No nos vamos a andar con introducciones sobre la importancia de abrir caminos, romper moldes y todas esas expresiones grandilocuentes acerca de lo esenciales que han sido las mujeres en la exploración, la ciencia y la curiosidad humana en general. Sencillamente os dejamos 10 libros sobre iconos que se instalaron para siempre en nuestra imaginación.
Cuerdas rebeldes. Retratos de mujeres alpinistas.
Hace poco más de un siglo que las mujeres empezaron a abrir huella en el mundo de la montaña. Pero por entonces, a finales del siglo XIX, se les prohibía hacer ejercicio físico; aventurarse en las montañas era más que sospechoso y atarse a una cuerda para escalar en compañía de hombres era síntoma inequívoco de lesbianismo. Para aquellas que lograban superar estos prejuicios, les quedaba todavía un largo camino que recorrer entre el acoso de la opinión pública, la incomprensión de sus familias y, lo que es peor, la crítica de algunos escaladores.
En esta obra, ganadora del III Premio Desnivel de Literatura de Montaña, Viajes y Aventuras, Arantza López Marugán reúne nueve relatos breves protagonizados por mujeres, quienes desafiando las leyes de sus tiempos y sociedades, se abrieron camino en las montañas del mundo. En este original periplo la autora condensa los casi 170 años de montañismo femenino: desde la condesa D'Angeville, que en 1838 se convierte en la primera mujer en coronar la cumbre del Mont Blanc, hasta la primera ascensión femenina sin oxígeno al Everest, realizada por Alison Hargreaves en 1995.

Conoceremos a personajes apasionados y apasionantes, procedentes de diversos tiempos y países: Gertrude Bell, Miriam O'Brien, Elvira Shataeva, Wanda Rutkiewicz o Miriam García Pascual. Pero la autora no se detiene en el mero relato de sus actividades montañeras, sino que nos introduce en las particularidades de las diversas épocas y sociedades, a la vez que bucea en las motivaciones psicológicas de cada una de las protagonistas. La rebelión y la desobediencia, la búsqueda de la autonomía, y la más pura y sincera necesidad de la aventura se dibujan como el motor que desde hace casi dos siglos empuja a las mujeres, independientemente de su edad, situación familiar, constitución física y nivel sociocultural, a la conquista de las alturas.
Bájame una estrella
La desaparecida y añorada Miriam García Pascual acostumbraba a escribir en un diario cada una de sus experiencias y viajes, "Bájame una estrella" está basado en los entrañables garabatos que cubrieron de tinta su diario en un viaje por América. El Capitán, el Alpamayo, el monte Fitz Roy y el Huascarán fueron los lugares por los que pasó, en todos ellos sintió y le sucedieron cosas, momentos que relata como si de un cuento o un poema se tratara. Acompañan sus impresiones las ilustraciones no menos entrañables de Mónica Serentill i Rubio. Una obra enorme en su concepto, que ha marcado a todas las generaciones posteriores de escaladores. Un canto a la libertad genuino.

