“Las montañas se suben dos veces. Una con el piolet y otra con la pluma”.
Puede que la culpa sea de aquellos pioneros que a finales del siglo XVIII acometieron las montañas de los Alpes y sintieron la necesidad de contar su encuentro con el extraño mundo de las cimas, donde el hombre es tan grande como la intensidad de sus sentimientos, usando palabras formidables de Herzog. En cualquier caso, durante estos dos siglos de aventura, la literatura del género ha marchado paralela a las conquistas, apremiando a su vez a otros a hacer caso de “la llamada”.
Desde Horace Bénédict de Saussure, padre del alpinismo, a Reinhold Messner, pasando por Frison Roche, todos aquellos que han encontrado en remotos desafíos el éxito de su voluntad han querido compartirlo con los que todavía estaban anclados sus pequeños horizontes locales, abriendo miras y fronteras. Estos relatos de expedición, estos ensayos de lo irrealizable, han sentado las bases de una literatura que ya cuenta con sus clásicos, pero en la que queda mucho por hacer. Hemos querido recuperar algunos de los títulos imprescindibles del último siglo, los que nos han cambiado de alguna manera, a veces por completo. Y recordad: el que con libros se acuesta, soñando se levanta.
Los conquistadores de lo inútil
Lionel Terray
Probablemente el libro de montaña más leído de todos los tiempos, escrito por uno de los grandes alpinistas de su época, el monumental Lionel Terray (1921-1965) que abriría un buen puñado de rutas cuyo compromiso aún es fascinante hoy día.
Este guía de montaña e instructor de esquí francés, iniciaría, tras combatir en la II Guerra Mundial, una deslumbrante carrera en sus montañas natales, completando fulgurantes ascensiones en cimas de renombre como las Grandes Jorasses, el Piz Badile o el Eiger, acompañado con frecuencia por otro virtuoso llamado Louis Lachenal, con quien además marcharía al Annapurna en la primera expedición que coronaría un ochomil (1950), liderada por Maurice Herzog.
Terray fallecería a los 44 años al sur de Grenoble, durante una escalada aparentemente insignificante, algunos años después de la publicación de su libro, que recoge el carácter arriesgado, rompedor y absolutamente pasional del guía galo. El título de su obra se ha convertido en una de las descripciones más fieles del espíritu alpino y sus páginas son un probo testamento de los años dorados de la escalada.
“He consagrado mi vida a la montaña, y soy, si esta palabra tiene algún sentido, un montañero.”
Annapurna, primer ochomil
Maurice Herzog
El 3 de junio de 1950 las suelas de un ser humano marcaban por primera vez la nieve sobre la cumbre de un ochomil, el Annapurna. Aquella expedición francesa, liderada por Maurice Herzog (1919, Lyon) establecía uno de los grandes hitos del alpinismo, sólo parcialmente deslucido por la coronación del Everest tres años después. Fue una generación colosal de escaladores franceses, entre los que se encontraban Lachenal, Terray, Couzy o Rebuffat, la que haría posible una gesta que comprendió la exploración, reconocimiento y primera ascensión de una de las montañas más crudas del Himalaya. A la cima llegaban Herzog y Lachenal tras una extenuante lucha que les terminaría provocando serias congelaciones y acabaría con la carrera alpina del primero, quien encontraría otro camino en la política, no sin antes escribir una de las obras cumbre del género.
“¿Volvería a hacerlo?" le preguntaron a Herzog, único superviviente hoy de cuantos formaron la expedición, tras una proyección del documental que rodaron en 1950. Herzog respondió: “Quedé un poco disminuido en lo físico, pero gracias al Annapurna llevo una existencia mucho más rica".
“El Annapurna, hacia el que hubiéramos ido todos con las manos vacías, es un tesoro sobre el cual viviremos... con esta realización, una página se dobla... Una nueva vida empieza. Hay otros Annapurna en la vida de los hombres...”
