
¿Te dan miedo las alturas o los pasos aéreos? ¿Se te acelera el corazón al pensar en una vía ferrata? Quizás sufras acrofobia, un miedo irracional e irreplimible a las alturas... Aquí te mostramos diez rutas de vértigo para que lo compruebes, ya sea escalando o pedaleando.
El Balaitus o Pico de los Moros, con una altura de 3.144 m, no es una de los tresmiles más altos del Pirineo pero está envuelta en un atractivo mito de dificultad y compromiso que convierten la ascensión en un interesante desafío. El tramo más comprometido es la popular Brecha Latour, un canalizo pedregoso que separa el bloque meridional del Balaitus y las torres del Frondiella.
En una buena selección de “rutas de vértigo” no puede faltar una de las mejores vías ferratas de España. La Regina de Peramola, en Oliana, reúne los conceptos modernos de la escalada equipada. El diseño es largo, aéreo y deportivo, aprovecha las mejores paredes, los desplomes más claros, las mejores canales, culmina una de las agujas del desfiladero y usa una brecha natural para montar un puente tibetano espectacular. También requiere un buen estado de forma, nada de vértigo, experiencia en vías ferratas y buen fondo de brazos. Los tramos más desplomados y aéreos están en las torres superiores y hay que reservar fuerzas para salir de la vía sin dificultad.
Los pueblos beyuscos se distinguen por la ubicación en terrenos muy abruptos, algunos prácticamente empotrados en terrazas de accesos complicados por caminos escarpados, denominados en la zona sedos, que han sido las vías de comunicación entre las aldeas desde tiempos remotos. La senda del Sedo de los Vibolines es un pasaje vertiginoso entre Víboli y Casielles por una repisa cortada en la curiosa roca de la Peña de los Vibolines. Parece de locos atreverse a deambular por estos caminos de vértigo con rebaños, mercancías o simplemente con el morral del correo. El sendero es sencillo y no necesita ningún tipo de aseguramiento, el único problema puede setr la niebla...
La vía ferrata Camino del Infierno se encuentra en Quintanilla de las Villas, Burgos. Cerca del pueblo se encuentra la muela calcárea del pico Peñalara, con una imponente muralla en la cara sur. Las paredes tienen unas veinte vías de escalada, pero el mayor atractivo es esta vía ferrata , instalada en una repisa de 400 m de longitud que recorre una parte del muro. En realidad la vía es un sendero muy aéreo y expuesto al vacío que tiene un cable de vida para asegurarse. El paso más difícil de la travesía es un bloque de V grado.
Ascendemos al “modesto” Vallibierna (3.067 m) por la Tuca de Culebres y el popular Paso del Caballo, una afilada cresta que se suele pasar a horcajadas. El paso es sencillo pero los precipicios laterales obligan a usar una cuerda de seguro a muchas personas con algo de vértigo.
La cara norte de la sierra de Lugar fue la primera montaña equipada con una vía ferrata en la provincia de Murcia. El primer tramo es sencillo y cómodo. Los peldaños metálicos están clavados en los bloques que forman el cresterío y se acercan a la base de la pared principal. La segunda parte de la vía recorre el muro central, con varios pasos verticales y alguno ligeramente desplomado. La ferrata termina en los riscos de la cuerda principal de la sierra de Lugar.
La mole del Ponoig o Ponoch es una de las tapias más imponentes y salvajes de la sierra de Aitana. Una forma más efectiva y popular de subir la gran pared del "León Dormido", como se conoce la montaña en la zona, es la vía ferrata equipada en el año 2006 por miembros de un club de escalada local. La vía es vertical y mantenida, un vertiginoso mirador del litoral del Mediterráneo. En la parte central hay una pequeña cresta con un descanso natural antes de completar la ascensión por el muro final y salir a unos resaltes rocosos. En la empinada ladera hay que seguir un sendero señalizado con flechas blancas hacia la derecha que baja al primer rápel por unos riscos equipados con cables y peldaños.
Bajada en MTB por la vereda del valle del río Urbión, en la vertiente norte de los Picos de Urbión. La ruta comienza en la majada de Santa Inés, sigue la pista forestal del refugio Cebrián y sube al Cordal de Santa Inés. La subida no ha terminado todavía y el plato pequeño se calienta a tope hasta el Alto de las Tres Mojoneras. En el abismo de la derecha aparece el profundo zarpazo geológico del río Urbión, la ruta sigue a cota por el sendero de la derecha, pasa por el borde de unos precipicios “de vértigo” y gira a la derecha por el cordal que separa el río Urbión de Hoyo Bellido. Y que cada uno elija su destino. El descenso es vertiginoso y muy técnico. Se trata de bajar a la confluencia de los dos barrancos y continuar por la orilla del río hasta la carretera.
El río Noguera Ribagorzana baja del Pirineo entre las serranías de la Ribagorzana oscense y el Pallars Jussá catalán y parte la sierra del Montsec en dos imponentes murallas calcáreas por un fantástico desfiladero fluvial, con paredes que alcanzan quinientos metros de altura en el Congost de Mont Rebei, un sobrecogedor cañón de gran calidad ambiental declarado ZEPA y reserva de flora silvestre. La vereda recorre una zona de aluvión por la orilla del río hasta el puente colgante del barranco de Sant Jaume, la primera prueba para las personas con vértigo.La travesía del puente es inevitable para entrar en el desfiladero. La senda tiene las marcas rojas y blancas del GR-1 o Sendero Histórico y en pocos minutos entra en las fauces cavernarias de Mont Rebei. La vereda fue excavada en el año 1982 en las paredes de la vertiente catalana. En varios parajes tiene un par de metros de anchura y no hay permiso para tener descuidos.
El Lobo (2.274 m) es una cima de envergadura en el macizo que engrana las sierras de Ayllón y Somosierra, entre las provincias de Guadalajara y Segovia. El pico no tiene ningún acceso ciclable y hay que poner ganas, músculos y pasión para colocar la bicicleta en la cumbre y poder disfrutar después de un excitante y vertiginoso descenso en la Cuerda de la Pinilla, llamada la Cuerda de los valientes entre los amigos que compartimos aventuras ciclomontañeras. El sendero de la cuerda tiene cinco kilómetros con todo tipo de desafíos técnicos y alguna subida para superar las colinas que resaltan en el cordal. La primera bajada termina en el collado del Reajo del Puerto. En las praderas hay que girar a la izquierda y buscar el trazado del GR-88 por el Camino de Riaza, otros seis kilómetros de sendero trialero pero mucho más fácil y disfrutón.