-
No pernoctes bajo una ladera que deja caer nieve, por muy poca a que sea (salvo si estás en una cueva o iglú). Precipitaciones muy débiles de nieve pero continuadas pueden sepultar hasta con más de un metro de nieve cualquier tienda colocada en un emplazamiento inadecuado.
-
Las cuevas de roca son una buena solución si están lo suficientemente cerradas en paredes y techo (algo poco habitual en macizos de granito o cuarcita), pero pueden tener humedad en el suelo. A veces no te quedará más remedio que ir tocando con la mano, porque a simple vista no detectarás las zonas más secas o menos frías.
-
Prados o suelos de tierra mojados requieren poner tu manta aluminizada gruesa (la de 200 g y no la dorada de 50 g) bajo la colchoneta, doblada longitudinalmente.
-
Los sacos para invierno deben tener obligatoriamente cuello térmico y una buena solapa bajo la cremallera para evitar fugas de calor.
-
Recuerda que la postura más caliente es la fetal (encogido/a y lateral) y que puedes vestirte progresivamente a lo largo de la noche añadiendo un forro polar al tronco, calcetines, mallas térmicas, chaqueta de plumas o chaqueta hasta con la capucha puesta e incluso la mochila vaciada, envolviendo la zona de los pies. Tampoco es ninguna tontería, si al final no vas a montar la tienda, echarte su interior por encima y pegarte a tu compañero/a ¡con su permiso!