Siguiendo el procedimiento habitual, pequeños fuera borda procedentes de una embarcación nodriza, con escasa tripulación, salían a la caza y captura de la presa capitaneada por Lockhart MacLean. Prolongándose durante varias millas, los esquifes finalmente abandonaban la persecución del Steve Irwin para fijar un nuevo objetivo, en forma de carguero que navegaba a pocas millas, al que se avisaba por radio del previsible ataque. La embarcaciones hostiles terminaban por huir, probablemente pensando que el Steve Irwin era un barco escolta del carguero, por lo que no se arriesgaron a un ataque, escabulléndose por las mismas aguas por las que llegaban.
El Steve Irwin y el carguero tipo Maersk lograban acceder al Mar Rojo sin más contratiempos. Ahora la nave de SeaSheperd ha fijado su rumbo hacia el canal de Suez.