Cinco errores imperdonables con nuestra ropa de montaña

La vestimenta técnica de montaña es uno de los capítulos que más inversión necesita para hacernos con un equipo fiable. ¿Sabes qué equivocaciones cometemos más a menudo y cómo evitarlas?

Tino Nuñez

Cinco errores imperdonables con nuestra ropa de montaña
Cinco errores imperdonables con nuestra ropa de montaña

Un otoño lluvioso y ventoso como el que estamos viviendo invita especialmente a renovar nuestro vestuario, y más con las diferentes promociones que existen en la época prenavideña para incentivar el consumo. ¿Qué 5 errores se repiten con mayore frecuencia?
 

1) DEMASIADO HOLGADA
Llevar vestimenta amplia, para mejorar nuestra comodidad o movilidad es uno de los mantras tradicionales que más décadas lleva recomendándose en montaña, pero algunos de sus inconvenientes resultan poco conocidos o escasamente valorados. Un forro polar o una chaqueta de plumas demasiado grande puede impedir cerrar completamente una chaqueta impermeable colocada encima, originar una mayor capa de aire más difícil de calentar, abultar y pesar más tanto durante la marcha como en la mochila y lo que es peor: perjudicar la visibilidad. Cualquier pliegue sobrante de ropa que nos quede grande limitará nuestro campo de visión respecto a los pies y/o manos: resultará más fácil tropezar o caernos, especialmente cuando estamos cansados y coordinamos peor nuestros movimientos.

2) DEMASIADO AJUSTADA
Si por diversas razones prefieres que tu ropa te quede muy ceñida y no has elegido versiones elásticas, te encontrarás con varios contratiempos en los que quizá no hayas reparado. Una prenda de tallaje demasiado ajustado y que no incluya elastómeros para que se estire (tipo Lycra o elastano) perjudicará tu movilidad, te agobiará, hará muy incómodo poner debajo otra capa y hará sufrir en exceso tanto costuras como cremalleras. Si estamos hablando de complementos textiles importantes, como los guantes o los calcetines, esa compresión puede limitar la circulación de la sangre, el aislamiento térmico o incluso generar un accidente cuando por ejemplo un guante demasiado pequeño no permita el agarre y apoyo de todas las falanges sobre un piolet o un bastón.

3) SECADO LENTO
Se suele hablar poco de la velocidad de secado de las diferentes prendas, pero en general las prendas más gruesas o “calientes” tardan del doble al triple en secar que versiones más ligeras, lo que puede conducirte a permanecer empapado/a todo el día tras una simple lluvia de limitada duración, especialmente si la jornada discurre íntegramente nublada. Recuerda que los forros polares cortaviento o chaquetas tipo softshell con membrana siempre tardan más en secarse que los tradicionales, lo que además de mermar su capacidad aislante los hace menos transpirables durante ese periodo húmedo (algo que también sucede con las chaquetas impermeables).

4) TRANSPIRABILIDAD LIMITADA
Si ya conseguir el dato sobre la impermeabilidad de un tejido no resulta especialmente fácil, el referido a su transpirabilidad o valor RET (o resistencia al vapor de agua) constituye una tarea aún más ardua. Los mejores tejidos impermeables y transpirables del mercado, compuestos en la mayoría de los casos por teflón expandido, pueden alcanzar un RET de 2,5. Sin embargo existen una cantidad elevada de prendas de precio intermedio/bajo con inducción de poliuretano que se sitúan en valores más altos (y por lo tanto menos permeables al vapor de agua que generamos desde nuestro cuerpo), que te condensarán demasiado cuando realices un gran esfuerzo físico o actividad moderada si te llueve durante bastantes horas seguidas; hablamos de cifras a menudo comprendidas entre el 7 y el 10. De interpretación más fácil es que el confeccionista indique la transpirabilidad o “respirabilidad” en litros por metro cuadrado cada 24 horas, pero por desgracia la picaresca favorece que resulte menos fiable y bastantes veces se dan cifras muy altas como 15 o 20 l x m 2 /24 h que en uso real sólo permiten una transpirabilidad bastante limitada.

5) OBSESIONARSE CON EL PRECIO
Tan perjudicial para el consumidor medio puede resultar autoconvencerse de que sólo una chaqueta o pantalón caros darán la suficiente protección, como considerar que una prenda de bajo coste casi siempre tendrá un rendimiento semióptimo (demasiada extendida la creencia de que en los artículos caros sólo pagas “marca”). La mayoría de los que invertimos más en un producto tras decepcionarnos el anterior, intuimos que basta con elegir una firma de gama más alta para solucionar nuestros problemas con la impermeabilidad, aislamiento térmico, longevidad o comodidad, pero no siempre es así. Existe una oferta muy interesante de productos de precio medio –hablamos de unos 250/280 euros para las chaquetas impermeables/transpirables- y 120/130 euros para los pantalones bielásticos- que pueden darnos un servicio similar a los que duplican esos valores, pero para localizarlos necesitamos un asesoramiento experto en una tienda física o estar atentos a las rebajas de las firmas de gama alta.

Demasiadas de las comparativas existentes en internet carecen de la objetividad suficiente o han sido realizadas por personas poco expertas que buscan protagonismo técnico, demasiadas veces cuando recomiendan un producto concreto por su relación calidad-precio se han obviado características importantes, que sólo un vendedor bien formado o un deportista muy experimentado puede aclararte.