Que los perros son unos animales maravillosos casi nadie los discute, pero su tránsito o permanencia en la naturaleza debe hacerse respetando ciertas normas. ¿Sabemos qué dice la ley y cómo comportarnos frente a otros animales?
Nuestro perro
En España hay más de nueve millones de perros y una parte importante de ellos acompañan a sus dueños a pasear los fines de semana en la naturaleza. Lógicamente en el medio natural nuestra mascota se encontrará , además de a personas, a otros perros y animales (de procedencia ganadera o salvaje), y pueden surgir diferentes conflictos.
Existe una tendencia generalizada a creer que los perros pueden ir sueltos en el campo, cuando a menudo no es así:
1) En la mayoría de los espacios protegidos, cañadas y puertos donde paste ganado o en terreno cinegético los perros deben ir atados e incluso en ciertos enclaves valiosos (como algunos parques nacionales o fincas privadas abiertas al público) puede estar prohibida su entrada.
2) Son las comunidades autónomas y los ayuntamientos quienes definen en dónde puede transitar un perro suelto, pero siempre que no cause daños o molestias, que atienda a la llamada y órdenes de su dueño/a, y esté bajo supervisión visual directa; llamarle desde lejos cuando no le vemos puede ser insuficiente si hay un percance o alguien está asustado.
3) Existe la Ley de Patrimonio Natural y Biodiversidad (42/2007) que prohíbe el tránsito de perros sueltos fuera de pistas forestales y caminos, para prevenir daños a la fauna local y a la flora. Si a nuestra mascota le gusta escarbar en posibles agujeros del terreno donde viven animales silvestres, debemos controlarle y no jalear ese instinto depredador.
4) En lugares concretos, con afluencia importante de otras personas, como senderos transitados o zonas de escalada populares es especialmente importante que el animal vaya atado con una correa no muy larga para evitar el provocar accidentes; se han registrado caídas graves provocadas por perros en diversas comunidades autónomas, en las que algunos dueños se desentienden o permiten que el animal quede fuera de su contacto visual.
5) No permitas que tu perro persiga a otros animales, en especial si son vacas, ovejas o cabras. Hay a quien le divierte ver la escena y la interpreta como un símbolo de libertad o de juego inofensivo, pero se dan casos de muertes de animales –por ejemplo vacas embarazadas de terneros- o de los propios perros “perseguidores” agredidos por sus supuestas presas o directamente disparados por un pastor que teme esos ataques.
El caso particular de los mastines
Habitualmente pesan de 60 a 80 kilogramos y a veces llegan hasta los 100. Es un animal muy presente en el mundo rural español, valiente, desconfiado con los desconocidos, musculado y de gran tamaño. No está en el campo divirtiéndose o paseando, habitualmente vigila rebaños y no tiene un interés especial en morderte si mantienes la distanca suficiente del ganado que protege.
Si un mastín te ladra como señal de advertencia o viene directamente hacia ti, debes:
- Dar media vuelta y retroceder hasta que el mastín deje de ladrar, rodeando la zona lo más lejos que puedas. Su perímetro de protección del rebaño puede superar los 100 metros y ampliarse por la noche si es el lugar en el que duerme con el ganado que custodia.
- Si viene hacia ti, no corras porque activarás su instinto de morderte. Aléjate claramente en sentido puesto y caminando tranquilo, sin gritarle ni tirarle piedras.
- No es buena idea pasar junto a un rebaño, aunque no veas ni escuches a perro alguno, especialmente si vas en bicicleta o vas corriendo (al agrandarse su tamaño el mastín puede interpretar que eres una amenaza). Bájate de la bicicleta o camina al paso lo más alejado que puedas.
- No le acaricies (aunque parezca amistoso), no le eches comida, no te pares a fotografiarle; si llevas perro átale al instante y llévatelo, no permitas que ladre al mastín ni se le aproxime.
- Recuerda que a menudo están solos y sin el dueño, por lo que no debes pensar que siempre alguien lo va a sujetar antes de que te muerda; tampoco entres en una finca privada en la que paste el ganado ¡lo de que el campo es de todos constituye a menudo una creencia ingenua y una excusa para comportarnos como no deberíamos!
Consejos prácticos
Entre los que mejor funcionan, están:
1) No te aproximes a ningún animal, doméstico o salvaje más de 20 metros. Esta distancia mínima no garantiza ausencia de agresión si te consideran una amenaza, por ejemplo una vaca con un ternero o un jabalí que baja por donde tú subes.
2) Evita darles comida, modifica su comportamiento natural y crea problemas: desde que se te acerquen los rebecos demasiado identificando a los humanos con comida inmediata a que un caballo o un zorro puedan herirte si no obtienen de inmediato la comida que les has enseñado para hacerte una foto con ellos.
3) Nunca te lleves una cría, por muy pequeña y enternecedora que sea, pensando que está abandonada. Seguramente su madre anda más cerca de lo que crees y puede atacarte. Si consideras que hay un problema real, porque por ejemplo está herida, telefonea al SEPRONA, Servicio de Protección de la Naturaleza, número 062. Existen aplicaciones de móvil que identifican con precisión de qué animal se trata, lo que constituirá una valiosa ayuda cuando llames solicitando ayuda; te pedirán ubicación y posiblemente que envíes una foto del animal.