Algunas irrupciones recientes de aire ártico en la península ibérica han activado nuestro deseo de tomar algo caliente, incluso en salidas cortas de media jornada ¡ni siquiera hemos tenido que esperar al invierno para buscar cómo reconfortarnos! De hecho, incluso en temperaturas no muy bajas, por ejemplo +5ºC, el efecto enfriante del viento otoñal o invernal, cada vez más presente en toda el planeta por las fluctuaciones climáticas, hará que la sensación térmica sea bastante inferior.
PRINCIPIOS POCO CONOCIDOS
Por increíble que parezca el cuerpo humano puede sobrevivir sin ingerir comida o bebida caliente, incluso a bajas temperaturas. Sin embargo son varios los beneficios que obtenemos de consumir un producto caliente:
- La digestión es más fácil y hay menos probabilidad de gases o sensación de hinchazón..
- Por lo general ingerimos y bebemos más despacio que cuando algo está más frío.
- En la mayoría de los casos el sabor es más intenso.
- En condiciones de frío ahorramos energía, que puede resultarnos posteriormente muy valiosa si surge un imprevisto.
- Psicológicamente nos reconforta y permite continuar la actividad con más ganas. Se subestima la capacidad de ofrecer inesperadamente una bebida caliente a alguien desanimado y/o enfadado, a menudo reaccionará positivamente y reduciremos discusiones o accidentes.
SIN HORNILLO
En salidas de media o una jornada podemos llevar comida y bebida caliente desde casa, lista para consumir al momento y sin el engorro o peligro de encender una llama. Lógicamente necesitamos los recipientes adecuados y para ello podremos elegir una de las siguientes opciones:
Termos en acero inoxidable para bebidas, cremas (a tomar con una cucharilla de mango extralargo) y sopas. La mayoría no conservan el contenido caliente más de 6 o 7 horas si estamos bajo cero, aunque los mejores (en torno a los 35-40 euros) pueden llegar hasta las 12 horas.
Fiambreras térmicas, también conocidas como termos para sólidos. Las de geometría cilíndrica y con botes estancos pequeños para separar diferentes alimentos son las más prácticas. Voluminosas pero interesantes para compartir el contenido con una o dos personas más. Las de buena calidad cuestan alrededor de 40-45 euros y mantienen el calor de 5 a 7 horas en una jornada fría.
Mini cafetera portátil con batería. ¡Opción para sibaritas! De aspecto y volumen similar a un termo, permite hacer in situ de 4 a 6 cafés con crema. Desde 90 a 160 euros.
Sobres autocalentables, pueden venir junto a otro sobre con comida deshidratada o ya lista para consumir. Unos 5 euros para un solo uso y aparte el precio del preparado alimenticio, que según marca, contenido y sabor oscilará entre los 5 y los 14 euros (por ejemplo en este último precio para platos gourmet como por ejemplo rissoto de salmón).
Cafés autocalentables en su propio envase. Recipientes individuales de un solo uso. Interesante para actividades cortas y para tenerlos en el coche como opción de emergencia. Muy económicos, de 2 a 4 euros y se calientan en solo 3 minutos. Existen también versiones de consomés y sopas, aunque el sabor no suele estar muy logrado.