El 23 de abril de 1907 el velero Snark partió de la bahía de San Francisco y durante más de dos años navegó por los Mares del Sur. Jack London había bautizado el barco a raíz de una lectura de Lewis Carroll. Su idea original era llamarlo Wolf que era el apodo por el que le conocían sus amigos. Había expresado las intenciones de su viaje en un artículo: “La vida vivida es una vida de éxito, y el éxito es el aire que respiramos. Alcanzar una meta difícil supone adaptarse a un entorno hostil. Y cuanto más difícil sea la meta, mayor será el placer de alcanzarla. Por eso construyo el Snark. Me siento obligado a hacerlo. Un viaje alrededor del mundo implica grandes vivencias. Sed pacientes y permanecer a la expectativa. Aquí me tenéis, un animalito llamado hombre, una porción de materia animada -ciento sesenta y cinco libras de carne y sangre, nervios, tendones, huesos y cerebrotoda ella tierna y suave, susceptible de ser herida, frágil y falible”.
La embarcación que supuestamente iba a costar siete mil dólares, acabó costando treinta mil y su botadura se retrasó más de siete meses. El terremoto que recientemente había asolado la ciudad de San Francisco hizo que los trabajos se ralentizasen dada la necesidad de mano de obra y de materiales de la urbe en estado de emergencia.
En el otoño de 1906 el joven Martin Johnson estaba pasando el rato ojeando una revista cuando encontró un artículo que le llamó la atención. Describía un viaje alrededor del mundo a bordo de una pequeña embarcación de catorce metros de eslora propuesto por Jack London y un grupo de cinco personas. En el artículo, el ya famoso escritor y aventurero americano, abría la candidatura para formar parte de su tripulación. Sin perder un momento, esa misma noche, Martin, que entonces contaba con 22 años de edad, escribió una carta con su propuesta de unirse a la expedición en calidad de cocinero. Centenares de personas escribieron proponiendo sus servicios para el viaje: un chef de un gran hotel de Filadel a, un profesor universitario que se prestaba a realizar cualquier clase de trabajo y a pagar mil dólares por el privilegio, el hijo de un millonario que daría quinientos dólares por enrolarse. Había propuestas de maestros de escuela, delineantes, escritores, fotógrafos, secretarias, taquígrafas, médicos, cirujanos, ingenieros civiles, mecanógrafas, dentistas, compositores y reporteros, pero el afortunado fue el joven Johnson que inmediatamente se empleó en un restaurante para aprender todos los secretos de la cocina.
La tripulación se compondría de seis personas: Jack London y su señora, el capitán Roscoe Fames, Paul Tochigi, un grumete japonés, Herbert Stolz, un atleta consumado recién salido de la universidad y el cocinero Martin Johnson. En una carta que London envió al nuevo miembro del grupo, le anunciaba que por cada semana de navegación pasarían un mes en el puerto. Así por ejemplo les costaría tres semanas llegar hasta Hawaii donde pensaban permanecer en tierra durante tres meses. Y añadía “por cierto, en caso de que te guste el boxeo, te diré que todos nosotros boxeamos y vamos a llevarnos los guantes. Te daremos ventaja. También debo decir que todos pasaremos juntos muy buenos momentos nadando, pescando, viviendo todo tipo de aventuras, haciendo mil y una cosas”. “En cuanto a la ropa, recuerda que el barco es pequeño y que además nos dirigimos a un clima cálido donde pasaremos calor permanentemente. Por tanto trae equipaje ligero”.
El barco partió el 23 de abril de 1907 y durante más de dos años recorrió los Mares del Sur. London casi murió de enfermedad en las islas Salomon, tomaron hachís en Guadalcanal, en las Nuevas Híbridas encontraron nativos “en cueros vivos” a los que cambiaron arcos y echas por anillos de latón. Encontraron caníbales y pescadores de perlas. Todas estas historias las plasmó el escritor en una narración titulada El crucero del Snark. El joven Johnson se convertiría más adelante en una de los más famosos viajeros americanos del siglo veinte, aviador y pionero en la filmación de documentales. Del viaje con
London escribió un maravilloso relato de la aventura a través de los ojos de un joven fascinado con el mundo.
Por los Mares del Sur con Jack London. Johnson, Martin. Ediciones del viento, 2016.