Escalada

Siebe Vanhee, una tormenta en el Naranjo de Bulnes

El escalador belga se apuntaba la repetición en libre de "Orbayu" este verano; ahora hemos podido charlar con él y repasar la historia de la obra maestra de los hermanos Pou en el Naranjo.

6 minutos

El escalador belga Siebe Vanhee.

Regresemos a 2009. Ese año -como casi todos últimamente- iban a sucederse diversos acontecimientos que cambiarían algunos paradigmas de este mundo en constante reinvención. Obama llegaba a la presidencia de Estados Unidos, por ejemplo. Se creó la moneda virtual Bitcoin, mientras se lanzaba una campaña mundial llamada La Hora del Planeta, con la que concienciar y combatir el cambio climático. También ese año el Minecraft vio la luz, juego que a día de hoy cuenta con más 100 millones de usuarios activos al mes, y Messi ganaba su primer Balón de Oro. Como guinda la OMS clasificaba el brote de gripe porcina como de nivel de alerta seis, lo que la convertía oficialmente en la primera pandemia del siglo XXI. Algunos conceptos bien arraigados de la política, la ecología, el ocio y la salud se tambaleaban, y en lo que atañe al mundo de la aventura la cosa no iba a ser diferente.

Aquel verano Iker y Eneko Pou se internaban en los Picos de Europa para plantarse a los pies del Naranjo del Bulnes. Estaban en pleno proceso ceativo de su trayectoria y su imparable progresión les permitía ahora acometer una idea fascinante, de alto compromiso, un salto cualitativo para la escalada; querían abrir y liberar una ruta de gran dificultad en el icónico Urriellu. Y lo lograron. Los hermanos alaveses combinaron rutas clásicas (como la Mediterráneo y la Rabadá-Navarro), con largos originales para alumbrar su Orbayu, una nueva obra maestra del free climbing en la mística vertiente oeste del Picu.  17 tiradas y 500 metros de ascensión propuestos como 8c+/9a. Por primera vez alguien proponía un noveno grado para un big wall. La etiqueta de "vía más dura del mundo" no tardó en extenderse.

El buen estilo

"Lo que hace especial este proyecto, básicamente, es que ya no es una vía de máxima dificultad, en este caso de 9a. Sino que es una vía de 9a llevada al terreno del alpinismo. Es un estilo totalmente vanguardista, el más puro, el más ético, el más que se puede en este caso, el estilo libre, llevado a una gran pared de 500 metros, con seguros precarios, posibilidad de caídas de 20 o 25 metros", reflexionaba Eneko Pou tras aquel intenso romance veraniego con el Urriellu. Dos meses de trabajos en la pared para completar su odisea sobre esa elegante mole de granito que lleva desde siempre atrayendo las miradas de los montañeros.

"Es una ruta de gran belleza, en un ambiente único como el de Picos de Europa, una línea abierta con pura inspiración", añade ahora Siebe Vanhee, que se convertía en el quinto repetidor de Orbayu el pasado julio. El belga se une así a la lista de escaladores de vanguardia que se han ido pasando por el Naranjo durante la última década para medirse al desafío lanzado por los Pou. "Iker y Eneko son dos grandes tipos, amigos y sobre todo muy inspiradores. Admiro su forma de entender la escalada, desde la ética más pura, como abrir desde abajo, a la imaginación para surcar paredes o explorar nuevos lugares y montañas. Era una ruta que había que probar antes o después", sigue Vanhee.

Siebe, además de escalador del equipo The North Face es trabajador social y participa en proyectos como "Escalando Fronteras", cuya misión es empoderar y capacitar a jóvenes que habitan en zonas vulnerables de México. Pronto unirá su cuerda con la de tres participantes del proyecto para escalar algunas grandes paredes en el área de Monterrey, y cambiarán el ambiente de unas malas calles por el de las grandes montañas. "Además tienen unas paredes increíbles por allí que están prácticamente sin descubrir", confiesa el belga, al que se le nota la pasión por combinar el ejercicio deportivo con el moral. Por eso Orbayu era una pieza imprescindible; una gran escalada en libre, abierta en el buen estilo, dura y compleja, en un terreno para descubrir. "Picos de Europa no tiene nada que envidiar a las grandes paredes de Yosemite. Es un escenario increíble que además nos respetó con unos días fantásticos". Y tanto. Siebe lograba liberar toda la ruta durante sus primeros intentos, ayudado por los cielos despejados, la roca seca y el impulso de la novedad. Si bien es cierto que sus compañeros Ignacio Mulero y David López Campe también iban como un tiro y que el belga no tenía ninguna presión encima. "Todo se unió ese día para que fuese perfecto: el clima, los compañeros, mis emociones... La verdad es que no pensaba en encadenarla completa, sabía que tenía tiempo, que podría repetir los pasos o largos sin problema, así que escalé muy ligero y tranquilo. Y, bueno, me sorprendí a mi mismo", reconoce. "Fui de primero en todos los largos, con el apoyo de Campe y Mulero, ambos cargando un montón de material. Qué subida tan increíble, una auténtica aventura".