Compartimos parte de su prólogo, suficiente para haceros una idea del tono de un libro que debería estar (si no lo está ya) en todas las bibliotecas de los amantes de la naturaleza. "Viste la luz en Tafalla, un 14 de julio, como augurando con la fecha una existencia vital, arriesgada. Pronto elegiste escalar, viajar, beber de la vida a grandes tragos. Eras enormemente comunicativa, escribías cosas tan bonitas que a veces animabas, inspirabas a los demás a contar historias propias. Ibas, venias y te volvías a ir. Tierna, cálida, escrutadora aguada. A veces eras feliz, a veces desdichada nunca apática.Para ti salir de Pamplona, salir de Europa era algo casi cotidiano, pero aquel día de finales de abril, y a diferencia de otras veces, quisiste despedirte. Tu intuición de mujer te lo advirtió, pero ya te habías decidido a no hacerle caso. Era una primavera marchita, reseca, de tonos ocres y amarillentos e interrumpidos días de sol plomizo aunque a veces para ti estuvieran grises y lloviera, e incluso nevara...".
Baghdad Sketches
Podría considerarse a Freya Stark como la mayor pionera en eso de equiparar sus logros a los de sus competidores masculinos. Freya falleció a los 100 años habiendo legado una de las carreras más exitosas en la literatura de viajes de las que se tiene constancia, con una obra lúcida y elegante que cuenta con más de 25 libros. Fue la primera occidental en pisar muchos de los lugares prohibidos de Oriente Medio y se midió con las dificultades de grandes expediciones a vehículo, burro o camello. Su carencia de miedo y inabarcable carisma la convirtieron en una poeta de los viajes y en una de las mujeres más memorables de su tiempo.
Desde muy joven, Freya demostró notables cualidades lingüísticas, hablando fluidamente el árabe y el turco. Nacida en París, pero criada entre Italia e Inglaterra, desarrolló su curiosidad desde la infancia y aprendió del horror de los hombres primero sirviendo como enfermera durante la Primera Guerra Mundial y más tarde en los servicios de información británicos durante la Segunda Gran Guerra, ocasión que aprovechó para crear en El Cairo la Hermandad por la Libertad, un movimiento democrático anti-fascista.

Sus viajes fueron célebres por la falta de escrúpulos a la hora de internarse en territorios peligrosos, como el que llevaba a cabo en 1931 cuando se enfrentaba a los terrenos salvajes del oeste de Irán, paisajes nunca antes conocidos por los occidentales, llegando a localizar el hasta entonces mítico Valle de los Hashshashins, lugar ocupado por una misteriosa secta islámica, que describía en su libro “The Valleys of the Assassins” y que le valía el Back Award de la Royal Geographical Society. Uno de los múltiples reconocimientos que acumuló en su tiempo de vida. Freya fue una nómada apasionada, una figura tan compleja como humana, que puso de relieve la necesidad de aventurarse para reventar las barreras sociales y culturales que encorsetaban a la mujer en su época. Una reina de los desiertos y una pirata de las fronteras.
Mi viaje a Lhasa
«Ocho meses de peregrinaciones, llevadas a cabo en condiciones insólitas, a través de regiones en gran parte sin explorar, no pueden contarse en doscientas o trescientas páginas. Un auténtico diario de viaje exigiría varios volúmenes. No hay aquí, pues, más que un resumen de los episodios que me parecen más significativos para despertar el interés de los lectores y darles una idea de las regiones que recorrí como una vagabunda tibetana y llegué a conocer íntimamente.»

Así comienza Mi viaje a Lhasa, sin duda alguna el libro más famoso de Alexandra David-Néel. Una auténtica epopeya no exenta de incidentes, descubrimientos inesperados, situaciones divertidas. Tras su largo viaje, Alexandra David-Néel, disfrazada con un traje de peregrino y con aspecto de mendigo, acompañada por su fiel hijo adoptivo, el lama Yongden, fue en 1924 la primera europea que tuvo acceso a la hermética capital del Tíbet.
La vuelta al mundo en 72 días
Nacida como Elizabeth Jane Cochran, Nellie Bly fue una de las primeras y mejores periodistas de Estados Unidos. Se convirtió en un fenómeno nacional a fines del siglo XIX, con un juego de mesa basado en sus aventuras y merchandising inspirado en la ropa que usaba. Saltó a la fama por ser la primera reportera en terreno y por escribir artículos que en aquel momento nadie creía que una mujer podía o debía escribir, como el reportaje donde denunció el tratamiento que recibían las pacientes de un manicomio para mujeres y el diario de viaje sobre cómo batió el récord de la vuelta al mundo sin acompañante.

