En pleno Desierto de Namibia, brotando en un punto solitario de los cientos de kilómetros que separan las villas de Usakos y Swakopmund, se levanta el Spitzkoppe, una mole formada por picos de viejo granito rojo. Cimas que superan los 1.700 metros y custodian las historia de los bosquimanos, cuyo arte todavía puede encontrarse en algunos rincones de estas rocas. Hasta allí viajó un grupo de escaladores italianos, en el que marchaba el fotógrafo Manrico Dell´Agnola, creador de la siguiente pieza documental. Una pequeña maravilla, no solo por la belleza de las imágenes, también por descubrirnos un nuevos objetos de deseo.
"El ambiente es extraordinario; estamos ante un lugar excepcional", describe Manrico. Paredes de hasta 600 metros de un llamativo granito rojo, donde las ascensiones, incluso las más sencillas, son realmente exigentes. Aunque el acceso es bastante sencillo, las rutas no estan particularmente bien equipadas y las grandes placas pueden suponer un auténtico desafio mental. Es ciertamente un tipo de escalada para público adulto".