El pasado 22 de mayo nos comunicaban que Manuel Calvo había concluido su recorrido por las tierras heladas de Groenlandia a lo largo de 450 kilómetros a bordo de un trineo movido por 16 perros entrenados para la ocasión, el máximo de distancia recorrida de las cinco ediciones de Desafío Ártico, una expedición anual con el objetivo de concienciar sobre los efectos del cambio climático, el fomento del deporte y la difusión de la historia y la cultura del perro
Sin embargo, su intención de llegar a Canadá atravesando el mar congelado, no fue posible por la falta de rigidez del hielo. Una circunstancia provocada por el cambio climático, que hace que la temperatura del agua no alcance la consistencia suficiente para aguantar el peso del trineo y los perros que van tirando de él. Además, una tormenta obligó a Manuel a permanecer aislado en Qaanaaq –la única población en la región de Groenlandia Septentrional– antes de volver a casa. Afortunadamente, todo finalizó bien y con la satisfacción de haber batido su propio récord de distancia recorrida, en la única zona del mundo donde los perros y los humanos se necesitan mutuamente para sobrevivir
¿Cómo empezó tu relación con el mushing?
Desde siempre he tenido una gran pasión por los perros y soy un gran aficionado al esquí; soy un habitual en Sierra Nevada y me escapo para allá siempre que puedo y la nieve lo permite. La idea de montar en un trineo tirado por perros fue algo que me llamó la atención porque juntaba dos de mis grandes pasiones y comencé a practicar de forma amateur en algunos puertos de nieve. Fue cuando viajé a Groenlandia por primera vez, en 2015, la primera vez que me monté en un trineo tirado por una gran cantidad de perros, que es el que utilizan allí para transportarse por el terreno nevado. A partir de ahí comencé a desarrollar mucho más la afición y el interés por el mushing hasta el día de hoy, que he recorrido en la última edición de Desafío Ártico 450 kilómetros montado en un trineo tirado por dieciséis perros.
¿Cómo entrenas para una expedición así?
Aparte de las rutas que hago con los perros en Sierra Nevada, hay que prepararse físicamente realizando ejercicio todas las mañanas para tener flexibidad, musculatura y capacidad para resistir grandes periodos de tiempo de desgaste físico. El entrenamiento también es mental: saber que vas a pasar casi un mes aislado con temperaturas de frío extremas, lejos de tu familia y sin saber qué va a pasar pero siendo conscientes de los riesgos a los que te enfrentas.
Este año el principal problema ha sido comprobar que el mar no contaba con la consistencia suficiente como para atravesarlo
¿Qué valoración haces de tu última expedición?
Como en todas las ediciones, y ya van cinco, hago una valoración muy positiva. El objetivo ha sido siempre el de dar a conocer la historia y la cultura del perro y realizo esta expedición por la particularidad cultural que esa zona del planeta tiene en cuanto a la relación de los humanos con los perros: ambas especies se ayudan mutuamente a sobrevivir en unas condiciones climatológicas extremas. Además, esta región está viéndose especialmente afectada por el cambio climático y nuestra misión también es denunciar las consecuencias directas que este fenómeno está teniendo sobre la vida de los habitantes de la región y advertir sobre qué está sucediendo allí y podría suceder al resto del mundo si este problema no se resuelve. Precisamente por este problema, uno de los objetivos que era la de llegar hasta Canadá no ha sido posible porque el mar no tenía la consistencia suficiente en su congelación para poder soportar mi peso, el del trineo y el de los dieciséis perros, y esto es consecuencia directa de esta catástrofe ecológica. Sin embargo, me propuse un nuevo reto que era el de superar el número de kilómetros recorridos en una sola edición: en este Desafío Ártico hemos alcanzado los 450 en total. Lo máximo hasta ahora había sido de 400.
Por lo que nos cuentas, el Cambio Climático está produciendo cambios a simple vista en Groenlandia… ¿cuáles son tus reflexiones al respecto?
Es terrible. Allí afecta a cualquier plano en el que se desarrolla cualquier actividad. Los Inuit (que son quienes habitan estas tierras), más que sufrir las consecuencias, lo que están haciendo es intentar adaptarse a esta situación. Por ejemplo, el narval (animal marino que vive en las zonas heladas, muy difícil de ver) ha sido una de las experiencias nuevas que he vivido este año precisamente porque, debido al calentamiento del mar, hay un nivel de hielo que permite verlo un mes antes de lo que era habitual antes del cambio climático. Como el mar no llega a tener en ningún momento del año la rigidez suficiente como para atravesarlo por encima, a pie, los habitantes de la zona están atravesando ahora estas zonas en embarcaciones flotantes. Luego, en las zonas donde hay edificaciones, tienen un gran problema porque las casas están construidas sobre el permafrost (capa de suelo permanentemente congelado) y ahora está perdiendo rigidez y está subiendo la temperatura, por lo que se están moviendo los cimientos.
