Ayer fue un día grande para la escalada deportiva. Su debut como disciplina en unas OIimpiadas nos dejaba muchos hitos, como el primer récord olímpico de velocidad (los 5,45 segundos de Bassa Mawem), o la primera final olímpica para el español Alberto Ginés.
Entre los participantes de la primera ronda clasificatoria se encontraba, claro, el checo Adam Ondra. Dejando atrás su apodo de "Wonder Boy", maduro y ya convertido en una de las mayores referencias históricas de la disciplina (tanto en roca natural como en competición), Ondra pasaba a las finales que se disputarán mañana logrando la quinta posición de la clasificación combinada.
Para Ondra su buen resultado en la disciplina de velocidad fue toda una sorpresa, al contrario que su performance en boulder y dificultad (su especialidad) donde se encontró más problemas de los previstos. Reconoce que afrontó su primera jornada en unas Olimpiadas con "relax y buena actitud", aunque con el paso de las horas la competición fue tornando en un "juego de nervios" con "muchas e inesperadas sorpresas".
En general, Adam se muestra satisfecho con sus resultados. En velocidad, primera ronda disputada, paró el cronómetro en 7,45 segundos, logrando la 18º posición en una disciplina muy reservada para auténticos especialistas. "Fue una prueba estupenda. Tuve mucho cuidado en mi primer intento, la cagué bastante en el segundo, pero el tercero fue simplemente genial", exponía tras culminar la primera fase de las clasificatorias.
A las pruebas de velocidad siguieron las series de boulder, donde los participantes se encontraron problemas muy duros, lo que provocó que casi nadie cumpliese con las expectativas. Ondra alcanzaba el TOP en el primer y en el último intento, lo que le valía para alzarse en la tercera posición de la categoría. El francés Michael Mawem se llevaba la victoria, por delante tambien de Tomoa Narasaki (Japón). "La clasificatoria de boulder ha sido, probablemente, la más rara que he disputado en los últimos tiempos", admite Ondra. "Justo al terminar el último problema pensé que había hecho una mala performance, lo que me dejaría a mitad de la tabla. Pero al final quedé tercero, algo muy sorprendente".
Adam, de 28 años, seguía avanzando con dudas por la jornada olímpica, dispuesto a demostrar su talento en la última categoría, donde muy pocos pueden hacerle frente: llegaba la hora de la dificultad. Y la disciplina hizo honor a su nombre. Ninguno de los 20 competidores logró alcanzar la cadena: un sintóma de la fatiga acumulada durante todo el día, junto a la humedad al alza que llegó a alcanzar el 80% durante la tarde. Ondra escaló con mucha seguridad, pero se quedó sin energías en las presas finales del muro. "Quería ir muy tranquilo en cada paso, y eso hizo que quemase muchísima energia. No puedes escalar de esta manera con tanta humedad, lo que estoy seguro de que es una gran lección de cara a las finales. Debo tomar más riesgos".
La prueba la ganaba el austríaco Jakob Schubert, seguido del estadounidense Colin Duffy y del español Alberto Ginés. Ondra se llevaba la cuarta posición, lo que le metía en el TOP 5 de la clasificación combinada y aseguraba su presencia en las finales del día 5 de agosto, a disputarse a partir de las 5:30 pm hora local.