Desde los tiempos más remotos, los humanos han mirado a las estrellas como ayuda para viajar por mares o desiertos, saber cuándo sembrar y cosechar, crear leyendas, indicar los cambios de estaciones
En el mundo del deporte al aire libre, además del simple placer de observarlas en un vivac de montaña, también pueden ser de gran ayuda para orientarse en la noche, como por ejemplo localizando el Norte a través de la Estrella Polar.
Un paseo por las estrellas comienza determinando en primer lugar qué estrellas y constelaciones son posibles durante el mes. Para ellos es necesario hacerse con un atlas de las estrellas que nos dé una visión general de las constelaciones visibles en cada una de las cuatro estaciones.
Para los que nos estamos familiarizados con las constelaciones, el mejor punto que se conoce también con los nombres del Arado o el Cazo, y que es parte de una constelación de mayor tamaño llamada Osa Mayor. El Gran Carro se ve mejor entre los meses de enero y octubre, cuando no está muy cercano al horizonte. Tomando como referencia el Gran Carro, y dependiendo de la estación, seremos capaces de localizar muchas constelaciones diferentes, o estrellas concretas dentro de dichas constelaciones.
Busca siete estrellas brillantes con la forma de una gran cuchara o cazo. Puede encontrarse de lado o boca arriba en función de la estación del año. Las estrellas 6 y 7 se denominan los punteros, ya que apuntan a Polaris, la Estrella Polar, que se encuentra justo a 5 veces la distancia entre ambas. La Estrella Polar está aproximadamente a 0,8 grados del Polo Norte celeste, que es el punto del cielo al que apunta el eje NorteSur de la Tierra. Los pueblos nórdicos creían que existía una gran estaca que atravesaba la Estrella Polar, alrededor de la cual giraba el universo