Corría 1906 cuando alguien veía por última vez una de las tortugas gigantes de la Isla Fernandina. Esta especie única de las Islas Galápagos, creída extinta desde un siglo, ha encontrado ahora una insólita esperanza. Una expedición del Giant Tortoise Restoration Initiative (GTRI), liderada por su director Washington Tapia, se topaba con una gran hembra de más de cien años. El hallazago no solo ha excitado los ánimos de la comunidad internacional, también ha servido para reforzar las ambiciones del grupo del GTRI, que pondrá en marcha más expediciones para localizar ejemplares de esta vieja olvidada de la biosfera.
Tapia, el jefe del equipo investigador, se muestra paciente y todavía espera el resultado de los estudios genéticos para "reconfirmar" su descubrimiento. En cualquier caso, los expertos creen que la hembra no está sola, después de encontrar varios rastros de otras tortugas que podrían compartir especie.
El ejemplar ha sido trasladado a un centro de conservación en la Isla de Santa Cruz.
La de Fernandina es una de las 14 especies de tortugas gigantes nativas de Galápagos. La mayoría están en serio peligro de extinción. Su población se ha diezmado durante los dos últimos siglos, situación que pretenden revertir la Galapagos Conservancy y los organismos de un Parque Nacional con más de 60 años de antiguedad, y Patrimonio Mundial de la Unesco desde 1978.