El snowboard es un deporte que puede aprenderse desde una edad temprana si se sigue un enfoque adecuado y progresivo. A lo largo de los años, he enseñado a mis hijos a hacer snowboard desde que eran bebés, utilizando un método que les ha permitido avanzar de manera constante y segura. En este artículo, quiero compartir mi experiencia personal y algunos consejos prácticos para que otros padres puedan enseñar a sus hijos a disfrutar del snowboard desde pequeños.
Etapas del aprendizaje en snowboard para niños
El proceso de aprendizaje en snowboard para niños puede dividirse en varias etapas, dependiendo de la edad y el desarrollo de cada niño. A continuación, detallo las diferentes fases por las que pasaron mis hijos y las metodologías que utilicé en cada una.
1. De 6 a 18 meses: Introducción al snowboard con mochila porteadora
Mi pasión por el snowboard empezó muy pronto con mis hijos. Cuando mi hija tenía apenas 6 meses, comencé a llevarla conmigo en una mochila porteadora, en mi pecho, mientras bajaba por las pistas. Esto no solo fue una manera de compartir mi amor por el deporte.
desde el principio, sino que también le permitió familiarizarse con el entorno de la nieve y el movimiento.
Sin embargo, esta práctica puede no estar aceptada en todas partes. Aunque en Austria no tuve problemas, en los Pirineos la reacción de otros esquiadores no siempre fue positiva. Aun así, siempre mantuve una velocidad muy controlada y aseguré que la situación fuera
completamente segura para ella.
2. De 18 Meses a 2 años y medio: Primer contacto con la nieve y deslizamiento
En esta etapa, los niños pueden comenzar a tener su primer contacto con la tabla. Utilicé una tabla Burton con el sistema Riglet, que incorpora un carrete en la punta para poder estirarlos mientras ellos deslizan sobre la nieve. El niño va sin fijaciones y solo se coloca
sobre la tabla, permitiendo que se familiarice con el deslizamiento. Durante este tiempo, el objetivo principal es que se sientan cómodos con la idea de estar sobre la tabla, sin exigirles demasiado.
Una variación que utilicé con mis hijos fue instalar dos carretes, uno delante y otro detrás. Esto me permitía sujetarlos tanto delantera como traseramente, asegurando una velocidad controlada y ayudándoles a bajar pequeñas pendientes de manera suave y segura.
3. De 2 años y medio a 3 años y medio: Primeras bajadas en línea recta y giros ligeros
A partir de los 2 años y medio, mis hijos ya estaban listos para realizar pequeñas bajadas en línea recta o con giros muy suaves hacia un solo lado. Aquí es cuando empieza realmente el desafío de aprender a deslizar con control, y la paciencia se vuelve un factor
fundamental.
Durante esta fase, me aseguraba de que estuvieran en pistas fáciles, generalmente áreas de aprendizaje o las conocidas "baby slopes". Aquí todavía los estiraba con el sistema Riglet o, en algunos casos, sujetándolos ligeramente por detrás para asegurar que mantuvieran el equilibrio. Al principio, bajar en línea recta les daba confianza, y poco a poco introducimos el concepto de girar de forma progresiva.
4. De 3 años y medio a 4 años y medio: Aprender a girar
En esta etapa, los niños ya han desarrollado una mayor confianza en la tabla y están listos para empezar a girar hacia ambos lados. El énfasis aquí está en enseñarles los cambios de canto, un aspecto clave en el snowboard. La metodología que utilicé fue muy simple: utilicé las instrucciones de "puntas" y "talones" para que entendieran cómo inclinar su peso dependiendo de si estaban de cara a la pendiente o de espaldas.
El uso de los hombros también es crucial en esta fase, ya que un movimiento adecuado de la parte superior del cuerpo facilita la dirección del giro. Durante los primeros intentos, los guiaba sujetándolos de la muñeca delantera, ayudándoles a sentir el movimiento de manera más intuitiva.
5. A partir de los 4 años y medio: Bajadas completas en todo tipo de pistas
Una vez que los niños han dominado el equilibrio y los giros, están listos para bajar por prácticamente cualquier pista. En el caso de mis hijos, después de haber seguido todas estas etapas con muchas horas de práctica, ya podían bajar pistas rojas e incluso negras a partir de los 4 años y medio. Por supuesto, cada niño tiene su propio ritmo, y esta progresión puede ser más rápida o más lenta dependiendo de su desarrollo físico y confianza.
En esta etapa avanzada, el aprendizaje es mucho más autónomo, ya que los niños comienzan a disfrutar de las bajadas sin depender tanto de la ayuda de un adulto. Ahora es el momento de dejar que exploren, siempre bajo supervisión, y de seguir practicando para mejorar técnica y velocidad.
Herramientas y técnicas para facilitar el aprendizaje
A lo largo de estas etapas, utilicé varias herramientas y técnicas para facilitar el aprendizaje y mantener la seguridad de mis hijos. Algunas de las más útiles fueron:
1. Sistema Riglet con Carrete
Como mencioné, una tabla de snowboard infantil con el sistema Riglet de Burton fue una de las herramientas más útiles que encontré. Permite estirar a los niños mientras se deslizan, lo que les da la oportunidad de sentir la nieve y ganar equilibrio sin preocuparse por la
velocidad.
2. Arnés para control de la velocidad
Cuando mis hijos empezaron a bajar pequeñas pendientes, intenté usar un arnés con cuerdas, similar a lo que se usa en esquí, para controlar su velocidad. Sin embargo, este sistema no funcionó bien en snowboard, ya que las cuerdas limitaban su capacidad para girar.
Después de algunos intentos fallidos, descubrí que era más efectivo sujetarlos del arnés y de la muñeca delantera para guiarlos, lo que les permitió mantener el control y aprender los giros de manera más natural.
3. Práctica fuera de la nieve
Uno de los mayores trucos para que mis hijos progresaran rápidamente fue practicar fuera de la nieve. Usé diferentes técnicas, como rodar la tabla sobre tubos de foam, similares a los que se usan en las piscinas. Esto permitía que la tabla se moviera de forma suave.
mientras ellos practicaban el equilibrio en casa o en el jardín, durante todo el año. Este tipo de práctica constante les dio una ventaja considerable cuando volvimos a las pistas en invierno.
Consejos generales para enseñar a niños
Además de los consejos específicos para cada etapa, hay algunas recomendaciones generales que pueden ayudar a que el proceso sea más llevadero:
1. Paciencia y flexibilidad: Enseñar a un niño snowboard requiere mucha paciencia. No todos los días serán fáciles, y es importante recordar que el aprendizaje es un proceso gradual.
2. Diversión y motivación: Alternar entre la práctica del snowboard y actividades divertidas, como hacer muñecos de nieve o jugar en la montaña, ayuda a que los niños no se sientan abrumados.
3. Equipo adecuado: Asegúrate de que los niños tengan el equipo correcto. Botas cómodas y fáciles de ajustar, como las Mini Grom o Grom de Burton, y una tabla adecuada a su tamaño harán que la experiencia sea más cómoda y agradable para ellos.
Conclusión
Enseñar a un niño a hacer snowboard desde una edad temprana es una experiencia increíblemente gratificante, pero requiere tiempo, paciencia y las herramientas adecuadas. Siguiendo estas etapas y metodologías, los niños pueden progresar de manera segura y disfrutar del snowboard a medida que crecen. Para mí, ver cómo mis hijos han aprendido y crecido en las pistas ha sido una de las mayores satisfacciones, y estoy seguro de que otros padres que sigan este enfoque también podrán compartir momentos inolvidables en la nieve con sus hijos.
