Denis Urubko: "Estoy loco, pero no soy estúpido"

Charlamos con Denis Urubko y Pipi Cardell a su regreso de Patagonia

Elena Moro / Jorge Jiménez Ríos

Denis Urubko: "Estoy loco, pero no soy estúpido"
Denis Urubko: "Estoy loco, pero no soy estúpido"

Estamos asistiendo, queridos lectores, a la consolidación de una cordada de época. Uno de los grandes talentos de nuestro país, Maria José Pipi Cardell se ha unido deportiva y sentimentalmente a ese mito viviente, abanderado del vigor alpino del este de Europa, que es Denis Urubko. El kazajo no necesita ningún tipo de presentación entre los círculos montañeros: entraría en cualquier listado de lo más arrojado y competente de este siglo. Y muchas de esas listas lo colocarían en cabeza. Pipi, por su lado, lleva años demostrando ser una de esas discretas fuerzas de la naturaleza, que a base de constancia y de dar pábulo a su energia incontenible, se ha forjado un camino soberbio en las grandes cordilleras del mundo: Karakorum, Andes, Pamir, Himalaya... su currículum esta tapizado de nombres icónicos de la aventura.

Pipi y Urubko viven una segunda juventud en las montañas, aprendiendo el uno del otro con avidez, en una constante búsqueda de proyectos de alto compromiso. Juntos, con una filosofía ligera y elegante, abrían por ejemplo una nueva ruta en la noroeste del Ushba (4.710 m), bajo las durísimas condiciones del firmamento del Caúcaso, o inauguraban una línea a la cumbre de más de seis mil metros del Pico Chapayev, en Kirguistán. Ahora, acaban de regresar de varias correrías por Patagonia, donde han seguido puliendo sus diferencias de estilo y ampliando los límites de su confianza mutua.

¿Cómo surgió el proyecto de iros juntos a Patagonia?

Pipi: Llevamos tres años juntos, tanto sentimentalmente como haciendo montaña. Habíamos hecho actividades suficientes como para poder plantearnos algo en Patagonia, más técnico, condiciones más duras… Ninguno de los dos habíamos estado antes en Patagonia: Denis ha estado más enfocado en los últimos años en Himalaya, en el Karakorum… yo sí había estado en Sudamérica. Fue mi primera expedición, con 21 años, a Ecuador, por los volcanes… pero no en Patagonia. Denis está más centrado ahora en hacer actividades más técnicas y a menor altitud. Lo de Patagonia surgió porque uno de los patrocinadores de Denis es Acerbis, una marca italiana del mundo del motor. El fundador, Franco Acerbis, es un amante de la montaña, y el Cerro Torre es una cumbre muy italiana (fue ascendida por primera vez por Ferrari). Hacía años que le había comentado a Denis: “¿Y no te gustaría hacer una expedición a Patagonia, al Cerro Torre?". Y Denis con todo el jaleo de los ochomiles no se lo planteaba en ese momento. “Cuando tú quieras, es un proyecto que quiero que hagas tú y te voy a respaldar". Así que después de diez años, Denis se acordó de esa propuesta, y le dijo a Franco: “quiero ir al Cerro Torre, ¿sigue en pie apoyar al proyecto?". Y así se organizó la expedición… Denis necesitaba un compañero para ir, y la verdad es que últimamente casi todas las actividades de roca las estamos haciendo juntos…

¿Por qué crees que te eligió como compañera de expedición?

Pipi: Por la confianza que él tiene en mí. Creo que él confía en mí más de lo que confío yo en mí misma. Yo tengo un montón de dudas, es normal: “yo esto no voy a poder"… Pero también confío en su experiencia, él me dice: "No estoy ciego; yo veo que tú eres capaz de venir y hacer esto. Y además no quiero ir con nadie más". Fíjate que estando en Patagonia tuve una caída, y no pude escalar durante un tiempo y le dije a Denis que se fuera él con otros compañeros… Y volvió a responderme: "No, es que no quiero escalar con nadie más".

