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Revelaciones en Alaska

Vuelven a la carga los “conquistadores de lo inútil”, explorando nuevas caras y montañas esta vez en aquel mundo ajeno al hombre y sus dichas: Alaska. Clint Helander y Ben Trocki firman dos primeras ascensiones en el Gran Norte americ

Jorge Jimenez

2 minutos

Vuelven a la carga los “conquistadores de lo inútil”, explorando nuevas caras y montañas esta vez en aquel mundo ajeno al hombre y sus dichas: Alaska. Clint Helander y Ben Trocki firman dos primeras ascensiones en el Gran Norte americano.

Dominada por el Mount Hesperus (2.995 m), la cadena de las Revelations Mountains, a unos 225 km de Anchorage, no destaca por la altura de sus montañas aunque en todas ellas se conserva el carácter fiero de Alaska, el frío vil, el clima tornadizo y esa sensación de visitar otros mundos en este mismo. Poco visitada, para acceder a esta cordillera se hace necesario un vuelo que no muchos tienen ganas de afrontar, por lo que algunos de sus colmillos y moles permanecen vírgenes todavía hoy. La primera expedición documentada la llevaba a cabo David Roberts en 1967, teniendo el gusto de hacerse con varias primeras ascensiones y de bautizar sus picos más relevantes. Sus pasos los han vuelto a seguir Clint Helander, en su quinta inspección a la región, y Ben Trocki, quienes añadían el Golgotha (2.730 m) a la lista de cumbres doblegadas por el hombre.

Lo hacían entre últimos de mayo y primeros de abril. El Golgotha era su objetivo principal, una montaña sin intentos anteriores a 2011 y con poca información. Terreno de aventura a usurpar. La montaña rechazaría los dos primeros envites por una línea directa sobre hielo, hasta que asaltaban el corredor principal que les llevaba a la vertiente sureste y de allí a la cumbre.

A su regreso Helander y Trocki se encontraban su campo base sepultado por la nieve obligándoles a un severo trabajo antes de plantearse su siguiente objetivo: al arista sur del Angel (2.825 m), meta que alcanzaban tras una potente jornada de esquí y escalada sobre hielo y mixto. Tras 21 horas de actividad regresaban al relativo confort de sus tiendas, habiéndose llevado la segunda ascensión absoluta de la montaña. La primera caía en el morral de Greg Collins y Tom Walter, allá por el 85, cuando superaban los contrafuertes de su cara sureste. “Ha sido un tremendo honor escalar finalmente la arista sur del Angel. Siempre guardaré esta ascensión en un rincón especial de mi corazón y el día permanecerá como una de las mejores jornadas de escalada que haya tenido nunca”, Helander dixit.

No contentos con sus dos ascensiones, la cordada todavía sacaba fuerzas para otro intento a una montaña virgen y un nuevo envite a la cara este del Golgotha, que se vería frenado por una avalancha. Por no marcharse con una negativa, se hacían con la tercera ascensión absoluta del Vanishing Pinnacle.

La expedición, que ha sido financiada gracias a uno de los premios Mugs Stump, sirve también para acrecentar el bagaje de Helander en esta cordillera, donde entre otras cuenta con la primera ascensión del Mount Mausolus (marzo de 2011, junto a Scotty Vincik), la primera de la Ice Pyramid (2009 en compaía de Seth Holden) y la primera del Exodus (mayo de 2008, con Holden y Steve Sinor).