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Everest desconocido por primavera

Tres expediciones tratarán de rubricar otras tantas nuevas rutas al Techo del Mundo en la temporada entrante. Una de ellas será el objetivo de Simone Moro y Ueli Steck, cordada inédita que rivalizará con las intenciones de Urubko y Bolotov y la dupla rusa de Sokolov y Kiri

Jorge Jimenez

2 minutos

Tres expediciones tratarán de rubricar otras tantas nuevas rutas al Techo del Mundo en la temporada entrante. Una de ellas será el objetivo de Simone Moro y Ueli Steck, cordada inédita que rivalizará con las intenciones de Urubko y Bolotov y la dupla rusa de Sokolov y Kirikov.

En estilo alpino y abriendo nuevas vías, himalayismo de quilates para dar la bienvenida a la temporada primaveral en el Everest. No se recuerda tanta originalidad e iniciativa en la montaña que más pasión ha despertado en el alpinismo mundial pero cuya cumbre es ya botín habitual de expediciones masivas, legando imágenes impensables los últimos años como la irritante cola de 200 personas que se juntaba el pasado año en su ruta normal.

Los primeros en desvelar sus intenciones fueron Denis Urubko y Alexey Bolotov, dos de los más fuertes representantes del alpinismo moderno, duros como sus Urales, cuya mirada inquieta se ha puesto en la cara suroeste de la montaña. Lo harán con el estilo más limpio que se les ha pasado por la mente, sin sherpas, oxígeno, campamentos de altura ni tan siquiera teléfonos satelitales (“una mera distracción” en palabras de Urubko). Seguirán el Western Cwm por su línea vertical, a través del flanco izquierdo de la vertiente, y con las ideas bien claras: “Esto se trata de puro alpinismo, de dos amigos que están preparados para trabajar duro y morir si es necesario”. La montaña les pondrá las cosas difíciles, pero ese es el juego que entienden. Denis cuenta con dos ochomiles invernales (Makalu y Gahserbrum II) y con tres nuevas rutas en aquellos gigantes de roca y sueño (Cho Oyu, Manaslu y Broad Peak). Bolotov ha colgado dos Piolets de Oro en su pared y el Everest ya le ha acogido en su cumbre en dos ocasiones. Firmeza militar para escapar de la Tierra hacia su vértice más quimérico.

El lado nepalí del Everest también se verá asediado por Ueli Steck y Denis Urubko y aunque no son muchos los detalles que han dado a conocer de sus ambiciones, el mero hecho de que estos dos alpinistas descomunales formen cordada pone las expectativas muy altas. La “Máquina Suiza” y la “Locomotora Italiana” compartirán vertiente con el equipo de Urubko y Bolotov, en busca de un itinerario que solo puede ser exigente y severo. Repasar el currículum de estos dos hombres es una tarea ingrata, lo dejamos en sus superlativos: Moro es el hombre con más ochomiles invernales de la historia (Shisha Pangma, Makalu y GII) y Steck es el tipo más rápido que conocen los Alpes, cuenta con 5 ochomiles en el morral, incluyendo el Everest sin oxígeno.

Al otro lado de la montaña, en territorio tibetano, Glab Sokolov y Alexander Kirikov llevarán acabo un envite por el costado este (Kangshung Face). Tras aclimatar en el Changase Peak (7.550 m), partirán sin oxígeno, cuerdas ni porteadores (es de destacar las íntegras intenciones de los tres grupos pretendientes), en pos de los 8.848 metros, culmen de “La Madre del Universo”. Posibilidades: todas. Sokolov y Kirikov ya compartían la apertura de una nueva ruta al Khan Tengri (7.010 m) en 2010. Sokolov también formó parte de la castrense conquista de la Oeste del K2 en 2007, aquella escalada perfecta para un mundo imperfecto.

Tesón ruso, pundonor italiano y precisión suiza: el Everest vivirá días emocionantes cuando el invierno capitule.