Supongo que en estos casos, en actividades muy técnicas e importantes, no puedes hacerlas con cualquier persona, y también necesitas ese punto de complicidad…

Él es un alpinista excepcional, pero ha estado tan enfocado en el alpinismo de altura, no se ha dedicado tanto a la escalada en roca, y para este tipo de escalada hay que ser muy constante, hay que estar dedicarle un montón de tiempo y yo últimamente sí me he dedicado más a la escalada de roca. Cuando nos conocimos y empezamos a escalar juntos también yo le daba caña en la roca. Ver a una persona tan fuerte detrás de mí, y ver que yo puedo aportar algo también, puedo enseñarle algo… ¡Sí, ver que puedes enseñarle algo y tomar las riendas. Él dice que ha aprendido un montón. Está contentísimo porque escalando ha evolucionado un montón de grado y se pica un muchísimo conmigo. Yo me parto de risa…

¿Hasta que punto es complicado que se mezcle la parte sentimental con la profesional en una actividad de riesgo, con la vida en juego?

Pipi: Yo le pregunto a Denis: “¿No será que estás un poco cegado?". Y él me contesta: “No, estoy loco, pero no soy estúpido". Lo llevamos bien, somos personas que sabemos distinguir entre nuestra relación personal y cuando estamos haciendo una actividad en la montaña. Siempre nos decimos las cosas súperclaras, algo que para mí es fundamental; aunque a veces me duela o descoloquen, pero después si lo analizo son cosas siempre positivas que me hacen aprender, valorar y sobre todo sobrevivir o superar obstáculos en los sitios a los que vamos. Denis me dice: "Mira, yo he hecho cosas en altura con compañeros súper fuertes, pero tú y yo hemos hecho cosas que yo sé que ellos no podrían, porque no son escaladores técnicos. De momento nos entendemos y complementamos muy bien en lo que hacemos. Disfrutando, que no quiero decir que todo sea fácil...

Denis es un atleta, muy fuerte físicamente… ¿te ha sido difícil seguirle?

Pipi: No por ir con él me lanzo a todo. Valoramos las actividades. Si voy con Denis puedo meterme en cualquier sitio, y sabe hasta qué punto me puede apretar, o no seguimos… pero lo bueno es que siempre me escucha y valora lo que le digo. Mucha gente puede pensar que “como va con Denis es fácil…" Y al contrario, muchas veces es muy complicado seguirle, y no sólo seguirle, también hacer mi parte del trabajo. Hay veces que tengo que aceptar que lo único que puedo hacer es seguirle -que no es poco- y hay que reconocer que hay momentos que me ayuda un montón y que sin él no podría… Pero bueno, hay vías de escalada en pared que él me dice que no puede hacer, que lo intente yo. Y cuando lo logro me siento tan tan feliz... (se ríe). Pero en serio, no por el hecho de ser mejor o peor, sino por el hecho de sentirte un equipo, cada uno aporta algo.

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El pasado invierno estabas muy enfocado en el Karakorum, en intentar la invernal del K2, y ahora vas hacia un camino más remoto y técnico. ¿Por qué esta decisión?

Denis: Bueno, no sólo me he enfocado en el Himalaya; he hecho muchas montañas técnicas en Pamir, y a la hora de elegir explorar Patagonia se unieron muchos factores: mi pareja es española, mi sponsor Acerbis accedió a patrocinar la expedición y también estaba pensando en hacer algo interesante en invierno con condiciones de verano (porque en Patagonia era verano). De esta forma me preparaba para nuestro verano en Caúcaso, haciendo este tipo de ascensos más técnicos con Pipi, que es muy buena en este aspecto. Me gusta cambiar el entrenamiento y mejorar las diferentes condiciones que debe tener un alpinista: la habilidad de un mono, en lo técnico, en las paredes verticales, y ser fuerte como un caballo para enfrentarse a retos en altitud.

En Patagonia se puede entrenar muy bien esa parte técnica, y además es muy famosa entre los montañeros italianos, el Cerro Torre es un símbolo, igual que en altitud lo es el K2. Yo he vivido en Italia, para mí la comunidad es muy importante y he querido seguir el ejemplo de los alpinistas italianos.

Antes le hemos preguntado a Pipi cómo es vuestra relación en la montaña. ¿Qué has visto en ella para elegirla como compañera de estas expediciones tan técnicas y fuertes?

