Viajes

Siete días en el corazón de Chequia

Una ruta circular por las carreteras de Bohemia que permite recorrer los paisajes más icónicos y los rincones menos conocidos de Chequia: de la elegancia monumental de sus villas a la belleza indómita de sus parques naturales

Redacción Oxígeno

9 minutos

Siete días en el corazón de Chequia

Entre castillos góticos, pueblos detenidos en el tiempo y parques naturales, Bohemia revela su doble alma: monumental y salvaje. Esta ruta circular en coche desde Praga combina patrimonio y naturaleza, arte y senderismo, carreteras secundarias y horizontes de roca, para descubrir la esencia más profunda de Chequia.

“Si Praga y el resto de Bohemia, con todas sus encantadoras villas, su arquitectura deliciosa y sus paisajes amables, se vuelven demasiado acogedores para ti…” - Terje B. Englund

Por las carreteras de Bohemia caben todos los viajes: los de quienes buscan naturaleza, los de quienes persiguen historia y arte, y los de quienes no quieren elegir entre montaña y ciudad. En el corazón de Europa, Chequia permite recorrer en pocos días castillos góticos, talleres de cristal, pueblos que parecen dormidos y bosques de silencio.

Este itinerario circular —desde Praga hasta la Suiza Checa, pasando por las tierras del Elba, los bosques de Bohemia y los valles donde se forja el cristal más famoso del mundo— es una invitación a viajar sin prisa y con los ojos abiertos.

Aquellos viajeros que disfrutan tanto de la naturaleza como de los entornos urbanos no tienen por qué renunciar a ninguna de estas modalidades turísticas porque en Chequia es muy sencillo realizar rutas que combinen ambas pasiones. 

Esta ruta por Bohemia es mucho más que un recorrido turístico: es un viaje por la identidad checa. Una travesía donde las montañas y los museos, los bosques y las catedrales, los sabores y las leyendas se entrelazan en un relato común.

Atardecer sobre Kutná Hora. Foto: Michal Vitasek

 

Praga no es solo una capital, es un prólogo perfecto. Es la privilegiada puerta de entrada a la República Checa y el punto de partida de las rutas en coche más habituales por el país. Si la llegada es en avión, lo idóneo es permanecer los primeros tres días visitando los atractivos imprescindibles de la capital. Al tomar el pulso a esta ciudad histórica, notaréis que el tiempo parece transcurrir más despacio y que los días, sobre todo en primavera y verano, se alargan hasta la madrugada permitiendo sacar el máximo partido a la visita. No nos detendremos mucho en ella porque podéis consultar recorridos temáticos o los esenciales de la capital en destinochequia.com

Una vez que Praga os haya desvelado parte de sus secretos, llega el momento de alquilar un vehículo y comenzar a emocionarse con la monumentalidad y la naturaleza que aguarda a pocos kilómetros. 


Praga, Kutná Hora y Pardubice (120 km)

La primera parada en ruta será en Kutná Hora, a unos 70 kilómetros de Praga (una hora en coche). Esta ciudad cuenta con suficientes atractivos como para pasar allí toda la mañana, aunque la visita más demandada (y macabra) es su Osario, una capilla católica decorada a base de artísticas figuras formadas por huesos humanos. Entre ellas, un gran candelabro central, una guirnalda de calaveras y el escudo de armas de la familia Schwarzenberg.

Esta capilla se encuentra en Sedlec, a algo más de un kilómetro del núcleo de Kutná Hora, al igual que la iglesia de la Asunción de Nuestra Señora y San Juan Bautista, uno de los primeros templos de arquitectura gótica de Bohemia. También fue la mayor construcción religiosa de Chequia hasta que se levantó la Catedral de San Vito de Praga. Y si os gustan los edificios góticos, tampoco dejéis de visitar la capilla de Santa Bárbara, cuya ornamentación de techos y vidrieras son de gran belleza.

Tras conocer la gloriosa historia de Kutná Hora y almorzar en alguno de sus restaurantes, el itinerario debería seguir hasta Pardubice, ya que en coche se llega en menos de una hora (50 kilómetros). Esta bonita ciudad fue fundada en la orilla del río Elba a mediados del siglo XIV, en torno a un monasterio. Hoy día sigue transmitiendo aquella calma de sus orígenes, una tranquilidad que invita a recorrer sin prisa sus palacios, plazuelas y caballerizas. No os perdáis el palacio de Pernštejn que acoge el Museo de Bohemia Oriental ni la zona centro denominada Perštýnské náměstí, donde entre calles empedradas encontraréis edificios renacentistas, bonitos detalles arquitectónicos y la Puerta Verde, que es el símbolo de la ciudad.

