68. ¿Hay algún vestuario típico de peregrino?
En la plaza del Obradoiro y en otros lugares emblemáticos del Camino de Santiago aparecen personajes vestidos con el atuendo tradicional un año tras otro. Algunos son viejos conocidos en el ambiente jacobeo y muy queridos porque siempre transmiten alegría, amabilidad y buenos deseos mientras posan para la foto.
La imagen clásica del peregrino es un tipo solitario, entrando en años, de luenga barba y cabellos revueltos, cubierto con una recia y pesada capa que usa de abrigo, manta y protección contra la intemperie, una esclavina de romero sobre los hombros, sombrero de ala ancha y un grueso bordón de brujo medieval.
El vestuario habitual del peregrino del s. XXI se aleja bastante de la vestimenta típica y usa productos de última generación, diseñados específicamente para senderismo o cicloturismo. La elección del vestuario peregrino puede seguir las mismas pautas que la ropa necesaria en una travesía senderista de varios días.
- Primera capa. Dos camisetas térmicas finas y ajustadas al cuerpo. Una de manga corta y otra de manga larga.
- Segunda capa. Dos camisetas de manga corta. Una para cada día. Hay que lavar una todos los días en los albergues.
- Tercera capa. Forro polar de manga larga y chaleco térmico con bolsillo en el pecho para el móvil. El chaleco se puede usar también sobre las camisetas térmicas de la primera capa.
- Cuarta capa. Chubasquero cortavientos, impermeable y transpirable con capucha.
- Cabeza y cuello. Dos buff, uno normal y otro polar.
- Manos. Un par de guantes finos.
- Piernas. Un pantalón corto y uno largo.
- Ropa interior. Un juego y otro de repuesto.
- Pies. Calcetines técnicos de senderismo. Un par térmicos para los días fríos y dormir con ellos en los refugios sin calefacción.
69. ¿Qué tipo de calzado es recomendable?
El calzado es un elemento muy importante y fundamental en el resultado final del viaje. Una elección equivocada puede provocar problemas en los pies y lesiones que impidan llegar a Compostela. La finalidad del calzado es proteger el pie y facilitar el paso. Hay que probar el modelo elegido y asegurarse que va bien. La zapatilla o la bota tienen que adaptarse al pie y no al revés.
En el Camino de Santiago es normal ver peregrinos con gruesas botas de montaña de caña alta, calcetines de lana y suela rígida. Y también personas que van en sandalias técnicas o zapatillas de correr por montaña, que son ligeras, resistentes y transpiran muy bien. Es complicado recomendar un tipo concreto de calzado porque influyen los gustos, costumbres y experiencia de cada uno.
De cualquier manera es muy importante probar el calzado, los calcetines y comprobar que los pies transpiran bien, los principales problemas aparecen con las ampollas por falta de entrenamiento o un exceso de sudor. Hay productos especiales que se meten dentro de las zapatillas o entre los dedos y los calcetines para mantener secos los pies.
70. ¿Hace falta calzado de descanso o de paseo?
Es conveniente para pasear por las poblaciones al final de la jornada. La mejor opción son unas sandalias abiertas para tener los pies al aire el mayor tiempo posible. Y si son de plástico o anfibias se pueden usar también para la ducha.
71. ¿Es mejor llevar ropa ancha o estrecha?
Las prendas térmicas tienen que ser ajustadas para conservar el calor corporal y siempre deben ir dentro de una bolsa de plástico en el macuto para que no se mojen con la lluvia. Las prendas de paseo y la ropa ancha favorecen la transpiración con el propio movimiento de la prenda. Los días de mucho calor se puede mojar la camiseta y mientras se seca al aire libre durante la marcha sirve de pañuelo en la cabeza, esclavina o directamente puesta para mantener baja la temperatura corporal.
72. ¿Hay alguna prenda que requiera una atención especial?
Los calcetines para los senderistas y el culote para los cicloturistas. Las dos prendas tienen que ser de calidad, estar siempre limpias y cuando la temperatura es elevada y produce mucho sudor, o hay polvo o barro en el camino, conviene cambiar la prenda durante la jornada.
73. ¿Se puede lavar la ropa en los albergues?
