intrincadas y estrechas alrededor de la antigua fortaleza musulmana, tiene restos de murallas, portales y rincones evocadores. El inicio del track está puesto cerca del centro, en la rotonda de la circunvalación donde termina la Avenida de Valencia y comienza la N-322. En el paso de peatones lateral están las señales de sendero PR-CV 419 Río Magro y Santa Catalina que llevan hasta el Camino Natural Turia-Cabriel por el lateral de unas instalaciones deportivas. En el puente de El Pontón, en la N-322, comienza el tramo que denominados “sector Cabriel” del Camino Natural.

Los primeros diez kilómetros del viaje ciclista revelan la distinción de contrastes que marcarán el recorrido en esta nueva aventura gravelera. La rambla del río Magro es una pequeña jungla de carrizos, juncos, sauces, álamos y cañaverales con pasadizos inquietantes porque parece que el sendero puede desaparecer en cualquier momento, todo un desafío para la bici de gravel. El sendero serpentea por el cauce esquivando cepas de hierbas gigantes y pequeños toboganes que obligan a mantener la concentración en la conducción en todo momento. La ciclabilidad es aceptable salvo algunos pasos encharcados en el cauce estacional cuando hay humedad y un par de tramos en los taludes laterales que ponen a prueba la pericia en el pilotaje y la continuidad del camino. Los hitos del Camino Natural no dejan lugar a dudas, siempre es por el interior de la rambla. La diversión termina en el poblado de San Juan, una de las aldeas más antiguas de Requena. El camino pasa por uno de los ojos del puente centenario del río Magro, una bonita obra de la arquitectura civil local construida en 1917, y poco después abandona la rambla para continuar el viaje por el mar de vides de La Plana. La ruta rodea las instalaciones de una bodega y comienza una travesía muy disfrutona por el antiguo Camino Real de Castilla a Valencia, una histórica ruta caminera, comercial y ganadera conocida como la Cañada de Cuenca o Ruta de la Lana. La gravel vuela por estos caminos agrícolas, los desniveles son escasos y el firme de tierra está impecable.

En el Alto de los Aliagares hay que dejar el Camino Natural y girar hacia la izquierda por una pista asfaltada para iniciar la variante cicloturista del Parque Natural de las Hoces del Cabriel. La carreterita campesina pasa por la aldea de Los Pedriches y sigue hasta Venta del Moro, un popular municipio cabrielino en el Camino de la Vera Cruz, uno de los grandes itinerarios de peregrinación entre Roncesvalles, en el Camino Francés, y Caravaca de la Cruz, en Murcia, siguiendo los hitos templarios que usaron los custodios del “lignum crucis” (la astilla de la cruz de Cristo) durante el traslado al santuario murciano hace mil años. En la salida de Venta del Moro hay señales de rutas en varias direcciones y la óptima para la gravel es el carril marcado con los hitos del PR-CV 345, directa hacia Casas del Rey y Casas de Moya. El paisaje es una nueva transición ambiental, un sugerente cambio de la meseta agrícola de viñedos y campos agrícolas al escenario de garriga serrana de las cordilleras mediterráneas. Los colores de la tierra, las formaciones rocosas y los pinares anuncian la entrada al gran cañón de las Hoces del Cabriel, declarado espacio natural protegido en 2005 y Reserva de la Biosfera en 2019. En Casas de Moya hay un rpecho por asfalto hasta el alto del Cerro de las Tres Cruces y después el “bajadón”.

La carretera empieza un descenso vertiginoso intentando descubrir el abismo del río Cabriel en el laberinto del paisaje. La sensación de felicidad es absoluta, al final seguro que aparece el río y la bicicleta baja a toda velocidad por las laderas de la sierra del Rubial. En un cruce hay carteles de una ruta directa al puente de Vadocañas, donde está la conexión con el Camino Natural, por el momento la ruta continúa por la izquierda hacia Los Cárceles. En el camino hay que atravesar la finca El Tochar, uno de los cotos de caza más famosos de España. El descenso termina en la orilla del Cabriel. El río navega apacible, forestal y solitario en un grandioso cañón rodeado de montes y serranías. El camino atraviesa el río Cabriel en la aldea de Los Cárceles y entra en la provincia de Albacete, un paraíso perdido cerca de las ruinas del puente de Villamalea, uno de los restos de la vieja vía del tren Baeza-Utiel. El ferrocarril fue proyectado a principios del siglo XX para comunicar Andalucía con Cataluña, con la finalidad comercial de facilitar el intercambio de productos andaluces como aceite, cereales, ganado o azafrán, con artículos catalanes como fruta, hortalizas y maquinaría. El inicio de la Guerra Civil, en 1936, paralizó las obras y el ferrocarril nunca fue inaugurado, rompiendo todos los sueños de oportunidades y futuro.

