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Una ascensión femenina para la historia en Picos de Europa

Sasha DiGiulian, Matilda Söderlund y Brette Harrington firman la primera ascensión femenina, y segunda absoluta, de "Rayu" (610 m, 8c) en cara Sur de Peña Santa

Jorge Jiménez / Chris Van Leuven - Fotos: Jan Novak / Red Bull Content Pool

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Una ascensión femenina para la historia en Picos de Europa

El caracter exploratorio de muchas de las actividades de los hermanos Pou no hacen sencillo que los repetidores se acerquen por algunas de sus rutas, aunque el fin último de sus aperturas sea precisamente ese: legar líneas de gran belleza y compromiso para todos los que vengan detras. Y desde que abrieran "Rayu" en 2020, junto a Kiko Cerdá, nadie había logrado repetir el atrevido trazado por la cara Sur de Peña Santa que imaginaban aquel verano. Hasta ahora, cuando tres de los mayores referentes de la escalada femenina unían fuerzas para resolver tal puzzle vertical y tremendamente físico. Sasha DiGiulian, Matilda Söderlund y Brette Harrington hilaban fino para hacerse con la primera ascensión femenina, y segunda absoluta, de una de las tantas obras maestras de los hermanos Pou, catalogada como 8c tras 610 metros y 14 largos de puro ambiente y pasos de fe.

"Mi último pegue al largo de 8c fue una absoluta locura", reconocía Sasha DiGiulian a su contacto en Red Bull, a la vez que enviaba un vídeo en la sección crucial del largo 11, a 487 metros sobre el suelo más cercano. Mientras se agarra a presas invisibles bajo ella se adivina el hermoso océano gris y naranja de la roca de Peña Santa. Desde abajo, Söderlund y Harrington exclaman "Go, Sasha! Yeah!". Acto seguido, DiGuilian se desliza elegantemente por el paso más duro de la ruta. Mientras sube se la escucha gruñir, maldecir y finalmente abrirse a la alegría tras asegurar su posición. Tras eso no iban a tardar en meterse en el bolsillo esta pieza de coleccionista, que supone además la vía de varios largos más dura encadanada nunca por una cordada femenina.

 
Un desafío al estilo de Picos

DiGiulian y Söderlund son amigas desde hace mucho tiempo. Ambas han alcanzado el noveno grado en escalada deportiva y Matilda, además, es capaz de escalar 8b de bloque. Aunque las competiciones internacionales las habían unido en repetidas ocasiones, esta era la primera expedición que organizaban juntas. La habilidad de Harrington en grandes paredes, sin embargo, ya era de sobra conocida por Sasha; ambas viajaban juntas el pasado invierno a Makatea, en la Polinesia Francesa, donde se daban un buen festival de muros y fisuras. Iban a necesitar de todos sus recursos para enfrentarse a una ruta monumental en uno de los escenarios más abrumadores de España. "La escalada de grandes paredes es un recordatorio de lo que somos capaces de hacer los seres humanos. Eso es lo que buscamos, y eso es a por lo que hemos venido", sentenciaba Sasha antes de afrontar un rutón donde cada caída es un riesgo.

“La primera parte consta de siete largos (unos 300 metros) con dificultades que no exceden el 7b, pero muchos de ellos o no tienen seguros expansivos o solo tienen uno o dos, con lo que física y psicológicamente hay que esforzarse al máximo, ya que, en muchos lugares, las caídas son potencialmente muy peligrosas”, explicaba Eneko en 2020 sobre su "Rayu". “La segunda parte consta de otros siete largos (unos 300 metros también), pero es una zona más difícil, muy vertical y sin puntos de reposo, que da dificultades mantenidas en el séptimo grado, con el largo clave que alcanza una dificultad extrema en pared de 8c. Como en la primera parte, en esta también los seguros fijos escasean y hay que progresar mucho con friends y fisureros. Esta ha sido la sección que más tiempo nos ha llevado, la parte determinante, la que en algún momento nos hizo pensar que no lo conseguiríamos..”.

Ese último pensamiento seguró que se coló en la mente de Harrington durante alguno de los doce intentos que hizo para liberar el largo de 8c. Hubiese sido la primera vez que alcanzaba tal dificultad. Sus compañeras, Matilda y Sasha si le ponían el punto rojo a esa endemoniada tirada. "Lo que importa es que ascendimos como un equipo, alternando y liberando los largos", finiquita Sasha, que ciertamente cedio el testigo de liberar muchas de las secciones a sus compañeras. "Fue impresionante aprender a navegar esta pared tan llena de aventura y además ¡hacerlo juntas!", exclama Söderlund. "En un desprendimiento casi golpeo a Sasha con una roca, y en muchos otros lugares las protecciones eran mínimas, ha sido muy divertido pero menos mal que no hemos tenido ninguna caída peligrosa".

 
Un equipo contra todo

El cámara Chris Alstrin, que acompañaba al equipo para filmar un espacio del nuevo episodio del Reel Rock, alucinaba con la ascensión. "Ha sido genial verlas tan dedicadas al espíritu de equipo. "La confianza que se daban ha sido clave. Esto no es una actividad tan deportiva como muchos piensan. En el largo clave habría unos siete bolts en cuarenta metros y en muchos casos algunas protecciones sabías que apenas aguantarían en caso de una caída".

No sólo tuvieron que lidiar con una roca abrasiva y difícil, con una ruta vertiginosa y esquiva, también con la meteo de Picos de Europa, claro. "Había tormentas por todas partes todo el tiempo", describe Harrington. "Un huracán masivo golpeó desde la costa de Portugal esos días, así que la meteo era un caos. Algunos días entraba niebla, otro llovía y había tormentas eléctricas en todas partes".

Visto lo visto, que se les había metido en la cabeza a las tres escaladoras para escoger una gran pared de este calibre. "Es por ese sentimiento tan profundo de hacer algo que creías que no era posible", concluye DiGiulian.