Denis: Ella es muy creativa, tiene mucha atención por los detalles técnicos. Es muy disciplinada, descubre muchas cosas, movimientos que debemos hacer al principio de una ascensión para lograrlo con seguridad, cosas que yo no soy capaz de ver al principio. Yo pongo más atención a la técnica en el descenso, en la táctica y estrategi, y nos compenetramos muy bien, trabajamos juntos para conseguir los resultados. Nos sugerimos cosas, y nos influimos mutuamente. Por ejemplo, Pipi ha influido en mí para hacer algunos movimientos más rápido, y también en cambiar mi dieta… Me ha dado un ejemplo y me ha influido para mejorar como alpinista.

¿Creéis que la mejor virtud para hacer una actividad juntos, en equipo, es la confianza en el otro?

Denis: Por supuesto, yo nunca hago expediciones en altura con personas que no conozco. Lo primero de todo, antes de acometer una actividad juntos así, tienes que conocer a la otra persona, pasar tiempo y compartir con ella otras ascensiones más fáciles, y compartir cómo organizar el estilo, la táctica, aclimatación… paso a paso. Con María José, por ejemplo, veíamos vídeos antes de escalar, pensábamos los movimientos a hacer, hacíamos ejercicios en el suelo antes de hacerlos en la pared, cómo haríamos esto o aquello y luego pasábamos a ascensiones más difíciles… hasta que hemos estado preparados para hacer actividades más extremas. Eso te da más posibilidades de lograr el objetivo.

Pipi: A él no le sirve que yo le diga que soy capaz de hacer tal cosa, que sea capaz de asegurarle con un nudo dinámico: no, él tiene que verlo y comprobarlo. Desde el principio lo hemos hecho todo desde la base para lograr esa confianza plena. Y además que cada uno opera de formas diferentes, y nuestras mentalidades y la forma de hacer las cosas son diferentes, así que a mí me gusta ver cómo lo hace él y yo decido si prefiero hacerlo a mi manera o la suya es más segura y bueno, la verdad es que en el momento que actuamos sabemos cada uno lo que está haciendo el otro o cómo lo está haciendo y eso es importante.

Denis: La motivación es extremadamente importante también.

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¿Cuál es tu opinión de esa tendencia actual que busca la velocidad en el alpinismo?

Denis: Muy bueno, lo más importante es que el alpinismo significa libertad. Tú puedes hacer todo lo que quieras. Las montañas están abiertas para todo el mundo, y cada uno puede hacer lo que quiera, su ambición personal; alguien quiere hacer una ascensión más rápido, la hace; alguien quiere por una nueva ruta… es perfecto, porque el alpinismo es arte: tenemos que hacer muchas acciones en diferentes direcciones, y eso es muy importante para el alpinismo.

Pipi: Lo que sí es importante es que la gente sepa diferenciar una actividad de la otra. El que está haciendo esa carrera contrarreloj para subir a la cima no es un alpinista, es un atleta que está haciendo su actividad en la montaña. Siempre que se diferencie la actividad es respetable.

Denis: Yo he participado en un montón de competiciones de ascensos de velocidad, por ejemplo en Kazajistán establecí un récord de velocidad hace veinte años y todavía nadie ha sido capaz de batirlo. Han ofrecido premios económicos para superarlo y no lo han conseguido, eso me hace sentir orgulloso (risas), pero es una motivación para las nuevas generaciones, y por supuesto es un reto para nosotros abrir nuevas rutas, nuevos récords, hacer cosas mejor que otras personas, no ser mejor que otras personas (todos somos iguales) pero sí hacer las cosas mejor, así se desarrolla la civilización…

¿Vuestro próximo reto?

Denis: Quizás vayamos a Pakistán el próximo verano para intentar una nueva ruta en el Gasherbrum II, y también para el próximo invierno intentaré una expedición invernal al Broad Peak, todavía nadie ha hecho esta cima en invierno (nota del editor: para Denis el invierno en los ochomiles comienza el 1 de diciembre y concluye el 28 de febrero). A lo mejor los próximos años el gran plan sea explorar los Alpes con Maria José, ya que vivimos allí… Todavía no hemos escalado cosas difíciles en esa zona... Pero lo que es importante es que sigamos nuestros sueños y estemos en paz con nuestras mentes, almas y corazones.

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