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El salto supremo de Felix Baumgartner

Este verano, Felix Baumgartner se jugará el todo por el todo. El austriaco saltará desde una cápsula suspendida de un globo aerostático en la estratosfera a una altitud de más de 120.000 pies (36,5 kilómetros), casi cuatro veces más que la altura a la que suelen volar los aviones com

Jorge Jimenez

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Este verano, Felix Baumgartner se jugará el todo por el todo. El austriaco saltará desde una cápsula suspendida de un globo aerostático en la estratosfera a una altitud de más de 120.000 pies (36,5 kilómetros), casi cuatro veces más que la altura a la que suelen volar los aviones comerciales.

Esta misión a los confines del espacio, bautizada como Red Bull Stratos, es un proyecto que intentará desafiar los límites del cuerpo humano desde hace más de 50 años y pulverizar cuatro récords mundiales: el vuelo tripulado en globo aerostático a mayor altitud, la caída libre desde mayor altitud, la caída libre más larga y, por primera vez en la historia, la hazaña consistente en romper la barrera del sonido con el cuerpo humano.

Con el apoyo de un grupo de expertos, Felix Baumgartner ascenderá a 120.000 pies (36.576 metros) con un globo estratosférico y saltará por primera vez en la historia en caída libre pasando de una velocidad cero a 1.125 km/h o más, abalanzándose hacia el suelo a velocidad supersónica antes de abrir el paracaídas. Este intento de sobrepasar los límites atmosféricos hará realidad un viejo sueño de este aventurero y proporcionará datos médicos y científicos para los pioneros del futuro.

El equipo Red Bull Stratos reúne a los cerebros más destacados en medicina aeroespacial, ingeniería, desarrollo de trajes presurizados, creación de cápsulas y construcción de globos aerostáticos. Uno de sus integrantes es el coronel retirado de la Fuerza Aérea estadounidense Joseph Kittinger, que ya ha ascendido a una altitud de 102.800 pies (31.333 metros) y que actualmente ostenta tres de los récords que Felix Baumgartner intentará batir.

Como preparación para realizar este hito histórico, el 15 de marzo de 2012 Felix Baumgartner realizó un salto desde un globo aerostático a una altitud de 71.615 pies (21.828 metros), convirtiéndose así en la tercera persona en la historia que completa con éxito una caída libre desde esa altura. Esta misma semana, Felix realizaba la segunda prueba con éxito, saltando desde 96.640 pies (29.455 metros) llevando a cabo una caída de 3 minutos y 48 segundos y alcanzando una velocidad de 863 kilómetros por segundo.

Durante la subida, a partir de aproximadamente 63.000 pies (19.200 m), Felix Baumgartner cruzará la “Línea Armstrong”, un punto en el que la presión del aire es tan baja que sin presurización (en la cápsula o con un traje espacial) los fluidos corporales se vaporizan, es decir, empiezan a hervir a la temperatura normal del cuerpo.

Durante el salto de prueba desde 71.615 pies (21.828 m) de marzo de 2012, Felix Baumgartner atravesó un nivel de la estratosfera en el que la temperatura cayó a -68 °C. A 120.000 pies de altura (36.576 m), Felix Baumgartner experimentará un entorno casi espacial en el que imperan el vacío y el frío extremo.

Riesgos extremos
El hecho de que la resistencia del aire es mucho más baja en la estratosfera que en altitudes inferiores permitirá a Felix Baumgartner acelerar rápidamente. Intentará romper la barrera del sonido en el primer medio minuto de la caída libre antes de ser frenado gradualmente por el aumento de la densidad del aire. Saber controlar la posición del cuerpo a pesar de una aceleración tan rápida constituirá una proeza extraordinaria. El piloto estará protegido durante la caída por un traje espacial presurizado. “Es un salto hacia lo desconocido”, puntualiza Felix Baumgartner. “Nadie puede predecir cómo responderá el cuerpo humano cuando cruce la barrera del sonido en un entorno casi espacial”.

Los inevitables (y numerosos) riesgos que conlleva la realización de una proeza de esta magnitud se han evaluado minuciosamente. El Dr. Jonathan Clark, director médico de la misión, explica que habrá algunos momentos problemáticos desde el punto de vista fisiológico para Felix Baumgartner. Sus datos se controlarán de cerca y se registrarán durante toda la misión. Las fases críticas se sitúan durante el ascenso y la caída libre. En el lanzamiento, el viento no debe soplar a más de 6 km/h para que la cápsula y el globo (con una altura de 55 niveles) se eleven con toda seguridad. Durante los primeros 1.000 pies (305 m) de ascensión, Felix Baumgartner no podrá realizar una salida de emergencia, ya que no habrá suficiente altura para poder desplegar el paracaídas.

Durante el descenso, el Dr. Clark señala que los científicos han tomado todas las medidas posibles para evitar que Felix Baumgartner entre en una ‘barrena plana’ incontrolable mientras cae. “La barrena plana es un peligro muy serio. Los órganos más afectados por una barrena plana son los ojos, el cerebro y el sistema cardiovascular. Si el centro de rotación está en la parte superior del cuerpo, la sangre se acelera hacia los pies y puede ocasionar un desmayo. Si la rotación se centra en la parte inferior del cuerpo, la sangre se acelera hacia la cabeza, lo que puede causar un trastorno llamado eritropsia, que a su vez puede provocar varios efectos, desde la sensación de presión en la cabeza, hasta una hemorragia ocular o intracraneal (hemorragia en el cerebro). Cuanto más dure la barrena, mayor es el riesgo.”

Durante su salto de prueba desde 71.615 pies (21.828 m), Felix Baumgartner pudo controlar muy bien su estabilidad usando sus conocimientos de paracaidismo. Como medida de precaución, Felix Baumgartner ha desarrollado un sistema de paracaídas con un contador que abre automáticamente un estabilizador si experimenta más de 3,5 G durante más de 6 segundos seguidos. Además, puede abrir el estabilizador manualmente presionando un botón instalado en el guante.

Felix Baumgartner ha estudiado los riesgos y se ha preparado mental y físicamente durante estos últimos años. “Romper la barrera del sonido en caída libre es un esfuerzo pionero, y ser un pionero conlleva riesgos. No tengo que poner mi vida en peligro para ser feliz. Pero necesito tener un reto. Éste es el salto supremo.” Su mentor, Joe Kittinger, coronel retirado de la Fuerza Aérea estadounidense que aún ostenta el récord, también se muestra confiado en que su protegido culminará su misión. “Siempre le digo a Felix Baumgartner que necesita las “tres C”: confianza en su equipo, confianza en su material y confianza en sí mismo. A estas alturas, lo tiene todo”. Éste es el salto supremo.