Este volumen, la única recopilación impresa y editada de los escritos de Bly, incluye sus obras más conocidas: Diez días en un manicomio, Seis meses en México y La vuelta al mundo en setenta y dos días, así como muchas piezas menos conocidas que captan la amplitud de su carrera, desde sus feroces artículos de opinión hasta su notable reportaje de la Primera Guerra Mundial.
Una casa en el cielo
La inspiradora autobiografía de una mujer cuya curiosidad la condujo a los lugares más bellos y remotos del mundo, a los países más amenazados y peligrosos, y posteriormente a quince meses de angustioso cautiverio, secuestrada por los islamistas. Una historia maravillosamente narrada, llena de coraje, resistencia y bondad.
Amanda Lindhout nació con un deseo: conocer el mundo. Recorrió mochila al hombro América Latina, Laos, Bangladesh y la India; a continuación, animada por las aventuras vividas, prosiguió por Sudán, Siria y Pakistán. En medio de los combates que asolaban Afganistán e Irak, se forjó una incipiente carrera como reportera de televisión. Y entonces, en agosto de 2008, viajó a Somalia: «el lugar más peligroso del mundo». Al cuarto día de llegar, un grupo de hombres enmascarados la secuestró en un camino polvoriento.

A lo largo de los 460 días que permanece retenida, Amanda se convirtió al Islam como táctica de supervivencia, recibió «formación para esposas» de uno de sus captores e intentó una audaz fuga. Mientras la trasladaban de una casa abandonada en medio del desierto a otra, sobrevivió gracias a los recuerdos (cada exuberante detalle del mundo que experimentó antes de su cautiverio) y a la inteligencia, la fortaleza y la esperanza.
En los momentos de mayor desesperación, visitaba una casa en el cielo, una casa situada muy lejos de esa mujer encadenada, retenida en la oscuridad y sometida a toda clase de torturas.
Viajes por el África Occidental
Mary Henrietta Kingsley nació en Londres en 1862. Su padre, George Kingsley, era doctor en medicina, aunque se pasaba la mayor parte del año en países lejanos, ocupado en recoger datos sobre culturas indígenas. Mary no fue nunca a la escuela pero aprendió a leer por su cuenta para devorar la sugestiva biblioteca paterna en la que abundaban los libros de viajes, de religiones primitivas y de historia natural. Así vivió, encerrada en su casa, hasta la edad de treinta años. Entonces, su padre enfermó de fiebres reumáticas y murió un año más tarde; su madre también fallecía tan sólo cinco semanas después. Al verse de pronto sin responsabilidades familiares, su afán investigador deja paso al espíritu aventurero, y decide embarcarse sola rumbo a África, con la declarada intención de concluir un libro inacabado de su padre sobre fetiches religiosos y sacrificios rituales en sociedades primitivas.

Mary consigue pasaje en el carguero Lagos y parte de Liverpool en agosto de 1893. Tras unas semanas de navegación costera, desembarca en Säo Paulo de Luanda, en la actual Angola, y convive una temporada entre los nativos de Cabinda, entre el Congo y Zaire, donde recopila información sobre sus creencias religiosas. Mary Kingsley vuelve a Inglaterra, pero la llamada de África la lleva a embarcarse de nuevo ese mismo año rumbo a Sierra Leona. En este segundo viaje, cuyas increíbles peripecias narra con humor en este Viajes por el África Occidental, Mary Kingsley remontó en canoa el río Ogowé, en Gabón, hasta el país de los caníbales fang, para lo cual tuvo que atravesar pantanos, a veces a nado, y enfrentarse, sombrilla en mano, al peligro de los cocodrilos.
Ascensiones
En Ascensiones, la brillante escaladora y alpinista Catherine Destivelle narra por primera vez su vida y lo hace con asombrosa sinceridad. Desde sus primeros pasos en las rocas de Fontainebleau a los 12 años, y su iniciación en la escalada de dificultad en los Alpes –a los diecisiete y a escondidas de sus padres–, hasta la fama mundial que alcanza como campeona mundial de escalada deportiva y la primera mujer en encadenar un 8a y 8a+ en 1988. A continuación Catherine conquista también el mundo de roca y hielo: realiza, entre otras actividades, las primeras solitarias femeninas al Pilar Bonatti del Dru, en 1990, a la Norte del Eiger, en 1992, a la Walker, en 1993 y a la Bonatti al Cervino.

