Pura vida. Estas dos palabras ya están incrustadas en el diccionario del país centroamericano, pertenecen a su idiosincrasia tanto como su exuberante naturaleza, los osos perezosos, su café, el “gallo pinto” (plato típico de arroz con frijoles) y su cultura pacífica (no hay ejército, la Constitución lo abolió en 1948). Es la expresión que te recibe nada más aterrizar en el país, que incorporas naturalmente a tu vocabulario en cuanto llevas unas horas en estas latitudes, y que te sorprendes repitiendo constantemente como si fuera un mantra incluso al regresar a tu casa. Una expresión positiva que refleja a la perfección el carácter del pueblo “tico”- como se conoce popularmente a los oriundos de Costa Rica, que ha ocupado varios años el primer puesto de la lista de países más felices del mundo en el Happy Planet Index, donde se tienen en cuenta criterios como el bienestar personal, la esperanza de vida o el impacto medioambiental. No es de extrañar pues que estas dos palabras se hayan convertido en el eslogan con el que el país centroamericano se presenta ante el mundo. Un país de vida natural abrumadora que a pesar de su pequeño tamaño –sus 51.000 km2 suponen el 0,03% de la Tierra- acumula entre sus playas, montañas y costas el 5% de la biodiversidad del planeta, con casi una cuarta parte de su terreno ocupado por bosques y reservas protegidas y un millón de especies diferentes. Y esa exaltación de la flora y fauna autóctonas se exhibe hasta en la moneda local, el colon: junto a diferentes políticos y personas importantes de la historia de la república costarricense aparecen representaciones del bosque lluvioso, del arrecife coralino, del mange colorado o de un oso perezoso…Respetar y cuidar la naturaleza es una prioridad de Costa Rica, muchos parques y reservas naturales, y uno de los países que más ha desarrollado el concepto de turismo sostenible. Mejor, os lo mostramos.