Tras abrir la friolera de seis rutas en el Himalaya pakistaní entre las que destacaba “Waa Shakir” 6b/M.5/70º/ 2.200m, y con la que cerraban el macro-proyecto “LOS 4 ELEMENTOS” tras prácticamente dos meses de expedición, cualquiera se habría tomado unas merecidas vacaciones y comenzado ya a pensar en la temporada siguiente; pero no ha sido así para los dos hermanos vitorianos, que como siempre buscando la perfección, se han marchado a los Andes detrás del 10 en el examen...
”Cuando a través de TNF salió la expedición a las Torres del Trango estábamos felices, pero también preocupados por no poder volver a la Cordillera Blanca, y que alguien se nos adelantara en un proyecto muy importante para nuestra carrera, que intentamos el año pasado y que por culpa de las condiciones no pudimos resolver satisfactoriamente...”. Y están hablando nada más y nada menos que de la primera ascensión a la inescalada cara noroeste del Ranrapalca, una imponente mole de casi un kilómetro vertical, que alcanza de manera vertiginosa esta famosa cumbre de 6.162 m.

”La vimos por primera vez cuando junto a Micher Quito inauguramos en los Urus “Hanan Pacha” y “EMMOA” -que por cierto la primera se ha convertido en un clásico de dificultad que este año ya acumula varias repeticiones internacionales- , la teníamos en frente, al otro lado del valle, pero no teníamos claro que seríamos capaces de escalar algo tan largo, vertical y complejo a más de 6.000 m de altura. De hecho lo intentamos, pero ya muy desgastados tras dos meses de expedición, y con la ruta en malas condiciones por la falta de nieve, decidimos darnos la vuelta...”.
¡Pero este año si!, vuelven con la clara intención de quitarse la espina, y nuevamente con el alpinista local Micher Quito, logran en dos jornadas de ascensión, la primera a la cara noreste, que bautizan como “Ya Pe’ Cholo” 6b/80º/1200 m. ”Ha sido una escalada dura, expuesta y muy larga. Dura, porque escalar una pared tan grande con cerca de 20 kg a la espalda multiplica la dificultad. Expuesta, porque estando a final de temporada y con el calor que ha hecho este año, los desprendimientos de piedras y hielo que caían a nuestro alrededor eran constantes. Y larga, porque con 900m de desnivel y más de 1000 m de recorrido, esta cara noreste del Ranrapalca es una de las más grandes que hemos ascendido nunca”.

Destacan también la perfecta sincronización con el escalador huaracino: ”La temporada anterior ya comprobamos que nuestro amigo Micher tiene cualidades para ser uno de los mejores de la Cordillera: Tranquilo, frío, fuerte, experimentado, humilde... Es el compañero ideal para una escalada de esta envergadura. Lo demostró en las dos vías que abrimos en los Urus, pero sobre todo cuando inauguramos “One Push”, una apertura en la que todos fuimos al límite. Este año en “Ya Pe’ Cholo” la coordinación ha sido perfecta: Yo (Eneko) tiré los nueve largos del primer día mientras Iker y Micher acarreaban gran parte del peso (Fueron trece horas de actividad ininterrumpidas) hasta que llegamos a la repisa que nos haría las veces de vivac. El lugar era frío, incómodo y peligroso (Continuas caídas de piedras durante toda la noche) a más de 500 metros del suelo, suspendidos sobre un pequeño nido de águilas. Por la mañana costó horrores escalar algunos largos de sexto con el termómetro varios grados bajo cero y el peso de nuestras mochilas. Fue una jornada en la que a Iker le tocó liderar, hasta que ya muy cerca del plato somital, pasó Micher. Necesitábamos el relevo porque los dos íbamos muy desgastados. Encontramos varias grietas grandes en el plato que tuvimos que salvar vadeando o saltando sobre ellas. La ayuda de nuestro compañero peruano fue fundamental para no caer en ninguna. Él está acostumbrado a un terreno que nosotros no tenemos en casa. Así, a las 16:15 alcanzamos la cumbre en medio de mucha emoción y alegría. Tras unos cuantos abrazos y en menos de quince minutos iniciamos el descenso. Sabíamos que nos teníamos que mover rápido porque nos venían varios rapeles verticales y después había que atravesar un glaciar lleno de grietas espeluznantes. En el último rapel de roca rozamos la tragedia...: ”Un bloque de piedra enorme impactó sobre la cabeza de Eneko cuando rapelaba. En un primer momento pensé que no la había contado. El golpe fue brutal, y como no contestaba, me temí lo peor... Se quedó colgando de la cuerda y Micher que estaba más abajo tuvo que bloquear el rapel para que no se deslizase al vacío. Fue un momento muy difícil para todos hasta que por fin dio señales de vida. Cuando se recuperó, él solo por su propio pie pudo seguir rapelando. El accidente ocurrió a las 17:30, y estuvo mucho tiempo en estado de shock, pero no pudo venirse abajo porque todavía nos quedaban muchas horas de descenso. Concretamente no fue hasta las 2:00 am, con la noche ya cerrada, que después de atravesar un laberinto de grietas impresionantes, logramos descender hasta el refugio-vivac (Sin guardar) Giordano Longoni, parte de la red de refugios andinos de la “Operación Matogrosso”- nos cuenta Iker.
Fue el incidente más grave en una ascensión que los Pou por otra parte califican de brillante y una de las más significativas de su larga y extensa carrera. “Estamos muy contentos y orgullosos de seguir dejando nuestra impronta alrededor del planeta, sobre todo en un momento en que las nuevas generaciones se limitan únicamente a repetir vías solo valorando los números. Poder imaginar, idear y crear nuevos itinerarios vanguardistas nos permite ir más allá en la evolución del alpinismo e intentar dejar un buen legado.”