Brumas en el icónico Paraíso de Bohemia. Foto: Václav Bacovský


Pardubice - Hrádec Králové y/o Litomyšl (23 o 50 km)

En Pardubice os daréis cuenta pronto de la importancia de los caballos, no en vano aquí se encuentran las Caballerizas Reales de Kladruby nad Labem. También es la sede de la carrera más antigua y difícil de cross country de Europa, la Gran Steeplechase, a la que acuden más de 45.000 espectadores cada año.

Y, por supuesto, algo que se debe hacer sí o sí es probar el pan de jengibre, un auténtico símbolo de la ciudad, que se sigue preparando con la misma receta desde el siglo XIV. Incluso tiene su propio museo y una fiesta que se celebra en el patio del palacio con exposiciones, gastronomía, cuentacuentos, etc. Animaos a probar este pan especiado con una Porter, la cerveza negra local, no os defraudará.

La jornada puede continuar en Hradec Králové, a unos 23 kilómetros de Pardubice. Tras unos 25 minutos al volante se llega a esta población donde la arquitectura, el arte y la música se dan la mano. Su sobrenombre, el “Salón de la República”, hace referencia a la concentración de estilos arquitectónicos: renacentistas, góticos, barrocos y de principios del siglo XX. Seguro que los amantes del jazz la tienen ya en su radar y han seleccionado algún concierto para disfrutar de los grandes artistas y bandas que pasan por aquí durante el Jazz goes to Town o el Festival Rock for People.

Desde Pardubice también se puede optar, en lugar de visitar Hradec Králové, por la ciudad de Litomyšl, que está a 50 kilómetros, y donde la cultura, la música y el arte también se respira a cada paso. De hecho, su castillo, del siglo XVI, es el monumento renacentista más importante del país, entre otras cosas, por sus bellos esgrafiados en fachadas y frontones. No os perdáis tampoco la plaza Smetana, la iglesia del Descubrimiento de la Cruz, los jardines del Convento, el jardín Zen, la calle y Museo Josef Váchal, y el Museo de Muñecas.

Navegando junto al bosque de Liberec. Foto: Tomas Mehes


Turnov- Paraíso Checo – Liberec (75 km)

Tras disfrutar de la monumentalidad de estas ciudades, para el tercer día os proponemos seguir la ruta en coche por el norte de Bohemia para descubrir su impresionante naturaleza. A sólo una hora y cuarto de Hradec Králové (unos 75 kilómetros) se encuentra Turnov, donde se puede hacer una primera parada o incluso pernoctar allí para realizar excursiones por los alrededores. Esta pequeña ciudad es asimismo perfecta para acceder al Paraíso de Bohemia (Český ráj), el primer espacio del país declarado geoparque por la Unesco. Basta admirar sus paisajes para percibir las razones que han motivado esta declaración: ciudades de roca, profundos bosques, lagos... Un conjunto natural al que hay que sumar en su entorno un yacimiento de piedras semipreciosas (los famosos granates checos), varios castillos, un palacio y pueblos con una arquitectura popular perfectamente conservada. Uno de sus símbolos es la singular ruina del castillo gótico de Trosky, con dos torres apuntando al cielo y varios corredores aún sin explorar...


Liberec

Liberec, la capital del norte de Bohemia, es una ciudad con una animada vida cultural que requiere de al menos una o dos jornadas de visita para recrearse sin agobios con su arquitectura y museos. Uno de sus edificios más destacados es el Ayuntamiento del siglo XIX, en cuyo sótano se ubica el histórico restaurante Radniční Sklípek, abierto desde 1893 y donde se degustan platos tradicionales y una buena cerveza checa.

También de especial relevancia es el Museo de Bohemia del Norte, ubicado en un palacio en cuya torre se sitúa una completa exposición sobre la historia del Valle del Cristal. Si hacéis el viaje en familia no dejéis de consultar este artículo sobre Liberec con niños en el que se realizan recomendaciones muy especiales.

Desde Liberec observaréis una construcción icónica que no pasa desapercibida en el horizonte, es una sorprendente torre de televisión, restaurante y hotel que corona el monte Ještěd. El edificio, diseñado por Karel Hubáček, se eleva 94 metros y ofrece unas vistas espectaculares de los alrededores. Además, quienes disfruten del senderismo tendrán la oportunidad de recorrer a pie la zona y descubrir algunos de sus bellos paisajes. En invierno es zona de esquí.

