Según la Organización Meteorológica Mundial “la niebla es la suspensión en el aire de gotitas de agua muy pequeñas, habitualmente microscópicas, que reducen la visibilidad en la superficie de la Tierra”. ¿Qué necesitamos saber sobre la niebla?
Tipos de niebla
Cualquier nube que tenga su base más baja que la cima de una montaña nos envolverá y reducirá la visibilidad, a veces no esperaremos su presencia porque venimos de zonas soleadas y con cielo azul. Una variante de esa niebla de montaña es la niebla de ladera, que en general tiene movimiento ascendente y que desde el valle no es fácil de detectar en altura porque el cielo parece simplemente que está nublado, según subamos tras recorrer varios kilómetros entraremos en la niebla.
La niebla engelante cubre peligrosamente las superficies lisas como llambrías de roca o asfalto que se encuentran bajo cero cuando las gotitas de agua que forman la niebla se depositan encima. En general los aficionados a la montaña sufren más accidentes por la presencia de niebla engelante durante el viaje en coche a su objetivo que en la propia
Hay cinco tipos más de niebla y que se originan en distintas condiciones meteorológicas, pero en todos los casos se debe a la saturación del aire con micropartículas de agua, que en buena parte de los casos puede empapar el suelo, volver más resbaladizas pendientes de hierba o rocas y mojarnos si simplemente llevamos un cortavientos en vez de una buena chaqueta impermeable-transpirable.
Efectos
A veces la ingenuidad o una visión demasiado dulcificada o mercantilista del medio natural nos hace pensar que la niebla es una bendición, pero además de las ventajas, debemos valorar más en serio sus inconvenientes.
A favor:
- Cambio drástico del paisaje a contemplar, desde su desaparición visual casi completa a formación de un espectáculo natural grandioso, en especial si se rompe en jirones o “abre” de golpe.
- Menos gente en los lugares masificados, en general los cercanos a grandes ciudades.
- A menudo mayor sensación de calma y sosiego, combinado con menos ruidos.
- Refuerza nuestra experiencia en montaña, que no debe basarse en salir únicamente los días de buen tiempo. Caminar con niebla también debe formar parte de nuestras habilidades.
En contra:
- Reducción evidente de la visibilidad, desde 50 a 500 metros si la niebla es moderada a sólo 3 a 5 metros cuando es muy densa. Las brumas o neblinas permite visibilidades superiores a 1 kilómetro.
- Gran incremento de posibilidades de extraviarse, especialmente si estamos en la nieve y con viento que es cuando se crea un entorno deslumbrante y desorientador.
- Se incrementa el peligro de hipotermia, pues tiene un efecto enfriante y humidificador. Las capuchas de las chaquetas ligeras pueden aplastarse y las manos sin guantes perderán capacidad de su sujeción sobre bastones o un piolet.
- Por prudencia debe regresarse antes, para tener margen ante imprevistos y también porque tendremos bastante menos luz al atardecer,
- Peligro en la carretera, especialmente si aparecen bancos de niebla no advertidos en la cartelería. Sólo las carreteras más importantes incluyen aviso con paneles electrónicos, pero está de más consultar las webcams de la Dirección General de Tráfico pues sitúan con precisión los puntos kilométricos donde se registra esa incidencia.
Cómo comportarse
Entre las pautas más útiles, figuran:
- Tras consultar las predicciones de la AEMET (que desde hace un año muestra con gran claridad sobre un mapa qué comunidades autónomas estarán parcial o completamente afectadas), salir sólo si el nivel de aviso es amarillo, no naranja.
- Partir antes con el coche, porque la conducción resultará más lenta y se nos puede hacer demasiado tarde durante la actividad.
- Planificar salidas más cortas y menos ambiciosas, sobre senderos bien definidos y con cartelería clara. Atención a los enclaves de alta montaña, mucho menos transitados y por lo general con poca señalización.
- Móvil, mapa en papel hidrofugado (existen aerosoles que impermeabilizan tu mapa de siempre), chaleco reflectante, silbato y en lo posible linterna frontal con zoom, pues el foco es capaz de penetrar más en la niebla que las frontales comunes.
- La Federación Española de Montañismo y Escalada recomienda que si caminamos en rutas con señalización muy espaciada o sin marcas de pintura “…no avanzar si no estamos totalmente seguros que caminamos en la dirección correcta. Abrígate y espera a que la niebla se levante, mejor quedarnos quietos, que andar sin rumbo y cada vez más lejos del punto de referencia inicial. Podéis moveros en una zona controlada y pequeña para combatir el frío, pero nunca caminar sin rumbo fijo.”
- No salgas con grupos numerosos y evita perder el contacto visual entre todos los miembros. En no pocas ocasiones siempre hay alguien que tiene por costumbre no esperar a las personas rezagadas y con niebla puede resultar peligroso, habladlo claramente antes de empezar con quienes suelan mostrar ese comportamiento tan desconsiderado y no permitáis “escapadas”.
- Atención a algunas zonas interiores de Galicia, Asturias, Cantabria, Cataluña y Castilla y León. Son las regiones con más niebla de nuestro país en incluso en algunos puntos cercanos a ciudades como Oviedo y Lugo, se registran hasta un centenar de días con niebla al año. Por su parte, Picos de Europa es uno de los macizos más justamente conocido por sus nieblas densas.