El séptimo sentido
Kurt Diemberger
Obra autobiográfica de Kurt Diemberger (1932), personaje fundamental en la conquista de los ochomiles, que participaría en las primeras absolutas al Broad Peak y al Dhaulagiri, y firmaría la ascensión de otros cuatro gigantes: Makalu, Everest, Gasherbrum II y K2. Aunque, probablemente, su mayor logro fue permanecer con vida.
Además de relatar de forma bastante sublime sus experiencias en la montaña, que en muchas ocasiones le llevaron al límite de su humanidad, "El séptimo sentido" sirve de crónica de la época más fructífera de la exploración vertical y de algunas de las jornadas más aciagas de su historia, como la tragedia del K2 de 1986 o la desaparición de Hermann Buhl en el Chogolisa.
“Es imposible saber hacia dónde soplará el viento mañana, en cuál de sus torbellinos te encontrarás.”
Bájame una estrella
Miriam García Pascual
Nacida en 1963, en la localidad de Tafalla (Pamplona), Miriam García Pascual tardó catorce años en subirse a una pared de roca y otros trece en convertirse en mito de la escalada nacional femenina. Sus ascensiones en cunas de la escalada como Riglos o Yosemite, donde completaba la primera ascensión por una cordada femenina española a El Capitán (vía The Nose - junto a Mari Carmen Magdalena), le reservaban un hueco en el emergente panorama nacional alpino y le abrían las puertas de su participación en el mítico programa de TVE Al Filo de lo Imposible.
En estas expediciones Miriam sentiría la necesidad de rubricar sus emociones en un diario, lo que retrata impecablemente "Bájame una estrella", compendio de sus experiencias durante siete meses por la orografía americana, desde Yosemite a Patagonia, pasando por los Andes de Perú.
Miriam desaparecía durante un intento al Meru Norte (India) con Jesús Buerzo y Miguel Lausín, en mayo de 1990, legando uno de los relatos fundamentales de la literatura de montaña en nuestro país. La brillantez, la humildad y la sensibilidad de sus palabras, han hecho de "Bájame una estrella" uno de esos libros de cabecera que uno ha de llevarse de forma inevitable a una hamaca a quinientos metros de altura o en un día de lluvia en Patones, donde Miriam ganaba la primera competición celebrada en la escuela (primera y última competición de su vida). Este es el cuento de una chica que nació pájaro.
“El precio de ser pájaro es la esclavitud del viento.”
Wolfgang Güllich: una vida en la vertical
Tilmann Hepp
Vivió en una realidad aparte. En un mundo de roca por explorar, de límites que rebasar y de concepciones que ignorar. Güllich, nacido en 1960 en Ludwigshafen, es para muchos el gran icono de la escalada de dificultad. Durante su carrera, iniciada a los catorce años, añadió varios grados a la escala alemana que medía la severidad de las rutas, estableciendo casi todos los escalones desde el 8b al noveno grado en la escuela de Frankenjura, abriendo algunas de las líneas más respetadas de la disciplina (véase Action Directe), y compartiendo con Kurt Albert una de esas épocas que marcan un deporte, regando la semilla del free climbing con su concepto del punto rojo (rotpunkt).
El alemán fallecía en 1992 tras un accidente de coche, pero en su estela quedaban las correrías en las brutales paredes del Karakorum, donde trazaba Eternal Flame en las Paredes del Trango, o sobre las ventosas dificultades de Patagonia, hasta donde llegaba para abrir Riders on the Storm: dos big walls revolucionarios que todavía se miran con asombro. En 1986, en Yosemite, escala Separate Reality, línea marcada por un techo de séptimo grado a más de doscientos metros de altura, sin cuerda y ante la aterrada mirada de su amigo Heinz Zak, quien obtendría una de las fotos más célebres de la historia de la escalada.
Una vida en la vertical, biografía escrita por Tilmann Hepp, retrata fielmente al personaje y a su época, con un impecable estilo periodístico que ahonda tanto en la figura deportiva como en la sentimental de uno de los pioneros rotundos de la escalada.
“Estoy sentado en la plataforma llana de la cumbre y aprecio el sol, la otra realidad forma ya parte del pasado. Es el pensar en la muerte lo que nos hace sentirnos vivos.”