En todos los albergues hay lavadero o una pila donde se puede lavar la ropa pero el jabón lo tiene que llevar el propio peregrino. El problema a veces es tender la ropa porque el albergue no tiene un patio o jardín para colgar las prendas al aire libre. Los tubos de la litera y los ganchitos del somier sirven de tendedero eventual. Los calcetines y la ropa interior se pueden secar durante la noche entre la almohada y el saco de dormir aprovechando el calor corporal. En muchos albergues hay lavadora y también secadora, aunque se cobra una tarifa aparte por el uso de cada electrodoméstico. El precio ronda los 3 euros.
74. ¿Hay que llevar ropa de repuesto?
El Camino de Santiago no es el lugar ideal para lucir modelitos ni presumir de fondo de armario. En una ruta senderista de varias semanas hay que ser prácticos y operativos, llevar la ropa del día y un repuesto. Las camisetas de la segunda capa, que se usan a diario, son las únicas prendas prescindibles porque no son técnicas y se pueden eliminar por cualquier motivo y en cualquier momento, sencillamente para cambiar de imagen o porque después de ocho o diez lavados peregrinos están echas un higo, adquiriendo otras en cualquier tienda. La austeridad en el equipaje busca simplemente aligerar peso en la mochila para evitar complicaciones físicas y lesiones, pero no quiere decir que no se puedan permitir caprichos.
75. ¿Hay una lista de cosas esenciales que no se pueden olvidar?
Junto al vestuario y las cosas personales es recomendable llevar:
• Credencial personal de cada miembro del grupo o la familia. En los albergues parroquiales y municipales es imprescindible para dormir y en algunos restaurantes la solicitan para el menú de peregrino.
• Móvil para consultar las plazas en los albergues, hacer una llamada de emergencia o comunicarse entre los miembros de un grupo durante las etapas.
• Frontal o linterna para los albergues. Es conveniente que cada persona tenga la suya, sobre todo las personas que suelen levantarse a menudo durante la noche.
• Navaja multiusos. El modelo con tijeras es bastante práctico.
• Cantimplora de boca grande para coger agua de las fuentes. Los niños necesitan el doble de líquido que los adultos.
• Protectores solares en los meses de verano.
• Bolsas herméticas para llevar la ropa de repuesto o cualquier cosa que necesite protección especial, por ejemplo el móvil o la cámara de fotos dentro del bolsillo de la chaqueta cuando llueve.
• Cuaderno de notas para anotar o dibujar las curiosidades de la ruta, las direcciones y teléfonos de los conocidos o para entretener a los niños en las paradas con juegos del tipo barquitos o ahorcado.
• Cámara de fotos.
• Una baraja de cartas, un juego de ajedrez de viaje o cualquier otro entretenimiento para los ratos de descanso.
• Un pequeño botiquín con analgésicos, tiritas, apósitos para las ampollas, antiséptico para curar heridas, crema cicatrizante y vendas.
76. ¿Qué tipo de bicicleta es aconsejable?
En primer lugar la bicicleta de cada uno, la misma que se utilice habitualmente para las rutas con los amigos aplicando los cambios indicados en la pregunta del apartado Antes de comenzar. Los modelos de bicicletas de montaña de 26 pulgadas son muy prácticos por el tamaño y la manejabilidad. Aceptan muy bien los ajustes necesarios, admiten todo tipo de portabultos y alforjas y hay infinidad de componentes y accesorios para mejorar y dar comodidad al pilotaje.
Las bicicletas de carretera son más grandes e inestables en los firmes de tierra y necesitarían unas cubiertas anchas con el mayor taco posible para las ruedas de 700. Las bicicletas de montaña de doble suspensión van muy bien en viajes largos de varios días porque alivian tensiones en la zona lumbar y el cuello.
El inconveniente es acoplar el portabultos trasero según el modelo de amortiguación y el basculante, pero existen placas fijas a la tija de sillín que soportan 12/15 kilos y se pueden complementar con una bolsa de manillar de buen tamaño. Los nuevos modelos de bicicletas de 29 pulgadas parecen diseñados especialmente para viajes cicloturistas como el Camino de Santiago, son bicis rodadoras, tienen los desarrollos cómodos y efectivos para llevar peso, son más grandes que los modelos de 26 pulgadas, y por tanto más estables y manejables, y existen recambios y accesorios en todas partes. Las llamativas bicis de 29 pulgadas son la mejor opción para alguien que no tiene bicicleta y quiere estrenar una en el Camino de Santiago.