La aventura cicloturista sale de Los Cárceles por la vega del río, pasa el barranco de la Vida y sube por una pista forestal unos kilómetros para evitar los meandros más angostos del cañón. En este tramo hay caminos cerca de la orilla del Cabriel, marcados con las señales del GR-66, pero algunos no son ciclables para la bicicleta de gravel y es más operativo rodear por el monte. La subida son unos cuatro kilómetros, hasta los campos agrícolas de Los Armalletes, después la ruta toma una pista forestal hacia la derecha y baja hasta la Venta de Vadocañas, uno de los pasos históricos entre La Mancha y Valencia. El otro era el puente de Pajazo, que ahora está sumergido en las aguas del embalse de Contreras. El puente de Vadocañas es monumental, tiene un ojo de 33 metros luz y muestra una obra de sillería extraordinaria, el origen es romano, aunque la construcción actual es del siglo XVI. “Pasan carros y gente. Tiene el ojo ciento y veinte pies en güeco de mucha largura. Dicen ser la mayor y mejor y de grandes y mayores piedras del reino, y pasan bestias, y todo lo demás, de Toledo y otras partes a Valencia y Requena donde está la aduana”. En la orilla valenciana aparecen los carteles del Camino Natural Turia-Cabriel hacia Villargordo del Cabriel. La subida es larga, hay que subir de nuevo hasta los campos agrícolas de La Plana por las agrestes laderas de la sierra del Rubial, es buen momento para ver cabras montesas, ciervos y jabalíes. En el monte Moluengo hay un tramo no ciclable, conocido como Senda de la Cueva de los Ladrones, y antes de llegar sale un desvío por la izquierda que salva la sierra por una pista forestal de buena ciclabilidad y conecta con el Camino Natural en la cañada de Los Pocicos, siguiendo los hitos rojos hasta el final de la etapa entre los viñedos de Villargordo del Cabriel.

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Etapa 2. Villargordo del Cabriel/Requena
86 kilómetros. 1.090 metros positivos.

Los hitos del Camino Natural salen del conjunto urbano de Villargordo del Cabriel, salvan los pasos de la N-III y la autovía A-3, recorren las colinas campesinas de La Erilla y pasan por Jaraguas, una aldea perteneciente al ayuntamiento de Venta del Moro, con yacimientos de poblados íberos y romanos. La ruta atraviesa el caserío y en las afueras pasa por la Rambla de la Albosa, un rincón muy agradable con un acogedor paseo de chopos gigantes, el lavadero comunal y una fuente histórica. Los postes de las señales pasan cerca de las salinas de la Mina Lolita, un manantial de aguas salinas explotadas desde la época de los romanos. La ruta conecta con el Camino Real de Castilla a Valencia y recorre el mismo camino del día anterior hasta la inundable rambla del río Magro y su inquietante selva fluvial.

La etapa podría terminar en media jornada en Requena, unos 40 kilómetros desde Villargordo del Cabriel, pero merece la pena ignorar esta opción y continuar por el valle del río Magro hacia El Rebollar y Siete Aguas, en el tramo que denominamos “sector Turia”. Después de Requena el cañón del río Magro es espectacular, una galería forestal de chopos, álamos, fresnos, sauces y nogales entre paredes de piedra que mantienen el cauce aislado de los campos agrícolas, dedicados principalmente al cultivo de viñas, olivos y almendros. El camino pasa por el paraje de la curiosa ermita de San Blas, en el barrio de Las Ollerías, levantada en el siglo XVIII en las dependencias de una antigua alquería agrícola en la orilla del río Magro. En el carril del barranco aparecen también marcas del Camino de Santiago de la Ruta de la Lana, usado desde hace siglos por caminantes, peregrinos y mercaderes entre la costa del Mediterráneo y la ciudad de Burgos. Los postes del Camino Natural dejan la garganta del río Magro y suben por la vega de Fuente Cuca hasta el Aeródromo de Requena. En la entrada del aeropuerto sale por la derecha el camino de la Herrada del Gallego, un paraje forestal sobresaliente en el entorno ambiental de Requena.

El viaje ciclista sigue por el camino rural de la Ruta de la Lana y pasa por El Rebollar, una antigua venta en el Camino Real de Valencia. Los toboganes se suceden entre montes de encinas, bosquecillos de pino carrasco y plantaciones de viñas hasta que comienza la subida final hacia Siete Aguas, en la vía de servicio de la A-3. El Camino Natural pasa por un tunelito incómodo debajo de la autovía, después cruza el puente del tren de alta velocidad y sigue por una vereda con bastante piedra que puede poner en apuros a quienes lleven en la bici desarrollos largos. La bajada hasta el pueblo también es delicada por el firme suelto. En Siete Aguas termina el “sector Turia” del Camino Natural. El recorrido hasta Pedralba, en el valle del Turia, tiene varios tramos no ciclables para las bicicletas de gravel y damos la vuelta en este bonito pueblo de la Hoya de Buñol-Chiva, célebre por los manantiales que brotan en el municipio, como las fuentes del Papán, de la Gota, del Apetito, de la Tejería o el gran símbolo de la población, la popular Fuente de los Siete Caños, en el centro del casco urbano. El regreso desde Siete Aguas hasta la autovía es recomendable por la carretera para evitar la vereda de las piedras. Y después hasta Requena por el mismo recorrido, siguiendo los hitos rojos del Camino Natural Turia-Cabriel por El Rebollar y el valle del río Magro.