Guerreros de la roca
Arno Ilgner
Arno Ilgner propone un tour de force al interior de la mente que, sencillamente, no te dejará igual. Descrito como manual de entrenamiento mental para escaladores, "Guerreros de la roca" se ha convertido en obligada lectura tanto para principiantes como para profesionales de la disciplina: sus páginas han llevado a otro nivel a tipos como Chris Sharma, Ron Kauk o Jim Bridwell, que no es decir poco.
El mayor logro de la obra no es sentar las bases del auto-descubrimiento en una pared de roca, es que sirve de perfecto consejero para cualquier ser humano, sin importar su oficio, llevándonos a nuestro profundo yo, sacándonos a veces los colores, y sobre todo recorriendo los procesos mentales de donde nacen la motivación, la ilusión, la garra. Como bien dijo el escalador inglés Leo Houlding: “Hace mucho tiempo que he depositado mi confianza en las teorías descritas en este libro".
“Comienza por revocar el limitado entramado mental con el que solemos afrontar la escalada y la vida en general.”
Yeti, leyenda y realidad
Reinhold Messner
Reinhold Messner (1944, Tirol del Sur), para muchos el alpinista más vanguardista de todos los tiempos, ha sido tan prolífico en la montaña como en el despacho de su casa. Convertido en mito gracias a su conquista de los catorce ochomiles, y sobre todo por el estilo con que lo hizo, daba por finiquitada su carrera como alpinista de primer nivel cuando escalaba el Lhotse en 1986, dedicándose desde entonces a cumbres más modestas y a dar rienda suelta a su vena literaria. Como alpinista y ser humano las obsesiones han conformado buena parte de su vida, incluyendo la que le llevó a investigar durante doce años la traza del Yeti, que concluiría con la publicación de este libro.
Autor de obras perennes como "La montaña desnuda" , Messner propone a sus lectores un viaje iniciático hacia este enigma inverosímil y sugestivo del Himalaya, el del hombre de las nieves, sobre quien los occidentales llevan escribiendo cerca de un siglo y cuya leyenda se ha visto dilatada por los relatos de exploradores y alpinistas (merece la pena recordar las famosas fotografías de Eric Shipton que muestran una supuesta huella del Yeti). Messner deja de lado los secretos técnicos de la montaña para zambullirse en uno de los personajes esotéricos por excelencia.
“El enigma del hombre de las nieves quedaba para mí resuelto.”
El leopardo de las nieves
Peter Matthiesen
Un misterio que ya no es discurriendo por algunas de las páginas más hermosas de la literatura de viajes. El neoyorquino Peter Matthiessen (1927), guionista de cine y naturalista, emprendía en 1973 una aventura por el Himalaya, en compañía del biólogo George Schaller, en busca del bharal, del sagrado cordero azul, y con la nimia esperanza de avistar un leopardo de las nieves, felino esquivo de los rincones de la tierra, apenas conocido aún hoy (aunque ha podido ser filmado).
La prosa fina de Matthiesen, que toma el fallecimiento de su esposa catalizador de su epopeya asiática, fue merecedora del National Book Award, uno de los premios literarios más prestigiosos de los Estados Unidos. En el libro se describen envidiablemente las cumbres y los caminos de ese santuario natural que es el Himalaya, componiendo un inolvidable relato que bien quisiera para sí el género de ficción.
“Un hombre sale de viaje y es otro quien regresa.”
Vida y pasiones de Mallory
Peter y Leni Gillman
Premiada biografía de George Mallory (1886, Chesire), quien junto a Andrew Irvine desaparecía por encima de los ocho mil metros en la cara noreste del Everest durante la expedición de 1924, dejándonos décadas de romántica duda sobre si hollaron la cumbre casi treinta años antes de la primera ascensión oficial a la montaña. Duda que quizá, y por suerte, puede que no se resuelva nunca.
A través del estudio de su correspondencia personal y de entrevistas con sus familiares, el matrimonio Peter y Leni Gillman reconstruye la silueta de este personaje complejo y vehemente, que dividió su pasión entre la familia y su “sueño imposible", la montaña que le tragaría durante 75 años, hasta la aparición de su cuerpo en 1999.
