"Esperamos pacientemente durante tres semanas, pero el riesgo era demasiado alto". Con estas palabras, Andrzej Bargiel anunciaba su decisión de retirar su expedición en el Everest. El polaco planeaba ser el primero en ascender hasta la cumbre sin oxígeno para después descender con esquís, pero las condiciones otoñales en la montaña y, sobre todo, en la peligrosa Cascada del Khumbu le han obligado a una sabia retirada.
Un serac enorme, de 50 metros de alto y 30 de ancho, que se desprendia de la Cascada, amenazando a todos los que deseaban progresar hasta el Campo 1, ha sido el principal factor que ha motivado la renuncia. "Las condiciones han sido muy duras este año, con el monzón alargándose más de lo previsto, con más lluvia y nieve de lo habitual", explica Bargiel. "El verano ha dejado la Cascada del Khumbu en unas condiciones muy peligrosas, con muchísimas grietas, pero el mayor problema era ese serac que pendía 800 metros sobre la Cascada, separándose de la estructura principal. Sencillamente no podíamos aceptar tanto riesgo. El serac puede romperse en cualquier momento, y estábamos esperando a que eso sucediese para progresar. Demasiado tiempo esperando, sin avanzar y sin aclimatar".
Era la primera vez en nueve años que el Everest recibía expedicionarios durante el otoño, lo que presagiaba una interesante temporada post-monzónica, pero parece que las condiciones de la montaña están frenando la mayoría de ambiciones, incluyendo las de Kilian Jornet, quien todavía no se ha pronunciado sobre sus planes.