Una ascensión brillante que podremos revisar pronto gracias al trabajo del escalador y realizador David López Campe. "Unir estos proyectos deportivos con la realización de vídeos lo complica todo un poco, pero los tiempos han cambiado, ahora tenemos la posibilidad de compartir nuestras experiencias y debemos hacerlo. Las redes sociales, por ejemplo, son imprescindibles. Si no te aplicas puedes quedarte atrás por muy buen escalador que seas, pero también nos aportan un alcance en el que compartir ideas y una filosofía", nos comenta un Siebe que como la mayoría también vive en una constante actualización. "En cualquier caso trabajar con David ha sido todo un placer, es muy profesional pero muy relajado, tiene una forma de entender la vida muy parecida a la mía. Disfrutamos mucho durante aquellas jornadas y creo que va a quedar una pieza genial". Pronto podremos disfrutar del documental en el canal de YouTube de The North Face, pero no queríamos despedirnos de Siebe todavía. No sin tocar un asunto  que ha traído bastante cola desde que los Pou propusiesen el primer noveno grado en una gran pared.

Hablemos del grado

Los hermanos Pou fueron valientes en 2009. No sólo por superar los escollos del Naranjo a manos limpias, también por atraverse a lanzar una propuesta que sabían iba a tener mucho calado en la comunidad. Podían haber sido más cautos y dejar que fuesen los repetidores los que evaluaran su obra. Pero se arriesgaron y, no contentos con ello, durante el verano siguiente decidieron contrastar Orbayu con algunas de las rutas más duras e icónicas del panorama europeo. Repitieron Solo per vecchi guerrieri (8c, 170 m), Panaroma (8c, 550 m) y Zahir (8b+, 350 m). "Pasado el verano y con todas las rutas conseguidas relativamente rápido, volvimos a casa con la certeza y la satisfacción de creer no habernos equivocado a la hora de graduar Orbayu”.

Gorka Karapeto durante la ascensión de "Orbayu" en 2017.

Pero en 2011 llegaba la primera repetición de su ruta a manos de Nicolas Favresse y Adam Pustelnik, otros dos fieras de la vertical, que decotaron seriamente la ruta. La "vía más dura del mundo" veía peligrar su trono. Favresse hablaba de 8b+, mientras para Pustelnik, de una estatura muy similar a la de Iker Pou, la vía coqueteaba más con el 8c. "Las dificultades en las grandes paredes implican muchas veces más cosas que el simple hecho de hacer movimientos duros. Todo es subjetivo y discutible. Nosotros dimos nuestra opinión acerca del grado de la vía; ellos dieron la suya y veremos lo que dicen los futuros repetidores. Y finalmente el grado se asentará.", apuntaba la cordada en una entrevista posterior. "Lo que importa es que lo pasamos genial, la ruta es bellísima, y me gustaría dar las gracias a los Pou por el esfuerzo que hicieron. Con todo esto queremos decir que es mucho más fácil repetir una escalada que tener que abrir e invertir tiempo, teniendo en cuenta que un posible fracaso te persigue".

Durante un par de años el estatus de la ruta se mantuvo en cuestión. Y ese interrogante sólo podía suponer un aliciente más para los posibles pretendientes. Orbayu recibió su tercera muesca en 2014, obra del suizo Cédric Lachat. Al año siguiente sería el fortísimo Edu Marín quien se dejara las yemas en el Naranjo y ya en 2017 Gorka Karapeto se uniría al listado de repetidores. "Es lo más difícil que he escalado nunca", señalaba el vasco. Tras el consenso, Orbayu se asentaría como un 8c sólido. Ahora Siebe Vanhee coincide con el veredicto:  "Me inclinaría más por ese grado, aunque habría varios aspectos que analizar aquí. El paso clave es durísimo pero la estatura puede ser decisiva a la hora de llegar a los agarres".

El belga, en cualquier caso, se siente más atraido por las emociones que le produce la ruta. "Sigue siendo una de las más desafiantes rutas de escalada del mundo, donde la mente juega un papel fundamental. Solo puedo dar las gracias a los hermanos Pou por tener esa visión de escalada en libre en 2009".

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