Técnica

¿Duplicar algunos productos? Las ventajas de cargar un poco más de peso...

Siempre nos gusta llevar una mochila lo más ligera posible, pero podemos echar de menos tener duplicados algunos productos cuando nos falla el principal.

Tino Nuñez

4 minutos

Las ventajas de cargar un poco más de peso...

Eliminar lo superfluo y llevar una sola unidad de ciertos materiales puede ser un error, veamos qué podemos hacer para no quedarnos “huérfanos/as” en ciertas situaciones.

¿DE QUÉ ESTAMOS HABLANDO?
Hay productos más o menos ligeros que cuando te fallan en plena actividad (por rotura u otras causas) pueden generarte auténticos problemas de movilidad, salud o seguridad. Sólo cuando hayamos sufrido los contratiempos de que nuestra única linterna frontal no se encienda en un extravío nocturno o de quedarnos sin agua porque el tapón de la botella se ha abierto en nuestra mochila (algo relativamente fácil con los nuevos tapones de cuarto de vuelta de las botellas de agua mineral), entenderemos la necesidad poco extendida de “duplicar” ciertos complementos.

DOS BASTONES Y NO UNO
Para senderismo con poco desnivel, rutas cortas y excursionismo fácil resulta habitual ver a bastantes personas cargando con un solo bastón, ya sea por ahorrar dinero en la compra, peso ¡o incluso por vergüenza! (no falta a quien le parece demasiado “profesional” llevar la pareja completa). Sin embargo usar un único bastón proporciona una marcha menos estable y más fatigosa, descarga sólo un tercio de lo que conseguimos con dos (y no la mitad como se cree a menudo) y puede sobrecargar el brazo utilizado, haciendo sufrir más muñeca, codo y hombro. Si además la marcha dura varios días o transitas por un terreno accidentado, no es tan raro que se parta tu único bastón –sobre todo si se trata de uno ultraligero- y que te quedes “huérfano/a” de su ayuda. Ya sabes: ¡mejor dos que uno!

 

EL CASO PARADIGMÁTICO: LA LINTERNA FRONTAL
¿A quién no le ha pasado que no le enciende cuando más lo necesita su única frontal? Quizá se ha autoencendido accidentalmente y ya no le queda batería, falla porque es un modelo de bajo coste o tiene demasiados años de uso ¡e incluso se te cae a un sitio inaccesible mientras intentas cambiarle las pilas a oscuras! Llevar siempre una segunda linterna frontal te permite:

1) Tener luz inmediata de repuesto y sin pararte a cambiar las pilas.
2) Evitar bajar demasiado despacio porque vas iluminando a quien no la lleva.
3) Te salva de ir a oscuras porque a veces prestas amablemente tu linterna a la persona menos preparada del grupo.
4) Entregársela a quien no lleva ninguna, porque no pensaba que fuese a hacer falta (relativamente habitual) o porque la suya está muy baja de pilas/batería (aún más común).

PARA SALIDAS DE MÁS DE DOS DÍAS
Si transitas por zonas con nieve o de alta montaña estival durante más de dos días no es una locura llevar un segundo par de gafas de sol. La de repuesto debe ir preferentemente guardada en una funda rígida, no flexible. Tus gafas pueden haber quedado olvidadas en una parada de descanso y regresar a por ellas resulta inviable, caerse en una trepada o partirse la montura (bien por su baja calidad o por fatiga del puente o patillas). Por poco más de 35 euros y unos 40 gramos extras de peso puedes llevar ese segundo par de emergencia.

Una segunda gorra, ya sea económica –las hay de poliéster o algodón desde 10 euros- o minimalista/plegable apenas te supone 50 o 60 gramos más en la mochila. Si se te vuela la única que llevas o se la prestas a alguien con síntomas de sobre exposición solar, entenderás el servicio que podría haberte dado una gorra de repuesto.

¿Y EL AGUA?
Cargar con el doble de agua no satisface a la mayoría, porque salvo en jornadas de bastante calor –hago cada vez más habitual en los veranos españoles que ya duran cuatro meses- implica 1 o 2 kg de más. Una opción interesante es la que recomienda el doctor Antonio Ulloa, especialista en emergencias en montaña: él siempre lleva además de su agua estándar, una pequeña botella de cuarto de litro en el fondo de la mochila como medida de emergencia. Visto también el ínfimo peso de las pastillas potabilizadoras, a menudo apenas un gramo para una docena de comprimidos en su blíster, parece recomendable disponer del doble de las que consideremos necesarias.

OTROS PRODUCTOS
Tampoco está de más valorar estos otros complementos:
1) Una colchoneta de espuma estándar económica, de 8 mm de espesor y apenas 200 gramos para colocar bajo tu aislante autoinflable o hinchable. Si no proteges las que llevan aire dentro, en pocas salidas se pincharán, lo que puede suponer desde una simple anécdota si sólo pasas una noche con tu aislante desinflado a un calvario si se trata de una salida de bastantes días.

2) Si necesitas cocinar y te falla el único mechero que llevas o el encendido piezoeléctrico (fácil si se moja o va incorporado en un modelo de baja calidad) ¡te quedarás sin comida caliente! Un mechero de más son sólo aproximadamente 15 gramos o si lo prefieres existen cerillas anti tormenta –encendibles bajo la lluvia o viento fuerte- que andan por los 10 gramos.

3) Hay bastantes artículos que no vamos a duplicar para evitar ir absurdamente sobrecargados, como por ejemplo el calzado o un saco de dormir, pero si estudiamos nuestras necesidades quizá veamos que un simple poncho de polietileno aluminizado (como el utilizado en las mantas térmicas) que apenas pesa 45 gramos y cuesta aproximadamente 10 euros, puede protegernos de un chaparrón fuerte o del frío cuando nuestra chaqueta impermeable-transpirable no dé más de sí en plena actividad.