Son una de las cordadas de moda de la escalada mundial, tanto por su capacidad para recorrer el planeta en busca de vías de dificultad (y llevarse a casa unas cuantas rutas al alcance de los elegidos) como por la simpatía que destilan allá por donde pasan. No se les resiste ninguna disciplina de la escalada, del boulder a la clásica, y pocos destinos están fuera de su alcance: Filipinas, Isla Reunión, Rocklands... Esta pareja deportiva y emocional, miembros del equipo de The North Face, nos cedió su tiempo durante la reciente feria ISPO de Munich. Se les agradece que por muy alto que suban tengan los pies y la mente en la tierra. Una dupla humilde que está formando parte del "futuro" de la escalada.
¿Qué tipo de escalada os gusta más?
JAMES: Lo mejor de la escalada es que es un deporte muy variado. En un día cualquiera puedes estar practicando cualquier modalidad, poniéndote a prueba de distintas maneras… nunca es aburrido. Hace poco en Asturias en un mismo día tuvimos tres tipos de escalda distinta: deportiva, clásica y Boulder. Nosotros como equipo intentamos no cerrarnos a ninguna en particular, sería más aburrido. Pero si tuviese que escoger una… bueno, esto es difícil de responder… pero donde mi corazón está es en la escalada tradicional, porque es el estilo de escalada con el que crecí y el que me aporta las emociones más poderosas. Creo que Caroline piensa lo mismo…
CAROLINE: Sí, creo que si sólo pudiese escoger un estilo para mi día a día…
JAMES: Seguramente no sea la clásica, quizás es demasiado emocional..
CAROLINE: Creo que la tradicional me vale sólo para los días que me siento muy bien.
JAMES: Ahora básicamente durante el año hacemos escalada deportiva, y a veces bouldering, porque es realmente divertido y es una muy buena forma de prepararnos y entrenarnos para nuestros proyectos. Y cuando tenemos un proyecto, ya sea cerca de casa o una expedición a un lugar lejano, suele estar enfocado a la escalada clásica, que es donde está la emoción.
¿Qué os parecen todos los proyectos que mezclan exploración y escalada?
CAROLINE: Ya no se puede considerar como antes el “futuro de la escalada”, porque ¡ya está ocurriendo! Cuando eres más joven sólo te preocupa la roca y el grado, y cuando creces la mirada se amplia y buscas nuevos horizontes en los que desarrollar tu pasión.
JAMES: No es fácil hablar en boca de toda la comunidad escaladora pero, como dice Caroline, por nuestra parte, y más aun trabajando para marcas como The North Face que se basan en la exploración, cuando creces te vas dando cuenta de que el mundo es enorme y que hay un enorme potencial de exploración por todas partes. Además es fácil que otros escaladores y exploradores te inspiren a ir más allá.
CAROLINE: Una inspiración que muchas veces va más allá de la técnica o de la dificultad de la escalada –que también- sino en todo lo que rodea a esa experiencia deportiva.
JAMES: En un mundo perfecto seríamos capaces de disfrutar los dos lados de una expedición de escalada: tendríamos todos los aspectos de una aventura, y al mismo tiempo –si eres afortunado- puede que además encuentres la roca perfecta y nuevas vías en las que ponerte a prueba escalando. Ese sería el escenario perfecto. A veces encuentras uno o el otro. Y ocasionalmente te toca la lotería.
¿Cuál diríais que ha sido la ruta de escalada más significativa de vuestra carrera?
JAMES: Caroline viene de una trayectoria totalmente distinta a la mía. Durante diez años de su primera juventud estuvo muy enfocada en la escalada competitiva: viajando por el mundo compitiendo en distintos circuitos de escalada como la Copa del Mundo, enfocada al 100% en el rendimiento.
CAROLINE: Supone un viaje interior muy intenso, en el que tienes que enfocarte de forma muy extrema en los límites de lo que puedes llegar a hacer.
JAMES: Ahora, desde que compartimos nuestra vida y nos conocemos más, hemos comenzado a mezclar ambas influencias. Así, Caroline me ayuda mucho a mí con la preparación, entrenamiento y rendimiento físico y técnico, lo que ha cambiado totalmente mi vida y mi forma de acercarme a la escalada; y yo a ella la he ayudado en la faceta más aventurera de la escalada clásica. Así que ahora estamos metidos en grandes proyectos, muy exigentes técnicamente, pero quizás el que hayamos hecho más significativo fue en Filipinas, en el que quizás lo más difícil no fue la escalada, sino acceder a los lugares donde estaban las vías, ya que lo hicimos de forma autosuficiente con kayaks de mar. Y como ninguno de los dos somos piragüistas de mar… las pasamos canutas, porque evidentemente no estábamos preparados. Pero quizás esa parte de la magia de las aventuras, enfrentarte a cosas para las que no estás del todo preparado… y por tanto no hace falta visitar destinos al otro lado del mundo para vivir aventuras.
CAROLINE: Si tuviese que elegir una ruta quizás te diría que siempre es la siguiente en la que estoy pensando… por lo que si me preguntas dentro de dos años seguro que será otra diferente.
JAMES: ¡Exacto! El desafío más grande siempre es en el que estés trabajando, y cuando lo logras quizás hasta parezca fácil, lo que te hace moverte al siguiente. ¡Es como un juego!
¿Cuáles son vuestros objetivos y sueños para el futuro?
CAROLINE: Mi sueño… simplemente poder continuar escalando siempre. Un sueño simple, que si se cumple me consideraré afortunada. Pero mi objetivo a más corto plazo es poder escalar el Grand Capucin, un proyecto que engloba todo a lo que no estoy acostumbrada: nieve, frío, alpino y escalada clásica. Un desafío muy interesante para una escaladora que es de una isla tropical ¡como yo!
JAMES: Mi gran sueño es encontrar la vía perfecta de clásica, la que me fuerce a llegar a mi próximo nivel; lo que estoy comprobando que es realmente difícil de encontrar. Durante los últimos años he estado intensamente concentrado en este objetivo, viajando mucho por todo el mundo buscando la vía perfecta, la roca perfecta y con el nivel de dificultad perfecto, y hasta ahora no lo hemos encontrado. Hemos estado muy cerca, pero no lo hemos encontrado del todo. Así que la búsqueda continua, seguiremos explorando y cruzamos los dedos para que un día lo encontremos, y que no sea tan tarde que ya estemos viejos, cansados y débiles como para poder disfrutarlo