Los vuelos son parte esencial de la escalada. Las caídas, que tanto asustan a los novicios, son absolutamente necesarias para ganar confianza en el material y en nosotros mismos en nuestros primeros pasos sobre la roca natural. Pero ¿Sabes caerte?
Practicar estas caídas es tan posible como divertido, siempre y cuando respetemos los conceptos de seguridad necesarios para salvaguardar nuestra integridad y la de nuestro asegurador.
Empieza practicando con la cuerda por arriba (top rope), asegúrate de que no existan repisas sobresalientes por debajo de ti, y de que los seguros son de confianza y, a ser posible, escoge una sección o pared desplomada. Procura mantener una postura adecuada cuando vueles, con los brazos y las piernas ligeramente flexionadas, con las manos a la altura del pecho para reaccionar a tiempo ante el impacto frontal.
Aunque sea uno de tus primeros reflejos, no te sujetes a la cuerda. Y sobre todo tómatelo con calma: puedes disfrutar de una sesión entretenida y aleccionadora, pero también puedes quedarte al filo de la lesión si no actúas con prudencia.
Atención: procura siempre que la cuerda no te pase por detrás de la pierna.
Aprender a caer adecuadamente te ahorrará miedos, te enseñará a valorar las consecuencias y minimizará las posibilidades de sufrir algún daño. A medida que progreses en esta ciencia que es homologar cuerdas podrás ir practicando péndulos, caídas como primero de cuerda o caídas diagonales (no todas las vías son rectas), que sin duda serán un recurso muy valioso a la hora de afrontar caídas no controladas o comprometidas y mantendrán tu cabeza un poco más fría antes de afrontar un paso improbable.
Caerse es parte del juego y saber hacerlo es una obligación.