Cuando la montaña se viste de blanco, los crampones suponen una gran ayuda para los alpinistas que quieren progresar por nieve dura transformada, paredes de hielo o avanzar por terrenos comprometidos con seguridad.
FOTO: Sergio Romero
Existen varios tipos de crampón en función de la actividad que vayamos a realizar. Algunos son de uso polivalente y otros más específicos. Generalmente están fabricados en resistentes aleaciones de acero con 10 ó 12 puntas (estos incorporan puntas frontales para avanzar por terreno muy escarpado en técnica frontal).
1 Crampones de correas.
Son los más básicos, pero también los más polivalentes. Se agarran a la bota mediante fuertes correas y son los que suelen perder mayor tacto al no encajar siempre 100% a la perfección. Si no vas a hacer un uso puramente invernal igual son la mejor elección.
2 Crampones semiautomáticos.
Quizá los más populares en media y alta montaña invernal. Son muy rápidos de poner (igual que los automáticos) pero siempre deben de colocarse sobre botas semirrígidas o rígidas (nunca sobre bota de trekking), porque el riesgo de que el ajuste trasero salte es muy elevado.
3 Crampones automáticos.
Recomendados para utilizar con bota rígida, suelen presentar un problema común: al ir sólo enganchados en la puntera con una pieza metálica puede ocurrir que salten y se queden colgando del tobillo. Un verdadero problema si nos encontramos en un paso comprometido. Siempre se deben utilizar con bota rígida de uso específico para escalada en paredes de hielo.
4 Crampones integrados: Algunas botas específicas para escalada deportiva en hielo incorporan una serie de pinchos integrados en la suela del calzado que hacen las veces de crampón, pero con una mayor eficiencia y transferencia de los movimientos al ir acoplados a la bota. Su uso es muy específico y sólo reservado a deportistas que vayan a hacer un uso muy intensivo en comparación.
Técnicas de progresión : a la hora de moverte por nieve, no siempre necesitas llevar los crampones puestos (seguro que habrás visto mil veces a gente saliendo del coche con los crampones puestos sobre
¡¡el asfalto!!). Evalúa progresivamente cómo está el estado de la nieve y piensa que siempre debes llevarlos antes de necesitarlos (obvio, ¿verdad?). Recuerda que debes siempre ponértelos en un sitio en el que tengas seguridad y antes de meterte en una zona comprometida o potencialmente peligrosa (placas de hielo, nieve dura, caras Norte
). No hay una fórmula segura y recuerda que incluso la experiencia de varios años se puede transformar en osadía.
Para subir: recomendamos un par de técnicas para ascender con comodidad por placas de nieve grandes o corredores suficientemente anchos. La técnica de pies planos consiste en mantener todas las puntas verticales en contacto con el hielo/nieve dura. Es una opción que permite fatigar menos los gemelos que atacar la montaña de frente. De esta forma los pies se van cruzando de forma alternativa y paralelos para colocarse sobre un peldaño más alto. Así poco a poco vamos ascendiendo formando Z para hacer más llevadero el desnivel.
En corredores muy estrechos y empinados deberíamos atacar con técnica frontal de puntas delanteras o puntera sobre la montaña (como si subiéramos peldaños). Una mezcla de ambas sería la técnica mixta, donde colocamos un pie en técnica frontal y el otro perpendicular en técnica de pies planos (así ambas plantas forman una especie de T). Es perfecta para pendientes moderadas, segura y estable. Así podemos ir intercambiando cada pie en ambas posturas para evitar la fatiga muscular de un movimiento repetido.