Un intento de asesinato en la Antártida

Un ingeniero ruso apuñaló a uno de sus compañeros, que ya se recupera de sus heridas.

Un intento de asesinato en la Antártida
Un intento de asesinato en la Antártida

El aislamiento. La soledad. La lejanía de los seres queridos y los espacios conocidos puede provocar crisis personales que, varados en lo remoto, llevan al ser humano a dar pábulo a sus sombras. El pasado 9 de octubre, en la estación antártica rusa Bellingshausen, situada en uno de los extremos de la isla de King George, el ingeniero ruso Sergei Savitsky trataba de apuñalar hasta la muerte a su compañero Oleg Belogusov. Llevaban seis meses juntos, trabajando codo con codo en uno de esos escenarios, la Antártida, tan severos con la osadía humana. Y la moral se quebró.

Según los informes llegados desde San Petersburgo, Belogusov fue trasladado a un hospital de Chile donde ya se recupera de sus heridas. Savitsky, que se entregó voluntariamente al jefe de la estación, se encuentra bajo arresto domiciliario, acusado de intento de asesinato, tras una crisis emocional que llegó a su cénit durante una discusión en el comedor, incapaz de sobreponerse a las tensiones producidas en un espacio tan reducido.

Un intento de asesinato en la Antártida

Sergei Savitsky, acusado de intento de asesinato en la base rusa de Bellingshausen.

Savistky (54) permanecerá bajo arresto domiciliario, tras ser relevado de sus labores científicas en la base rusa, fundada por la Unión Soviética en 1968. Después de entregarse, voló hasta San Petersburgo el 20 de octubre. “Es terrible que todo haya acabado así", explicaba Savistky a las autoridades, lamentándose de no poder volver a trabajar en la base. “En la Antártida, nadie necesita a una persona que vaya por ahí con un cuchillo". Ni en ninguna parte, creemos.

El largo invierno antártico, que ahora toca a su fin, siempre se ha revelado como un motor impulsor de los límites humanos. De la gloria y la tragedia de las exploraciones polares, a la necesaria investigación científica que se lleva a cabo en las banquisas, este tipo de situaciones, provocadas por la presión del confinamiento, no son tan raras. Sin ir más lejos, en 2010, un meteorólogo de la estación rusa era sentenciado a 12 años de cárcel tras ser hallado culpable de asesinar a uno de sus compañeros para después tratar de ocultar los hechos como un suicidio.

Un intento de asesinato en la Antártida

La víctima, Oleg Belogusov, se recupera sin problemas.

Durante el invierno austral, muchas de las estaciones antárticas se quedan con un pequeño grupo de investigadores para mantener las necesidades básicas, hasta que entre noviembre y enero los hielos permiten la llegada de equipos, personas y provisiones hasta los confines helados de la Antártida. Aquellos que permanecen bajo el rigor de la estación fría coinciden en que se trata de una etapa durísima, atrapados por los caprichos de la meteorología, la oscuridad y la soledad más absoluta.

Otras doce personas permanecen trabajando en la base rusa por el momento.

Un intento de asesinato en la Antártida

Situación de la base rusa en la isla de King George.