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Nuevas evidencias sobre el destino final de Amelia Earhart

Un nuevo análisis forense sugiere que pudo fallecer como naúfraga.

Redacción Oxígeno

3 minutos

Nuevas evidencias sobre el destino final de Amelia Earhart

Uno de los grandes misterios del siglo XX está cada vez más cerca de ser resuelto. Amelia Earhart desaparecía en 1937 mientras trataba de convertirse en la primera mujer en volar alrededor del mundo. Pero su Lockheed Electra 10E, que pilotaba junto a Fred Noonan, desaparecía durante aquella tentativa de circunnavegar el globo por la línea del Ecuador. Ahora, un nuevo análisis forense de unos huesos hayados en la isla de Nikumaroro, en el Pacífico Sur, arrojan nueva luz sobre su destino final y añaden peso a una de las teorías más extendidas.

Richard Jantz, profesor emérito de antropología y director emérito del Centro de Antropología Forense de la Universidad de Tennessee, reexaminó siete mediciones óseas realizadas en 1940 por el médico D. W. Hoodless. Hoodless había llegado a la conclusión de que los huesos pertenecían a un hombre. Pero se equivocaba. Earhart, que fue la primera mujer en sobrevolar sola el Océano Atlántico, podría haber pasado sus últimos días en esa remota isla, a medio caminno entre Hawaii y las Islas Salomon, como naúfraga.

Jantz, usando varias técnicas cuantitativas modernas, incluyendo Fordisc, un programa de computadora para estimar el sexo, la ascendencia y la estatura de las mediciones esqueléticas, encontró que Hoodless había determinado incorrectamente el sexo de los restos. El programa, creado conjuntamente por Jantz, es utilizado por casi todos los antropólogos forenses certificados en Estados Unidos y en todo el mundo. Los datos revelaron que los huesos tienen más similitud con Earhart que con el 99 por ciento de los individuos en una gran muestra de referencia. El nuevo estudio se publica en la revista Forensic Anthropology.

El estudio también comparó las longitudes de los huesos con los de Earhart a través de viejas fotográfias y de las medidas de su ropa de la colección George Palmer Putnam, un compendio de archivos sobre Amelia que se encuentra en la Universidad de Purdue. En base a esta información, Jantz concluye que "hasta que se presente evidencia definitiva de que los restos no son los de Amelia Earhart, el argumento más convincente es que son de ella". Cuestionar el análisis de Hoodless tuvo menos que ver con su competencia y más con el estado de la antropología forense en ese momento, dijo Jantz en un comunicado. "La antropología forense no estaba bien desarrollada a principios del siglo XX", afirma. "Hay muchos ejemplos de evaluaciones erróneas por parte de los antropólogos del período. Podemos aceptar que Hoodless pudo haberlo hecho tan bien como la mayoría de los analistas de la época podrían haberlo hecho, pero esto no significa que su análisis fue correcto".

La teoría más extendida

“La línea de navegación que Amelia describía en su última transmisión por radio indicaba que habría pasado la isla Howland, incluso la isla Gardner, ahora llamada Nikumaroro. La posibilidad de que Earhart y su navegante Fred Noonan podrían haber llevado a cabo un aterrizaje de emergencia en los arrecifes de coral de Nikuramoro, a unas 300 millas de su destino final, no es una teoría nueva. “En realidad es la más antigua. “Fue la teoría que siguió la Armada los primeros días de pesquisas y reconocieron el atolón, pero solo desde el aire”. En una decena de expediciones arqueológicas en Nikumaroro se han encontrado un buen número de artefactos que apoyan fuertemente esta hipótesis.

Junto con los huesos encontrados en 1940, un grupo de búsqueda descubrió parte de un zapato que se consideraba de una mujer, una caja sextante diseñada para contener un Brandis Navy Surveying Sextant, fabricado alrededor de 1918 y similar al del copiloto de Earhart, y una botella de licor Benedictine, uno de los favoritos de la aviadora. También se encontraron evidencias que apuntaban a una mujer americana de la década de los 30 podría haber sobrevivido allí durante semanas, quizá más”.