¿Qué es lo más difícil en una expedición de este tipo?
Siempre tienes los retos de tener que afrontar condiciones extremas tanto climatológicas como orográficas y las limitaciones de los recursos, tanto tecnológicos como para sobrevivir. Este año en particular, el principal problema ha sido comprobar que el mar no contaba con la consistencia suficiente como para atravesarlo por encima porque no estaba lo suficientemente congelado. Hace no mucho tiempo, en esta época del año, ese mar tenía la rigidez suficiente como para poder atravesarlo sin demasiadas dificultades añadidas. Ahora es directamente imposible, y es una consecuencia directa del cambio climático. Además, debido a una serie de tormentas que asolaron la zona, tuve que permanecer aislado algunos días más de los previstos porque no operaban los vuelos. Pero, por fin, he podido llegar a España sano y salvo y con la satisfacción del trabajo bien hecho.
¿Te sabes el nombre de tus 16 perros? ¿Qué características deben reunir los perros que los diferencien de otros?
Aunque todos los perros tienen nombre, aquí no se les llama a ninguno por el que tienen asignado; te diriges a ellos con órdenes para todo el grupo. Al pasar muchas horas en el trineo, me sirve de entretenimiento ponerles mis propios nombres a los perros por algún motivo de comportamiento, morfológico u otro. Este año, entre otros, tenía al Rabopiedra, Los Gemelos, El Chotis, Chulo, Gachas, Marlin, Rubio, Oso Negro, Cara Sucia y Marilin.Los perros que utilizo cuando voy a Groenlandia son de amigos que tengo en Qaanaaq, por varios motivos: por un lado, está prohibido introducir perros de fuera de Groenlandia con el objetivo de mantener la pureza de la raza; y, por otro lado, es que sería tremendamente complejo a nivel logístico y administrativo desde España hasta esa zona. La característica principal de estos perros Groenlandeses es la gran adaptación a un medio tan hostil y su resistencia física, debido a que es el perro que más genes comparte con el lobo ártico. Son perros que son muy sociables ya que están acostumbrados a trabajar y vivir en jaurías, con una marcada jerarquía.
¿Cuáles han sido tus momentos más complicados y los más gratificantes estos años?
El momento más complicado fue en esta última edición: tuve que permanecer en un refugio aislado durante dos días debido a una gran tormenta de nieve y viento impresionante. Las piedras de la montaña eran movidas por la ventisca y cuando salí de allí había piedras clavadas en las paredes de madera arrastradas por los vientos de más de cien kilómetros por hora, para que te hagas una idea de la situación que tuve que atravesar. Evidentemente pasé mucho miedo y me acordé de mis hijos, de toda mi familia y de lo emocionante y vibrante que, a pesar de todo, es la vida. Afortunadamente, se quedó en un gran susto, muy largo, pero pude salir de allí y continuar mi ruta. Y si tengo que hablar de lo más gratificante… me siento tremendamente orgulloso de haber podido llegar por quinto año consecutivo a realizar Desafío Ártico. Llevo haciéndolo cada año, pero este ha sido especial porque he logrado recorrer el máximo número de kilómetros alcanzados en una sola edición a pesar de las adversidades del clima y del terreno. Solo el hecho de haber podido realizar esta serie de expediciones de forma ininterrumpida durante cinco ediciones ya es todo un triunfo. El nombre de España seguirá haciendo historia en el mundo de la exploración a nivel mundial.
Pasé mucho miedo y me acordé de mis hijos, de toda mi familia y de lo emocionante y vibrante que, a pesar de todo, es la vida
¿Cuál es tu próximo objetivo?
En cuanto he llegado a Málaga ya me he puesto manos a la obra para organizar la expedición de 2020. Mi idea es, con los mismos objetivos de todas las ediciones, ejecutar la aventura en otro continente. Todo se está preparando y yo voy a hacer todo lo posible, como lo he hecho siempre, para que esta idea siga adelante. En cualquier caso, habrá Desafío Ártico para rato.
Más información: maratondog.com [tiendanimal.es]https://www.tiendanimal.es)