A lo largo de una jornada de acción solemos pasar por distintas fases de intensidad física, así como diferentes ambientes meteorológicos: sol, nubes, lluvía, cambios de temperatura... Y, por tanto, la ropa que necesitamos para no pasar frío –ni calor– cuando salimos al monte no es siempre la misma a lo largo de la jornada. Entonces ¿cómo sabemos la cantidad de ropa que tenemos que llevar? y ¿cómo regulamos la temperatura corporal en función del frío o calor que tengamos? La solución es simple: siguiendo la regla de las tres capas, que se basa en la premisa de que el cuerpo produce calor, y la ropa que nos pongamos o quitemos tiene que ayudarnos a retenerlo si hace frío, o a expulsarlo si hace calor.
Vamos a hacer de estilistas y a ayudaros a saber las prendas que funcionan en cada capa
● Primeras capas: las que están en contacto directo con la piel: camisetas transpirables manga corta/larga, mallas (si hace frío)/ pantalón trekking, calcetines técnicos.
● Capa intermedia: Forro polar, softshell, etc.
● Tercera capa: Chaqueta impermeable y transpirable/ pantalón impermeable transpirable (opcional).
¡Ah! Y también lleva en la mochila:
● Complementos: Extras para el frío como guantes, gorro, guetres, y extras para el sol: gorra, pañuelo, buff...
Y por último un consejo: en días con bajas temperaturas en los que tengas que abrigarte, es preferible comenzar la actividad con menos ropa aunque pases algo de frío. En cuanto te empieces a mover entrarás en calor, y conviene no transpirar en exceso corporal para no perder ese calor corporal.
¡Que el frío no os detenga!