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Excursionismo romántico en la Sierra de Guadarrama: tras la huella de los pioneros

Te proponemos seis rutas para caminar por la historia de una de las cunas del montañismo español

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Excursionismo romántico en la Sierra de Guadarrama: tras las huellas de los pioneros

La Sierra de Guadarrama no solo forjó generaciones de senderistas: moldeó una manera de mirar el paisaje. A finales del XIX y comienzos del XX, maestros, científicos y alpinistas hicieron de estas montañas un aula al aire libre. Desde las excursiones pedagógicas de la Institución Libre de Enseñanza hasta la fundación de clubes y refugios, en Guadarrama nace una cultura montañera que aún hoy sentimos en cada ruta que recorremos.

Guadarrama fue —y es— una escuela de ciudadanía al aire libre. Caminar hoy por el Schmidt, asomarse a los Miradores de los Poetas o apoyar la restauración del apeadero de Siete Picos es algo más que deporte: es prolongar la ética de aquellos pioneros que entendieron que el paisaje educa.

Los que encendieron la mecha
  • Francisco Giner de los Ríos y la ILE: incorporar la excursión como método educativo fue revolucionario. Los alumnos aprendían geología, botánica y ética ambiental caminando por Cercedilla, El Escorial o Peñalara. Aquellas salidas —documentadas en el Boletín de la ILE— “descubrieron” el Guadarrama a la sociedad urbana madrileña.

 
  • Constancio Bernaldo de Quirós: discípulo de Giner, jurista, divulgador y alma de los primeros clubes. Es figura clave del grupo Peñalara de los Doce Amigos, germen de la Real Sociedad Española de Alpinismo Peñalara (RSEA, 1913), que unió deporte y cultura con publicaciones, cartografías, cursos y una mirada moderna del paisaje.

  • El “grupo de los alemanes” y la sociabilidad montañera: senderistas y naturalistas centroeuropeos que frecuentaban Cercedilla a inicios del XX dieron nombre a rincones como la Ducha de los Alemanes; su espíritu convivió con sociedades como el Club Alpino Español y la Sociedad Militar de Excursiones.

  • El ferrocarril y los apeaderos: el Ferrocarril Eléctrico de Guadarrama (1923) acercó la montaña a miles de madrileños. Hoy, el histórico apeadero de Siete Picos agoniza en la Lista Roja de Hispania Nostra: una llamada a conservar este patrimonio montañero.

Dónde siguen vivas sus pisadas: 6 rutas históricas

1) Camino Schmidt (Schmid) — La travesía pedagógica bajo los pinos

Navacerrada → Collado Ventoso → Valle de la Fuenfría
Clásico absoluto del montañismo madrileño, abierto en los años 20 por Eduardo Schmid/Schmidt para comunicar albergues y puertos. Transita bajo los pinares de Valsaín y Cercedilla, a la sombra de Siete Picos.

  • Distancia/tiempo: ~9–10 km; 3–4 h; desnivel moderado.

  • Por qué es pionera: resume el “redescubrimiento” del Guadarrama de principios del XX. Señalización PR-M/SG-5.

Plus histórico: combinación con la Calzada Borbónica y el Puente del Descalzo en la Fuenfría para cerrar circular y sumar patrimonio.

 

2) Miradores de los Poetas y Ducha de los Alemanes — Cercedilla, cuna sentimental

Cercedilla → Calzada Romana → Ducha de los Alemanes → Miradores
Ruta amable que condensa el espíritu de las excursiones de la ILE: naturaleza, patrimonio y sensibilidad literaria.

  • Distancia/tiempo: ~10 km; 2 h 30 min–3 h; fácil-moderada.

  • Guiños de época: la cascada donde “se duchaban” senderistas y veraneantes de hace un siglo, y balcones dedicados a poetas.

3) Cresta de Siete Picos — La escuela de arista madrileña

Cercedilla (Puerto de Navacerrada) → Siete Picos
La silueta más literaria del Guadarrama. Recorrido de bloques y lomas que formó a generaciones y sigue exigiendo prudencia en días fríos o venteados.

  • Distancia/tiempo: 12–18 km (según variantes); 5–7 h; tramos de trepe fácil.

  • Lección pionera: aquí se curtieron muchos de los primeros socios de Peñalara. Atención a la luz en invierno: rescates no son raros por subestimar el horario.

4) Peñalara clásico — Cotos, Loma de Dos Hermanas, cumbre y lagunas

Pto. de Cotos → Dos Hermanas → Peñalara (2.428 m) → Circo y Laguna Grande
La alta montaña accesible de Guadarrama. Ideal para comprender los procesos glaciares que la ILE enseñaba in situ y el porqué de la protección actual.

  • Distancia/tiempo: 6–12 km según variante; 2,5–5,5 h; desnivel 400–700 m.

  • Regulación: sendas balizadas y limitaciones en el circo y lagunas (temporales/estacionales).

 

5) La Pedriza al Yelmo — Donde nació la escalada moderna

Canto Cochino → Gran Cañada → El Yelmo (1.717 m)
Santuario de granito: adherencia, fisuras y una cultura escaladora que ya es patrimonio. El recién inaugurado “Rincón de La Pedriza – Museo de la Escalada” (Canto Cochino) permite hilar ruta y memoria.

  • Distancia/tiempo: 10–14 km; 4,5–6 h; +700 m; trepe sencillo para la cumbre.

  • Por qué es pionera: del Refugio Giner a las primeras guías y reuniones de clubes, aquí se forja la identidad vertical de Madrid.

6) Cotos de paso y travesías “a la antigua” — Del Ventorrillo a Valsaín

Propuesta “de época” enlazando viejos caminos entre ventas, praderas y puentes para sentir el Guadarrama que caminaron naturalistas, profesores y estudiantes. Inspiración para crónicas y fotografía lenta.

• Parque Nacional desde 2013; en Peñalara hay zonas de acceso regulado (lagunas, canchales) y limitaciones estacionales. Consulta siempre la normativa vigente antes de salir.

• Tiempo cambiante, atardeceres tempranos en otoño-invierno y pasos graníticos donde orientarse es clave. Lleva mapa, frontal y abrigo aunque el día “pinte” fácil.