En multitud de ocasiones hemos hablado sobre diferentes singladuras del Atlántico, una aventura cada vez más repetida pero no por ello menos exigente. De lo que no teníamos constancia era de que alguien lo hubiese hecho a bordo de un barril gigante. Hasta la semana pasada, cuando el francés Jean-Jacques Savin lo lograba tras cuatro meses de travesía a merced de las corrientes oceánicas.
Savin partía de las Islas Canarias el 26 de diciembre en la pintoresca embaración que él mismo había construido. Con apenas 3 metros de alto y 2 de ancho, el espacio ha resultado suficiente para incluir una cama, una pequeña cocina y panales solares. El aventurero galo se propuso una expedición en autosuficiencia, por lo que gran parte de su alimentación ha dependido de los peces que era capaz de capturar.
El barril no contaba con medios de propulsión, así que su odisea ha consistido básicamente en dejarse llevar por las corrientes hasta desembarcar, lo que hacía en la Isla de San Eustaquio, en el Caribe holandés. Para ello, recorrió más de 4.700 kilómetros en solitario.
Una auténtica aventura, de pura resistencia mental, que demuestra que la imaginación humana sigue muy ligada a la exploración de nuestros límites. Para conocer más sobre el estupendo periplo de Savin podéis acudir a su página web.