La memoria de una tragedia sepultada por el hielo

Un grupo de científicos ha recuperado unas fotografías de hace un siglo, pertenecientes al Ross Sea Party, una expedición polar con un final poco afortunado.

Redacción Oxígeno

La memoria de una tragedia sepultada por el hielo
La memoria de una tragedia sepultada por el hielo

En 2013, unos científicos que se encontraban restaurando una cabaña en la Antártida, descubrieron una caja de 100 años de antigüedad con negativos congelados en el interior de un bloque de hielo. Era la memoria gráfica de una de las expediciones polares más desafortunada de la historia, la Ross Sea Party.

A pesar de haber permanecido congeladas durante un siglo, el equipo ha sido capaz de recuperar las 22 fotografías, mostrando la cara desconocida de aquella tragedia. Según el equipo – un grupo de científicos que trabajan con la Antartic Heritage Trust de Nueva Zelanda (NZAHT) – las fotos fueron tomadas por uno de los miembros del Ross Sea Party que estaba trabajando con el famoso explorador Ernest Shackleton durante la misión de cruzar el continente de 1915 a 1917.

Para entender la verdadera importancia de estas fotos, vamos a hacer un repaso por el fatal incidente que sucedió mientras Shackleton y su tripulación intentaban conquistar uno de los rincones más inhóspitos de la Tierra. 

La historia de Schakleton se remonta a diciembre de 1914, cuando él y su equipo se dispusieron a cruzar el continente Antártico, una hazaña que jamás nadie había conseguido.  El plan consistía en tener una tropa, liderada por Shackleton, que entrara al continente por el sur de Georgia mientras que la otra – el Ross Sea Party – hiciera una ruta complementaria por el lado australiano. Estos dos equipos deberían reunirse en el punto intermedio del territorio, algo que nunca pudo cumplirse.

Aquí están los negativos que han sido recuperados de la misión del Ross Sea Party 100 años después:

Fotografía del Ross Sea Party

Pero, ¿qué fue lo que realmente ocurrió? En enero de 1915, navegando con la vista puesta en el continente Antártico, el barco de Shackleton (que lo había bautizado con el nombre de Endurance, resistencia) se tropezó con una placa de hielo, lo que le obligó a avanzar lentamente. El barco permaneció durante una larga temporada en un mismo punto, navegando a la deriva. Solo consiguieron llegar hasta el paralelo 77 en la bahía de Vashel en nueve meses.

En septiembre, el hielo se engrosó tanto, que provocó que el barco se moviera “a saltos” a medida que la presión aumentaba. En alguna ocasión, Shackleton dio la orden de abandonar Endurance para caminar sobre las gruesas placas de hielo.

Después de tres días rodeados de hielo, la tripulación vio como el barco comenzaba a hundirse. Decidieron salir de aquella zona hacia aguas abiertas con la esperanza de salvarse, pero solo fueron capaces de avanzar alrededor de 2,4 kilómetros cada día.

Para enero de 1916, Shackleton y su tropa ya habían abandonado la expedición en aguas abiertas y construyeron un primitivo asentamiento llamado Patience Camp (Campamento de la paciencia) para aguantar mientras esperaban con esperanza una mejora del tiempo.

En marzo, tras haber sido sorprendidos por una tormenta de nieve y con las reservas de comida a punto de acabarse, Shackleton ordenó matar a 69 perros que tenían con ellos, guardando a los más jóvenes para comérselos más adelante.

Ross Sea Party

En abril, la tripulación consiguió llegar a la Isla Elefante en tres botes salvavidas. Finalmente llegaron a la costa del sur de Georgia unas semanas más tarde.

Después de una larga caminata de 36 horas a través del glaciar del sur de Georgia, Shackleton encontró unos balleneros y alquiló un barco para recoger al resto de la tripulación que se encontraba en Isla Elefante. A la vista de los resultados, la expedición, que había durado 22 meses, había sido un completo fracaso.

Mientras ocurría todo esto, el Ross Sea Party estaba al otro lado de la Antártida para hacer el recorrido complementario al de Shackleton. Al igual que él, la expedición fue destruida por las inclemencias del tiempo y, desastre tras desastre, acabó también encallada en el continente.

Sin embargo, a diferencia de la tripulación principal de Shackleton, el Ross Sea Party consiguió completar la misión, aunque varios miembros murieron y el barco acabó hundido. La cara más amarga de esta historia es que todo eso lo hicieron en vano, pues Shackleton no consiguió finalizar el recorrido complementario que faltaba.

Las fotografías fueron encontradas en la cabaña del capitán Robert Falcon Scott, un explorador que se refugió allí alrededor de 1902. Muchas de estas fotografías muestran cómo era la situación en el Ross Sea Party, convirtiéndolas en imágenes muy valiosas para los historiadores. 

Ross Sea Party