Valle del Cristal (50 km)

A pocos kilómetros de Liberec se extiende un privilegiado valle conocido como el Valle del Cristal dada la proliferación de factorías de cristal de Bohemia. En un entorno salpicado por montañas, ríos y pueblos con encanto se sitúan decenas de fábricas, muchas de ellas familiares, pequeños museos y jardines donde la fragilidad del cristal se pone a prueba cada día. Muchas de estas factorías realizan visitas guiadas o abren las puertas a los visitantes para observar sus labores cotidianas (en algunas incluso permiten que el viajero realice su propia pieza). No dejéis de informaros en la web del Valle del Cristal para organizar un itinerario por este increíble lugar.

Monte y Hotel Jěstěd. Foto: Karel Hubáček

 

Liberec - Děčín - P.N. Suiza De Bohemia (90 km)

Los últimos días de esta ruta circular se puede pernoctar en Děčín (a 70 km de Liberec) para conocer el entorno natural de esta ciudad. A pocos minutos se sitúa uno de los espacios más sorprendentes del país: el Parque Nacional de la Suiza Checa (České Švýcarsko). Basta caminar por sus desfiladeros custodiados por altas formaciones de piedra arenisca para constatar que este territorio permaneció cubierto por un mar poco profundo hace algunos millones de años. Existen varias propuestas senderistas para recorrer este mundo de torres, puentes y puertas rocosas, pero uno de los más recomendables es el Sendero de Gabriela (Gabrielina stezka) que conecta la población de Mezní Louka y la famosa Puerta de Pravčice (Pravčická brána), el arco de roca natural más grande de Europa.

Děčín - Teplice - Litoměřice - Praga

Desde Děčín, de regreso a Praga, es recomendable aprovechar para conocer dos ciudades que merecen mucho la pena. En primer lugar, Teplice (a 70 km), la ciudad balneario más antigua de Europa central, famosa por sus aguas termales y por las personalidades que por allí pasaron; y la ciudad real de Litoměřice (a 35 km de la anterior) que se encuentra en la confluencia de los ríos Elba y Ohře y cuyo casco histórico es uno de los más bonitos del país.

Una vez en Praga, sólo queda devolver el vehículo para seguir disfrutando de la capital o bien continuar con otra ruta por el país: Bohemia del Oeste, Bohemia del Sur, Moravia… Siempre hay algún incentivo para seguir viajando por Chequia.

Castillo de Děčín. Foto: Michaela Dusíková

 

🔟 Imprescindibles en una ruta por Bohemia


1. Puente de Carlos al amanecer (Praga)
El símbolo eterno de la capital checa. A primera hora, cuando la niebla cubre el Moldava y las estatuas parecen despertar, Praga muestra su alma más auténtica y melancólica.

2. El Osario de Sedlec (Kutná Hora)
Un templo gótico decorado con huesos humanos. Sobrecogedor y fascinante, es una lección de historia y arte que no deja indiferente a nadie.

3. Catedral de Santa Bárbara (Kutná Hora)
Construida por los mineros de plata en honor a su patrona, esta catedral es una joya del gótico tardío. Su interior de vidrieras y bóvedas es pura poesía en piedra.

4. Pan de jengibre y cerveza Porter (Pardubice)
La tradición más dulce de Bohemia oriental. Prueba este pan especiado del siglo XIV con la cerveza negra local: una combinación histórica que sigue conquistando paladares.

5. Castillo renacentista de Litomyšl (Litomyšl)
Patrimonio Mundial de la UNESCO, destaca por sus esgrafiados únicos, sus patios renacentistas y su ambiente tranquilo y artístico.

6. Senderismo en el Paraíso de Bohemia (Český ráj)
Torres de roca, bosques infinitos y castillos en ruinas. El primer geoparque de Chequia es un escenario natural digno de un cuento y una parada imprescindible para senderistas.

7. Torre Ještěd y vistas de Liberec (Liberec)
Diseñada por el arquitecto Karel Hubáček, esta torre futurista combina antena, hotel y mirador. Desde sus 94 metros se disfrutan panorámicas de 360º sobre el norte de Bohemia.

8. Valle del Cristal y talleres artesanos (entre Liberec y Jablonec nad Nisou)
El corazón de la artesanía checa. Entre montañas y pueblos encantadores, decenas de talleres familiares mantienen viva la tradición del cristal de Bohemia. En algunos puedes soplar tu propia pieza.

9. Puerta de Pravčice (Parque Nacional de la Suiza Checa)
El arco de roca natural más grande de Europa. El sendero de Gabriela lleva hasta este icono geológico rodeado de desfiladeros y bosques de cuento.

10. Baños termales de Teplice (Teplice)
La ciudad-balneario más antigua de Europa central. Entre columnas y vapor, entenderás por qué Beethoven, Goethe o Casanova vinieron aquí a inspirarse y a descansar.