Los ríos forman parte de algunas de nuestras mejores memorias en lo salvaje. Tanto si es por el puro placer de descubrir a dónde lleva ese curso como si es por una ambición deportiva, antes o después nos enfrentaremos a algunos cauces complicados. ¿Quién no ha visto un buen guarrazo en un riachuelo que parecía inofensivo? O quizá uno mismo haya sufrido esas alegres arritmias producidas al pisar piedras musgosas. En ciertos momentos, y en ciertos ríos, la cosa puede ponerse mucho más peligrosa. No importa si te planteas una modesta correría veraniega o una gran aventura por tierras ignotas, estos consejos del experto en supervivencia Maykol García te ayudarán (y mucho) a no ser devorado por las corrientes.