“La mayoría de investigadores creyeron que no lo habían conseguido, la mayoría también dijo que había una posibilidad de que hubieran tenido éxito.”
El peor viaje del mundo
Apsley Cherry-Garrard
¿Te presentarías voluntario para transitar sin horizonte, durante meses, por los hielos más remotos y crueles de la tierra? Apsley Cherry-Garrard lo hizo a principios del siglo pasado, cuando se unió al capitán Scott, en calidad de asistente de biología, en su definitivo intento de conquistar la Antártida. La expedición duró tres espeluznantes años, empezando en 1910, que Apsley capta a través de las anotaciones de Scott y de sus propias vivencias. Tenía 25 años y debió afrontar tales penurias que el mero hecho de recuperar tres huevos de pingüino para su estudio se convirtió en un triunfo íntimo, a pesar del aciago destino de la expedición: adelantada por los ligeros noruegos de Roald Amundsen, llegando al Polo Sur treinta tres días tarde y perdiendo a cinco hombres durante el regreso, entre ellos el capitán Scott, que escribía en su diario: "Si hubiéramos sobrevivido, yo habría tenido una historia para hablar de la dureza, la resistencia y el coraje de mis compañeros que habría conmovido a cualquier inglés. Estas simples notas y nuestros cuerpos muertos deben contar la historia".
Aparecido en 1922, es considerado el mejor libro de viajes jamás escrito.
“La exploración polar es la forma más radical y al mismo tiempo más solitaria de pasarlo mal que se ha concebido.”
Hacia el Polo
Fridtjof
Nansen
Esta es, probablemente, la más extraordinaria expedición polar en la historia de la humanidad. Se trata del relato de la expedición del buque “Fram" de 1893 a 1896. La cuenta en primera persona el explorador noruego Fridtjof Nansen, que fue Premio Nobel de la Paz en 1922.
Una prueba de lo portentoso de la expedición relatada son los comentarios anteriores y posteriores de sus colegas exploradores. Antes de partir, Adolphus Greely comentó que se trataba de “un plan ilógico que conducirá a Nansen a la autodestrucción". A su vuelta, el también explorador ártico Wally Herbert afirmo que se trataba de “uno de los ejemplos más inspiradores de coraje e inteligencia en la historia de la exploración."
El plan de Nansen consistía en meterse deliberadamente en la peor pesadilla de los exploradores polares: atrapado en el hielo e invernando a la deriva. Con ello quería demostrar la existencia de las corrientes árticas e intentar llegar al Polo Norte arrastrados por ellas durante tres años. Esta colosal empresa lanzaría definitivamente a la era moderna de la exploración de las tierras polares…
“Hasta me da vergüenza de nosotros; no experimentamos ninguno de esos terribles sufrimientos de la larga noche del invierno polar descritos, en términos tan dramáticos, por nuestros predecesores. ¡Sin embargo son necesarias para dar interés a la pintura de una expedición ártica! Si esto sigue así ¿qué tendremos que contar a ala vuelta?”
El sentimiento de la montaña
Sebastián Álvaro y Eduardo Martínez de Pisón
Enciclopédico ensayo por obra y gracia de las que probablemente son las dos figuras más reflexivas del montañismo en nuestro país: Sebastián Álvaro, creador de Al Filo de lo Imposible, y Eduardo Martínez de Pisón, Catedrático de Geografía y empedernido humanista de la montaña.
El sentimiento de la montaña es precisamente eso: un análisis de doscientos años de alpinismo y exploración, basado en los factores humanos que intervienen para crear esos “locos", esos amantes, esos rebeldes de la máscara social. Un completo repaso a través de los personajes y sus actividades, de la dimensión cultural de cada época, al legado de dos siglos de roca, de hielos perpetuos y de pasiones, muchas veces, imposibles.
“De un modo o de otro, las montañas albergan moradas con significados trascendentes o con referencias míticas, por su brusca y neta diferenciación con su entorno, por su inhabitabilidad para el hombre”