La montaña constituye sin duda el centro hacia el cual gravita la vida de Catherine, pero en esta autobiografía la autora nos permite asomarnos también a su vida personal, su familia, amigos, aficiones, e incluso temores y debilidades. Relata sin miedo la tremenda tensión nerviosa que sufrió durante las competiciones y su peligroso coqueteo juvenil con el adictivo mundo del juego. En todos los episodios –tanto los dramáticos como los hilarantes– la narración deja traslucir la personalidad animosa y decidida de la autora, su espíritu libre y ante todo su asombrosa fuerza de voluntad. Éstas características son las que la han llevado a las cimas de los Alpes, del Himalaya, América o Antártida, donde roza la muerte en 1996 al sufrir una fractura de pelvis a más de 4.000 metros, 30 grados bajo cero y lejos de cualquier posibilidad de rescate. A pesar de ello, la montaña siempre ha constituido para Catherine una fuente inagotable de la felicidad, sentimiento que comparte con nosotros a través de este libro.
Mujeres y montañas
«¡Que las mujeres no se expongan en absoluto, en las altas montañas, a las fatigas, a los peligros extraños a su sexo, a lo que podría ser censurable! La timidez, el desmayo, son en ellas cosas naturales, a menudo graciosas y amables. Que dejen, pues, ese bastón de punta de hierro que, en sus manos, es vano y ridículo?», abogaba en 1828 Étienne-Gabriel Arbanère, en su Cuadro de los Pirineos franceses. Afortunadamente, no fue escuchado. Mujeres y montañas. Nacimiento del Pirineísmo femenino, libro ganador ex aequo del IV Premio Desnivel de Literatura de Montaña, Viajes y Aventura, ofrece un apasionante testimonio de la curiosidad, determinación y deseo de autosuperación de las primeras pirineístas.

Compuesto de siete narraciones noveladas, situadas entre 1792 y 1858, reconstruye de una manera muy convincente las experiencias de las pioneras en el montañismo pirenaico. Desde Rosalie Ramond hasta Alice Prévost, diversas circunstancias personales e históricas, a veces muy dramáticas, han empujado a estos seres vibrantes con emociones a aventurarse por lugares entonces muy poco explorados: el Pico de Entre los Puertos, el Pic du Midi de Bigorre, la Hourquette d’Ossoue, la Brecha de Rolando, el Monte Perdido, el Vignemale y el Aneto.
Una montañera, una cumbre, unas vivencias... El resultado es una narración intimista y personal, donde el esfuerzo de reconstrucción ha sido tan riguroso como el de documentación. Marta Iturralde hace gala de toda su sensibilidad y experiencia montañera para transmitirnos su visión de aquellas históricas ascensiones.
Free climber
En 1994 Lynn Hill realizó con éxito una escalada que nadie -hombre ni mujer- ha sido capaz de repetir. Ésta es la historia de aquella extraordinaria aventura vertical, y la esperada biografía de la mejor y más querida escaladora en roca del mundo. La obra maestra de Hill es la primera ascensión en libre de la Nose, la vía clásica en la monumental pared de granito de El Capitán. Hill escaló sus 900 metros de roca vertical sin emplear material para ayudarse en su ascenso, y todo en… ¡menos de 23 horas!

En Free Climber Hill describe su famosa ascensión y nos desvela cómo había logrado la fuerza y el coraje que le permitieron superar ésta y otras muchas situaciones extremas en su vida. Recuerda su milagrosa recuperación de una caída desde 22 metros, sus comienzos como “rata de roca” en Yosemite y su amistad con algunas de las personalidades más pintorescas del mundo de la escalada. Nos cuenta la época en la que dominó las pruebas de la Copa del Mundo en Europa y su posterior búsqueda de nuevos retos en remotas cordilleras. Describe ascensiones a gran altitud con Alex Lowe y otros amigos que, posteriormente, han perdido sus vidas en la montaña, a la vez que reflexiona sobre las tragedias y los triunfos de una existencia vivida con plenitud y audacia.
Free climber es la entrañable historia de una mujer que hizo añicos las barreras de su tiempo y trazó nuevas fronteras en los logros deportivos. Este libro es una biografía genuina y cautivadora de una de las más grandes deportistas de todos los tiempos.