En la montaña, los bastones de trekking son una herramienta útil y muy extendida, pero su uso inadecuado puede restar más de lo que aporta. Como ocurre con cualquier elemento técnico, no basta con tenerlos: hay que saber cuándo, cómo y por qué utilizarlos. Esta guía repasa algunas de las malas costumbres más frecuentes al emplear bastones de trekking —desde iniciarse demasiado pronto en su uso hasta descuidar detalles como el transporte o la elección del modelo— con el fin de prevenir lesiones, mejorar la técnica y fomentar una práctica más segura y consciente del senderismo y el montañismo.
Usarlos desde nuestros primeros senderos
No es buena idea iniciarse en la montaña directamente con bastones, aunque constituye una práctica muy generalizada. Conviene habituarse primero a adquirir un buen sentido del equilibrio natural en un terreno tan cambiante como la montaña, al menos durante los 2 primeros años. La Comisión Médica de la Unión Internacional de Asociaciones de Alpinismo no recomienda su uso permanente, salvo en personas con acusado sobrepeso, tercera edad, con problemas de espalda o rodillas, cargando pesadas mochilas, andar por terrenos resbaladizos o caminar con niebla o de noche. Y cómo advierte el especialista en medicina de montaña Kepa Lizarraga, si se emplean muy separados del cuerpo pueden ocasionar esfuerzos de rotación poco saludables.
Comprar bastones ultraligeros muy económicos
Son innumerables los comercios on line que ofrecen bastones muy livianos a precios increíbles, una auténtica tentación por su aparente buen aspecto y el ahorro que suponen (cuestan entre la mitad y la tercera parte que unos de calidad). Sin embargo muchos de los que no alcanzan los 50 euros por pareja en aluminio o 90 euros si se trata de fibra de carbono pueden fallar con facilidad: tramo roto, empuñadura dolorosa o que desliza sobre el tubo, punta débil o regulación insegura. Un bastón ultraligero y a menudo fino, que falla en un sitio agreste puede provocar un accidente grave e incluso la muerte. Si tu presupuesto es reducido compra bastones estándar, notablemente más robustos que los ultraligeros económicos.
No verificar dos veces el armado
Una vez montado o desplegado debes apoyar con fuerza el bastón en el suelo antes de caminar. Después levántalo y verifica visual+manualmente que todos los tramos están totalmente unidos.
Utilizar siempre la dragonera
Con las dragoneras, incluso correctamente puestas, si caes de bruces puedes dañar tus manos y lo que es peor: impedir un apoyo libre de las manos para amortiguar el impacto. Evita su uso continuado, excepto si tienes mucha experiencia caminando o corriendo por la montaña
Transporte con puntas hacia arriba y sin protectores
Es el error más común de senderistas y alpinistas/escaladores. Sujetadas así en la mochila pueden herirte a ti si caes repentinamente o a quien venga muy cerca de ti. Mejor puntas hacia abajo y con tapones de protección.
Saltar
Salvo personas muy experimentadas o profesionales que conocen bien las diferentes técnicas y utilizan sólo bastones de alta calidad, saltar con bastones un resalte puede originar más problemas que beneficios.
Ignorar el pomo
La parte superior roma y ancha de la empuñadura es el apoyo más natural cuando desciendes un escalón, resalte o peldaño de camino acondicionado. Ningunearlo es castigar más tus muñecas y rodillas.
Intentar enderezar un tramo doblado
A veces el tramo de aluminio más próximo a la punta puede doblarse al sobrecargarse, bien por intentar recuperar bruscamente el equilibrio ante un tropiezo o porque se enganche entre roca y/o vegetación leñosa. Si lo fuerzas, lo partirás o lo debilitarás peligrosamente. Toca desechar el bastón.
Empeñarse en no guardarlos en trepadas o pedreras con bloques considerables
Merma tu habilidad para agarrarte tanto en las subidas como en los descensos complicados y si caes no tendrás las manos libres. Empeñarse en llevarlos colgando de las dragoneras cuando hay varios movimientos delicados seguidos disminuye tu movilidad, además de que pueden herirte de forma inesperada.
Dejar la roseta en terreno sin nieve
No extraerla provoca que el bastón se enganche más en terrenos abruptos y aumenta la posibilidad de tropezar con ellas cuando caminamos cansados
