1. Cuidado cuando pedalees sobre nieve
Tarde o temprano acabarás sobre una placa de hielo en la que es muy fácil pegarte el gran resbalón del invierno. Las placas de hielo se suelen distinguir a lo lejos por el brillo inconfundible que despide a lo lejos. Si la placa está en umbría, suele tener un color un poco más oscuro y azulado. Cuidadito y si te pilla en medio de una no toques los frenos ni por asomo. Trata de buscar la mejor pista de aterrizaje y
mucha suerte. Procura rodar en la caída y no pongas las muñecas para frenar tu golpe. Aunque es algo instintivo, sólo conseguirás romperte las muñecas o alguna clavícula. Procura transformar la energía que se genera en una caída en rozamiento en vez de en un golpe seco.
2.Para la conducción con nieve y barro te recomendamos que utilices unos neumáticos diseñados para tal fin: con un taqueado separado y que agarre bien (que sean prominentes).
3. Afloja también el muelle de tus pedales automáticos para que la maniobra de salida en emergencia sea más sencilla y suave.
4. Cuando cojas la bici en invierno procura llevar bien protegidas del frío tus manos, cabeza y pies. Es por donde más rápidamente se pierde calor corporal. Si además hace viento, la sensación térmica de frío aumenta en la bici. Para la cabeza basta un gorro fino bajo el casco, en las manos guantes con membrana antiviento, y para los pies unos escarpines (cubrebotas) para que no dejen pasar el barro, el viento ni el agua. Llevarlos o dejarlos en casa puede significar volverte antes de tiempo por efecto fundamentalmente del frío.