Hasta cuatro ríos y cerca de 1.500 kilómetros medirán a Hermenegildo Hilo Moreno, técnico de montaña en la base antártica Juan Carlos I, y a Daniel Requena, director y cámara de documentales de naturaleza, durante más de un mes en una expedición a golpe de brazo y pulmón, con la canoa como único medio de transporte. Su objetivo prioritario será llamar la atención sobre la importancia de preservar las últimas regiones vírgenes del planeta, motivo por el cual publicarán un documental y un libro de su periplo.
Hablar del Yukón es llamar al recuerdo de la aventura y de la historia. Pura naturaleza, entendida sin el hombre, aunque éste cubriese aquellos horizontes con la enajenada búsqueda de gloria y fortuna que se dio en llamar la fiebre del oro. El río Yukón y su afluente el Klondinke jugaron un papel fundamental, sirviendo de vía de comunicación para mineros y truhanes de toda condición en aquel episodio del profundo legado americano, uno de los más locos que han visto los siglos, que hoy pervive en los pequeños poblados y estaciones comerciales diseminados por la región, como cápsulas del tiempo que evocan tiempos más severos, quizá peores, seguro más puros.
Hilo y Daniel pretenden recorrer en canoa parte de este sistema fluvial del Yukón, navegando en totalidad el Porcupine y otros afluentes menores (Eagle River y Bell River). Su meta aguarda en Dalton Bridge tras cruzar uno de los ecosistemas más ricos del planeta: los Yukon Flats. Y en este tiempo de desafíos, de la necesidad de marcas y logros para la posteridad, este dúo ha encontrado el suyo: ser los primeros españoles en recorrer esta ruta hidratándonos únicamente con vino cosechero y café de puchero. Buen humor, buena tierra y kilómetros salvajes: a eso se le llama aventura ¿no?
Más información: www.hilomoreno.com