77. ¿Se puede usar una bicicleta de paseo de ruedas pequeñas en el Camino de Santiago?
El mercado de bicicletas de paseo de ruedas pequeñas es muy variado y hay modelos de diferentes tipos, prestaciones y calidades. El tamaño más común de rueda es 20 pulgadas, aunque también hay fabricantes que ponen ruedas de 16 pulgadas. Un inconveniente es la limitación de desarrollos para circular en puertos de montaña o aprovechar bien las extensas llanuras castellanas, aunque las coronas de algunos modelos están pensadas para el tamaño de rueda más pequeño y al final sale una buena cadencia.
También hay modelos con suspensión de serie y pequeños portabultos, pero el mejor sistema para transportar equipaje es acoplar un pequeño carrito y controlar bien el efecto “tijera" en las bajadas. En el Camino de Santiago se puede viajar perfectamente con una bicicleta de ruedas pequeñas y mantener un ritmo muy similar al que hacen sus hermanas mayores, pero el cicloturista tiene que estar habituado desde hace tiempo. No es recomendable estrenar bici plegable de 20 pulgadas y ruta jacobea al mismo tiempo.
78. ¿Son recomendables los bastones o el palo?
La imagen tradicional del peregrino jacobeo es un caminante solitario envuelto en una gruesa esclavina cubierta de conchas, cubierto por un gran sombrero de ala ancha y apoyado en un largo y resistente cayado donde solía llevar atada una calabaza o algún tipo de odre para el agua.
El uso efectivo de los bastones de senderismo o de un sencillo palo de madera durante la caminata sirve para distribuir el esfuerzo y el movimiento entre todas las partes del cuerpo, la circulación cardiovascular es más completa, se descarga tensión de los hombros y el cuello y evita que las manos y los brazos se hinchen. Y el palo siempre se puede usar para defenderse de los perros agresivos o de cualquier otro animal salvaje.
79. ¿Qué tipo de bastones son mejores?
Una costumbre personal para este tipo de viajes es usar un sencillo palo de madera, sin ningún tipo de mecanismo que puedan estropearse y con la posibilidad de dejarlo en cualquier sitio cuando no sea necesario y buscar otro nuevo más adelante. En el mercado hay bastones específicos de senderismo de todo tipo y la mejor recomendación es llevar unos ligeros.
En el Camino de Santiago la caminata es sencilla, con muy pocos lugares técnicos, y pueden valer incluso unos modernos bastones plegables de running que se guardan bien en la mochila cuando no son necesarios. Un personaje que cuida uno de los albergues del Camino tiene la teoría de que gran parte de las lesiones que sufren los peregrinos en brazos, cuello y espalda se producen por usar bastones metálicos. Las puntas de metal “pinchan" constantemente la superficie de la tierra durante la marcha y atraen las fuerzas eléctricas que deambulan por la corteza terrestre.
En algunos lugares las cargas de energía telúrica son nocivas para los seres humanos, llamadas zonas geopatógenas, y cuando los bastones captan esas fuerzas y las canalizan hasta las articulaciones del cuerpo producen contracciones y lesiones. Los celtas y otros pueblos de la antigüedad conocían estos canales de fuerzas negativas y procuraban levantar las poblaciones en otro lugar. Los palos de madera neutralizan el paso de las malas energías y evitan algunas lesiones.
80. ¿Hay que llevar botiquín?
En los pueblos hay farmacias y en las poblaciones importantes centros de asistencia sanitaria pero un botiquín básico es recomendable en cualquier itinerario jacobeo. En las farmacias venden botiquines preparados de diferentes tamaños y componentes. Para el Camino de Santiago sirve uno pequeño y ligero con el material esencial (vendas, gasas esterilizadas, tiritas básicas, tiritas de sutura, calmantes, antiinflamatorios, unas tijeras pequeñas, cicatrizante, compeed, pinzas y medicamentos para problemas digestivos).
El peso y volumen del botiquín se puede reducir dejando la mitad de las píldoras de cada cosa, eligiendo tubos pequeños de las cremas y quitando las cajas y envoltorios. Las medicinas que se usan se pueden reponer sobre la marcha en las farmacias. Un botiquín por grupo es suficiente.