Los Freeman, Amy y Dave, desde luego saben como procalamar su amor. Debió ser una boda épica teniendo en cuenta lo que les esperaba después: 18.800 kilómetros por los espacios más remotos y exigentes del territorio yanqui, siempre a golpe de espíritu humano, a pie, en canoa, kayak y en trineo de perros. Key West, en Florida, vivía sus últimas paladas cuando este 4 de abril desembarcaban tras una aventura con dos compromisos: el suyo propio y la necesidad de hacer que más gente joven encuentre las bondades del planeta outdoor.
Su página web The Wilderness Classroom ha llegado a más de 80.000 chicos de escuela de todo el mundo, que han podido seguir tanto sus avances como los trucos y lecciones para ayudar a la gente joven a conectar con la naturaleza y, a ser posible, inspirarles para conocer rincones del Mundo.
Eso tiene que ser amor.